La nueva moneda argentina estára respaldada con los bienes inmuebles del Estado

La nueva moneda que el Gobierno provisional argentino pondrá en circulación el próximo mes de enero estará respaldada con los bienes inmuebles a nombre del Estado, según ha informado el presidente interino, Adolfo Rodríguez Saá.

La moneda, que se llamará argentino, funcionará junto con el peso y el dólar. "La vamos a respaldar con todos los bienes inmuebles de la nación argentina", ha dicho Rodríguez Saá en una conferencia de prensa en la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT), el sindicato más importante del país.

Anuncios anteriores indicaban que la intención de las autoridades era emitir la nueva moneda a comienzos de enero, pero hasta ahora no se había informado sobre qué garantías de respaldo tendría el argentino.

Rodríguez Saá ha dicho que "todas las tierras del Estado" y todos los inmuebles de carácter público serán esa garantía de respaldo monetario que necesita la nueva emisión.

"Los palacios, las casas, el Congreso Nacional, la Casa Rosada, todas las embajadas que tiene Argentina, todas las residencias de nuestros embajadores serán la garantía común de esa moneda", ha agregado Rodríguez Saá.

Rodríguez Saá ha dicho que la emisión de una nueva moneda "permitirá reactivar los sectores productivos", cumplir con las deudas que tiene el Gobierno central con las provincias y "pagar a los acreedores internos".

Incertidumbre

A pesar de las declaraciones de Saá, el nacimiento del argentino, destinado a paliar alguno de los problemas económicos que enfrenta Argentina, ha generado, antes de salir a la calle, una enorme incertidumbre entre los ciudadanos y los actores económicos del país, sumido en un caos económico que ya se ha llevado por delante al ex presidente Fernando de la Rúa.

Para atajar estos temores, el secretario de Hacienda, Finanzas e Ingresos Públicos (ministro de Economía), Rodolfo Frigeri, ha dicho que para enero próximo se emitirá una tercera moneda, el argentino, en pos de una "salida ordenada" de la convertibilidad o paridad cambiaria de un peso por dólar vigente desde 1991.

Frigeri ha explicado a las radios bonaerenses que el "argentino" se emitirá en forma paulatina y que las autoridades "serán muy prudentes" en la administración de las cuentas públicas con el fin de que sea "una moneda tan sana como cualquiera".

Desde el viernes pasado, por tercer día hábil consecutivo, rige hoy una feria parcial que prohíbe las transferencias de fondos entre bancos, que sólo pagan salarios y cobran servicios, mientras que permanecen suspendidas las operaciones cambiarias.

La fiesta bancaria parcial y la suspensión de las operaciones cambiarias mantiene paralizada a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, que en las últimas semanas se había convertido en el refugio de los inversores.

Estas medidas, dictadas por el Banco Central, se van a prolongar el resto de la semana, según han informado las autoridades.

Mientras, dirigentes del sector mercantil han confirmado que la semana pasada muchos comerciantes aumentaron los precios entre el 20 y 25% en previsión de una devaluación del peso, pero después anularon esos ajustes en medio de un clima de incertidumbre.

La salida ordenada de la paridad peso-dólar hace surgir la incertidumbre entre los argentinos, ya que se desconoce qué medidas de compensación se tomarán para quienes tienen deudas en dólares, la mayoría de la población y de las empresas.

Tampoco se conoce el monto de la emisión de "argentinos", que además se usará para rescatar bonos públicos por unos 2.485 millones de pesos o dólares que según cálculos extraoficiales han colocado varias provincias en los últimos meses para pagar salarios públicos y deudas con sus proveedores.

El presidente de la federación de cámaras de comercio, Rubén Manusovich, se ha pronunciado hoy en contra de la creación de la nueva moneda por considerar que ello "genera incertidumbre en los mercados", ya que no se sabe qué valor tendrá el argentino respecto al peso y al dólar.

Manusovich ha destacado que en los últimos días ha habido aumentos de los precios que después fueron dejados sin efecto, lo cual podría volver a repetirse en vista de la desconfianza de los comerciantes.

Rodolfo Frigeri ha dicho que trabaja aceleradamente para levantar las restricciones a la retirada de dinero en efectivo de los bancos y la congelación de los depósitos vigentes desde el 3 de diciembre pasado con el fin de frenar una fuga de capitales.

Los ahorradores e inversores podrán retirar sus depósitos en pesos o en dólares de los bancos "pero siempre en argentinos" con las compensaciones que correspondan en caso de que se deprecie la nueva moneda, ha comentado.

Con la implantación de una tercera moneda se busca evitar una devaluación directa del peso o una dolarización de la economía y recuperar la confianza de la gente en el futuro del país, ha apuntado.

Rodolfo Frigeri cumple las funciones de un ministro de Economía, cargo que fue eliminado por el gobierno interino de Adolfo Rodríguez Saá, del Partido Justicialista (peronista), primera fuerza política en el Parlamento, quien asumió el domingo pasado tras la renuncia de Fernando De la Rúa a la jefatura del Estado.

Frigeri ha asegurado que "no necesariamente" el peso será reemplazado por el "argentino", porque "dependerá de la voluntad de la gente" cambiar sus pesos o dólares por la nueva moneda.

El nuevo sistema monetario "permitirá garantizar el uno a uno entre el peso y el dólar, comenzar una salida ordenada de la convertibilidad y dar una herramienta para impulsar la reactivación" de la economía, en recesión desde mediados de 1998.

Frigeri señala que el gobierno necesita "un poco más de tiempo, unos días nada más" para cumplir esas metas, lo que incluye la aprobación de nuevas leyes para el sistema monetario.