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LA MAYOR QUIEBRA DE LA HISTORIA

El ex presidente de Enron no comparecerá ante la comisión investigadora

Kenneth Lay denuncia en una carta presentada por su abogado el tono "acusatorio" de los legisladores estadounidenses

El ex presidente de Enron, Kenneth Lay, no comparecerá hoy ante dos comités del Congreso que investigan la quiebra de la compañía, la mayor de la historia de EEUU, porque cree que no será tratado de forma imparcial.

Lay había aceptado comparecer de forma voluntaria ante los comités, pero finalmente no lo hará por consejo de su abogado, Earl Silbert, quien, en cartas presentadas para ser leídas al inicio de la sesión, lamenta el tono "acusatorio" de los legisladores.

Lay, de 59 años y que dimitió el pasado 23 de enero, había aceptado inicialmente comparecer mañana ante el Comité de Comercio del Senado y el de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.

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Tono acusatorio

En su carta a los presidentes de los dos comités, el letrado ha señalado que las audiencias de los comités había adquirido un tono "acusatorio", por lo que había indicado a Lay que "retire su aceptación previa de la invitación".

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"No se puede esperar que Lay participe en un procedimiento en el que se han alcanzado conclusiones antes de dársele una oportunidad de ser escuchado", añade la carta.

El abogado Silbert podría referirse a las declaraciones que han realizado varios legisladores últimamente, con expresiones como "Lay tenía que saber que esto era un enorme sistema de fraude", o "alguien tendría que ir a chirona por esto".

Dado que el anuncio es muy reciente, no se sabe si las dos audiencias de mañana se celebrarán finalmente, ya que Lay era el principal compareciente previsto.

Tampoco se sabe si el Congreso enviará una citación judicial al antiguo presidente de Enron, una opción legal que no puede descartarse.

Investigación interna

El anuncio de la no comparecencia de Lay se produce muy poco después de que la divulgación de una investigación interna encargada por el consejo de dirección de Enron, que ha culpado de la quiebra a la oscura gestión de los principales ejecutivos.

El informe señala la creación de cerca de 3.000 sociedades paralelas, que permitieron ocultar de los libros de contabilidad cerca de 1.000 millones de dólares en pérdidas entre septiembre del 2000 y septiembre de 2001.

En ese período, los principales ejecutivos vendieron sus acciones de la empresa y obtuvieron beneficios de muchos millones de dólares, mientras los títulos se mantuvieron con una cotización elevada, gracias a esas prácticas dudosas.

El llamado Informe Powers, presentado en la noche del sábado y que tiene 218 páginas, responsabiliza sobre todo al jefe de finanzas de Enron, Andrew Fastow, de la creación de esa compleja maraña de compañías y al ex presidente, Kenneth Lay, por permitir esas actividades.

Citación

A partir de ahora, los congresistas tienen a su disposición un instrumento legal: la citación judicial, pero ello puede forzar a Lay a acogerse a la Quinta Enmienda de la Constitución, que permite a una persona no ofrecer testimonio si puede incriminarle.

Por ello, la maraña de Enron, que se complica cada vez más, parece que se tendrá que solucionar en los tribunales, donde se realizan varias investigaciones sobre las prácticas financieras y contables de los anteriores responsables de la compañía.

La Casa Blanca, por su parte, mantiene un mutismo total, ya que Lay fue el mayor contribuyente individual de las campañas políticas del presidente, George W. Bush, desde que éste decidió lanzarse al ruedo electoral en 1993.

Bush propuso la pasada semana cambios en las normas de los sistemas de pensiones de los trabajadores, para que no vuelva a ocurrir lo que les ocurrió a los de Enron, a los que se les impidió vender sus acciones a tiempo y perdieron los ahorros de toda su vida.

Sin embargo, el Presidente se ha cuidado mucho de mencionar el nombre de la empresa en las dos ocasiones en que ha hablado de la reforma que ha propuesto.

El presidente de Enron, Kenneth Lay, en una imagen de archivo
El presidente de Enron, Kenneth Lay, en una imagen de archivoREUTERS

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