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BALCANES

La República Federal de Yugoslavia pasará a llamarse Serbia y Montenegro

El presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica, y el presidente autonómico de Montenegro han llegado a un acuerdo esta madrugada

Serbia y Montenegro han acordado esta madrugada preservar la unidad de la federación yugoslava, que ya no llevará el nombre de Yugoslavia sino que se llamará simplemente Serbia y Montenegro, según han dicho los participantes en las negociaciones.

El Presidente de Yugoslavia Vojislav Kostunica ha declarado a los periodistas que ese nuevo Estado seguirá teniendo un presidente, y aclaró que no será una confederación de dos estados independientes.

El acuerdo se ha producido tras una reunión de doce horas entre federalistas serbios y separatistas montenegrinos en la que había participado el representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Javier Solana.

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Según Kostunica, el Presidente autonómico de Montenegro, Milo Djukanovic, hasta ahora partidario de la secesión, ha abandonado su exigencia crucial de asiento propio en la ONU, que los serbios prometían no aceptar jamás. Djukanovic ha renunciado también, según Kostunica, a celebrar esta primavera el prometido referéndum de autodeterminación, piedra maestra del proyecto secesionista montenegrino.

Para el próximo junio estará lista la nueva Constitución, que esta noche ha empezado a pactarse, y en septiembre habrá elecciones para la Asamblea del nuevo Estado "y para ciertos ministerios".

Miroljub Labus, cerebro económico yugoslavo y vicepresidente federal, ha declarado ambiguamente que "se ha aceptado la actual realidad económica", con promesas de ambas partes sobre la armonización en el plazo de un año que debe conducir a un acuerdo de asociación con la UE.

Adoptación del euro

Montenegro renunció hace dos años al dinar yugoslavo como moneda oficial y adoptó el marco alemán, y más tarde adoptó al euro, a pesar de las advertencias europeas de que eso podría ser nocivo para la economía de ese pequeño país de 640.000 habitantes.

Según Labus, la Unión Europea seguirá el proceso de compaginación del espacio económico con vistas a la formación de un mercado común serbio-montenegrino, y ha sugerido que el dinar yugoslavo podría hacerse convertible y convivir con el euro.

Las autoridades del diminuto Montenegro insistían hasta ahora en separarse de Serbia, república de 10 millones de habitantes, con la que forman la nueva miniyugoslavia, tras la secesión entre 1991 y 1992 de Bosnia, Croacia, Eslovenia y Macedonia.

Optimismo de Solana

Solana tenía el encargo de evitar la desintegración de Yugoslavia, que parecía inevitable cuando Slobodan Milosevic fue depuesto en octubre de 2002. Durante las largas negociaciones prolongadas en la madrugada del jueves, Solana se ha mostrado muy optimista: "Todo va muy bien y espero que terminemos mañana (hoy) poniendo en orden todos los elementos", ha declarado al abandonar la reunión hacia las dos de esta madrugada.

Montenegro insistía en tener política exterior independiente y asiento en la ONU y, antes de renunciar a ello, se hablaba de un acuerdo insólito, consistente en una representación rotatoria en la ONU, un año ostentada por serbios y el siguiente por montenegrinos.

Hoy en día, Montenegro y Serbia sólo tienen como instituciones conjuntas el Ejército federal y la Iglesia ortodoxa, aunque los reclutas montenegrinos de tendencia separatista no acuden a filas pero no son represaliados. Además hablan el mismo idioma, obedecen al mismopatriarcado cristiano ortodoxo y fueron considerados siempre dos ramas de un mismo pueblo.

Montenegro independiente en el siglo XIX

Siempre existió una minoritaria corriente independentista que recuerda que Montenegro fue ya en el siglo XIX un minúsculo Estado independiente de Turquía. La ruptura del Presidente autonómico, Milo Djukanovic, con su mentor Milosevic en 1997, incrementó la corriente independentista, que esperaba ganar el desconvocado referéndum de autodeterminación con el apoyo de las minorías albanesa y musulmana.

La corriente secesionista iba perdiendo partidarios poco a poco según las encuestas y está hoy por debajo de la mitad entre los cristianos eslavos, mayoría abrumadora de la población.

Solana propuso hace un mes a Djukanovic, en un artículo firmado en la prensa montenegrina, que desistiera de la secesión y aceptara formar una nueva Unión con Serbia.

Solana había adelantado ya entonces que Yugoslavia podría pasar a llamarse Unión de Serbia y Montenegro, pero todo parece indicar que el nuevo Estado no será formulado como Unión, sino simplemente como Serbia y Montenegro.

"Habrá mecanismos que impedirán que Serbia vuelva a dominar a Montenegro como en los tiempos de Milosevic, y garantías de que ninguna de las dos repúblicas tendrá que renunciar a las reformas que haya realizado", escribió Solana hace un mes en el diario montenegrino Vjesti, afín a Djukanovic.

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