Al menos 27 muertos y más de 400 heridos durante las protestas en Argentina

Un nuevo balance ha elevado a 26 las personas muertas en Argentina, entre ellas cuatro menores, y a más de 400 el número de heridos como resultado de las protestas populares que estallaron el miércoles. Sin embargo, la calma regresa hoy a la capital del país, que ha amanecido arrasada.

La jornada de ayer terminó en Buenos Aires con seis muertos y 185 heridos tras la represión policial que duró ocho horas, y que siguió a los saqueos de los supermercados y a las manifestaciones populares. El gobierno de Buenos Aires ha confirmado que las víctimas mortales de la capital fallecieron a causa de golpes, inhalación de gases lacrimógenos y balas de goma.

En este sentido, dos fiscales federales han denunciado hoy al ex presidente Fernando de la Rúa y a varios funcionarios de su Gobierno por "homicidio reiterado, privación ilegal de libertad, lesiones, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público" por haber ordenado

la represión policial contra las personas que ayer reclamaban su dimisión frente a la Plaza de Mayo.

Además, varios dirigentes políticos comparecieron anoche ante la juez María Servini de Cubría, que abrió dirigencias ante la masiva ola de denuncias. El secretario de Seguridad, Enrique Mathov, compareció en los Tribunales Federales de Retiro, y horas más tarde lo hizo el ministro del Interior, Ramón Mestre, y el jefe de la Policía Federal.

Por su parte, el jefe de la Policía, Rubén Santos, ha pedido públicamente perdón por los excesos que se pudieron cometer, pero ha indicado que los agentes tenían que mantener el "control".

Cristales rotos y escombros en las calles

Sin embargo, la ciudad de Buenos Aires recupera hoy la calma después de la tormenta y sus habitantes intentan volver a la normalidad y superar los violentos disturbios sociales que desencadenaron la renuncia del presidente Fernando de la Rúa, cuya última decisión ha sido revocar el estado de sitio en el país que el Gobierno interino vuelto a restablecer en la provincia de Buenos Aires a última hora de la tarde (hora española).

El centro de la capital argentina, donde se concentran los bancos y negocios, recobra la vida poco a poco, después de la batalla campal que libraron en esa zona manifestantes y policías desde la noche del miércoles.

Pese al paro general convocado por los sindicatos en contra del estado de sitio dispuesto el miércoles y que hoy ha sido revocado, la gente se dirigía a su trabajo, aunque en menor cantidad que en otras ocasiones debido a que los trenes funcionan parcialmente.

Los escombros de piedras y ladrillos que cubrían el asfalto a raíz de los disturbios han sido recogidos en gran parte, aunque quedan todavía bolsas de basura acumuladas en las aceras debido a la huelga indefinida que había sido convocada.

Escaparates de bancos rotos, automóviles y comercios incendiados, negocios saqueados, señales viales dobladas o destruidas y pintadas en las paredes de los edificios institucionales formaban la estampa de una ciudad que se asemejó a un campo de batalla.

Bancos y tiendas reabren sus puertas

Los bancos han abierto sus puertas, pero sólo para pagar salarios y cobrar impuestos y servicios, al entrar hoy en vigor un cierre parcial dictado por el Banco Central mientras se debate un nuevo plan económico y la sucesión presidencial.

A las puertas de varias entidades financieras hacen cola los clientes, mientras que los barrenderos limpian los montones de cristales esparcidos a raíz de la rotura de las vidrieras de los bancos por los manifestantes.

La única zona en el centro de la capital argentina que está cerrada al paso de automóviles es la Casa Rosada, sede del Gobierno, que permanece cercada por las vallas y con una fuerte custodia policial. Por la plaza, que ha sido tantas veces el centro de las protestas en Argentina, sólo pasaban esta mañana ciudadanos que se dirigían a sus lugares de trabajo intentando recobrar la normalidad.

Las inmediaciones de la sede del Parlamento también están custodiadas por un buen número de policías debido a que la Asamblea Legislativa se ha reunido para aceptar la renuncia de Fernando de la Rúa y designar a un presidente interino.

En otras ciudades que también fueron escenario de choques entre manifestantes y policías y saqueos a comercios, la calma se restablece y las autoridades intentan transmitir tranquilidad.

El director de la Gendarmería, comandante general Hugo Miranda, ha señalado que la situación del país ha mejorado hoy notablemente y ha asegurado a los periodistas que se han calmado los ánimos y han cesado los cortes de rutas y saqueos en varias provincias.

Juan José Alvarez, ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país, ha asegurado que ya "no hay saqueos en casas particulares" del cordón que rodea a la capital argentina, tal como denunciaron insistentemente vecinos de distintas ciudades.

Algunas cadenas de supermercados han vuelto a abrir varios de sus establecimientos en distintos puntos del país y han anunciado que restablecerán el servicio cuando la calma sea total.