Israelíes y palestinos ponen fin al asedio a la Basílica sin cerrar la deportación de 13 milicianos

El cerco al que el Ejército israelí tiene sometida a la Basílica de la Natividad en Belén ha sido cerrado en falso, sin solucionar el principal problema que impide la puesta en práctica del acuerdo alcanzado el domingo entre ambas partes: el destino de los 13 milicianos que ningún país quiere acoger. El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha descartado que España sea el destino de ese grupo de palestinos.

Al respecto, el presidente del Gobierno, José María Aznar, ha declarado que no se puede afirmar que esto palestinos vayan a ser acogidos en España, porque aún se trabaja en una solución, mientras el primer ministro canadiense, Jean Chrétien, ha ofrecido su ayuda para solucionar este problema. Aznar salía así al paso, en conferencia de prensa conjunta en el palacio de la Moncloa con el primer ministro canadiense, de las informaciones que habían señalado a España como país receptor de este grupo de palestinos.

Chrétien ha declarado: "Nadie nos lo ha pedido" pero si fuera así "Canadá es un país siempre dispuesto a ayudar en esa situación tan trágica de Oriente Próximo".

Por el momento, 110 palestinos saldrán de la Basílica de forma inmediata. 26 de ellos serán trasladados a la franja de Gaza, mientras que otros 84 serán puestos en libertad.

Los 13 palestinos que aún permanecen en la Basílica y que en principio iban a ser deportados a Italia seguirán en el templo bajo la supervisión de EE UU y la Unión Europea (UE).

Fuentes de la orden franciscana han asegurado que está todo preparado para comenzar a salir y que han aceptado la presencia de los 13 palestinos en el interior del santuario cristiano después de que sean desarmados.

En todo caso, "bajo ningún concepto los frailes sacarán las armas de la basílica", según ha anunciado el superior del convento franciscano de San Salvador de Jerusalén, Artemio Vítores.

El ministro de Asuntos Exteriores español, Josep Piqué, ha comentado tras la conferencia de prensa de Aznar y Chrétien que es prematuro indicar el destino de este grupo de palestinos porque es preciso resolver antes elementos jurídicos, y hay que evitar la vuelta a situaciones no deseadas por los países árabes, que exigen se evite la figura de la deportación.

Existe un problema en los países de acogida, porque no existirían cargos contra ellos y, sin embargo, Israel exige que se les tenga vigilados, aunque, según el ministro, hay que tener en cuenta que los reclamados han firmado ya documentos en los que reconocen salir voluntariamente.