El gas empleado en el asalto al teatro Dubrovka mató a 116 rehenes
Sólo dos fallecieron en el intercambio de disparos entre los terroristas y las fuerzas especiales rusas
Los temores se confirman en Rusia. El gas empleado por las fuerzas especiales en el asalto al teatro de Moscú, donde un comando checheno mantenía secuestradas a más de 800 personas desde la noche del miércoles, provocó la muerte a 116 rehenes. Sólo dos de los fallecidos lo fueron por disparos. Así lo ha reconocido el jefe del Comité de Salud de Moscú, Andrei Seltovski.
El presidente ruso, Vladímir Putin, que ha decretado para mañana lunes día de luto por las víctimas, ha prometido ayudas económicas a los familiares de los fallecidos. Putin se ha reunido hoy con varios agentes especiales que tomaron parte en la operación de rescate para ser informado de los detalles.
En rueda de prensa, el doctor Seltovski ha confirmado en un primer momento que "entre los rehenes muertos, uno de ellos murió por herida de bala, y los demás a causa de un gas especial". Más tarde, ha rectificado sus primeras declaraciones, afirmando que fueron dos los secuestrados muertos por disparos, uno de ellos en el acto y el segundo en la unidad de reanimación.
A su vez, el anestesista en jefe de Moscú, Evgueni Evdokimov, ha precisado que el gas utilizado por las fuerzas especiales, del que no se ha dado ninguna explicación oficial, es una sustancia narcótica que se utiliza a modo de anestesia general. En dosis importantes, puede provocar "modificaciones de las funciones esenciales del organismo", la pérdida del conocimiento, problemas de respiración y circulación y la muerte.
Los nuevos datos oficiales elevan el total de muertos en la operación a 168, después de que las autoridades anunciaran que 50 terroristas, 32 hombres y 18 mujeres, también perdieran la vida en el asalto al teatro.
Cuatro extranjeros muertos
Además, la cifra de extranjeros muertos en el rescate se eleva a cuatro: una mujer bielorrusa una austriaca, fallecida en un hospital, una periodista holandesa y una niña kazaja de 13 años. Mientras tanto, 546 personas están hospitalizadas, decenas de ellos en estado grave, por lo que no se descarta que el número de víctimas aumente.
Los familiares de los rehenes que han logrado sobrevivir se congregan en torno a los hospitales de la capital, intentando obtener información sobre el estado de los heridos, una tarea difícil debido a la confusión que se vive en la ciudad. Las listas de muertos, por ejemplo, todavía no han sido facilitadas por las autoridades, mientras la policía rusa impide a los médicos que den de alta a los pacientes, ante el temor de que entre ellos se haya camuflado algún miembro del comando terrorista.
Por último, la policía rusa ha detenido hoy en Moscú a varias personas armadas de origen caucásico en el marco de la investigación. Entre los detenidos se encuentran cinco chechenos y otras dos personas de Ingushetia y Georgia, armados con granadas, pistolas y fusiles de asalto.
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