La Alianza del Norte pone condiciones al despliegue de la fuerza internacional

El ministro de Defensa de la Alianza del Norte, Mohamed Fahim, ha señalado hoy que el contingente en Kabul de la fuerza multinacional de paz que se va a desplegar en Afganistán se debe limitar a 1.000 hombres. "No podrá estar formada por más de 1.000 soldados. Este número es suficiente para garantizar la seguridad durante los encuentros del gobierno interino para convocar a la loya jirga [asamblea de notables afganos]", ha manifestado el líder de la Alianza, que ya manifestó sus reticencias a la presencia militar extranjera en suelo afgano.

Otro portavoz de la Alianza del Norte, según informaciones que circulan por la capital afgana, ha puesto más objeciones a la misión al subrayar que tendrá que limitarse a la custodia de edificios, pero no podrá patrullar las calles de la capital.

Según los acuerdos alcanzados en la conferencia de Bonn, esta fuerza -cuyos integrantes no serán cascos azules aunque estará sancionada por el Consejo de Seguridad de la ONU- será desplegada primero en Kabul y sus alrededores y después en otras zonas del país si fuera necesario.

Mientras tanto, el Reino Unido ha manifestado su disposición "en principio" a liderar una fuerza internacional bajo mandato de la ONU. Según informa hoy la cadena británica BBC, el ministerio de Defensa está ultimando los detalles para el envío de hasta 2.000 soldados a Afganistán.

En una rueda de prensa conjunta tras una reunión con el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, el primer ministro británico, Tony Blair, ha matizado que hasta el momento no se ha tomado una decisión definitiva y "aún quedan por resolver muchos detalles" en conversaciones con el resto de los países aliados.

"Hemos indicado, en principio, nuestra voluntad de desempeñar un papel principal en cualquier fuerza bajo mandato de la ONU que proporcione estabilidad a Afganistán", ha explicado el primer ministro.

Sin decisión sobre la "fase dos"

Por su parte, Powell ha indicado que el presidente estadounidense, George W.Bush, aún no ha tomado una decisión sobre una posible "segunda fase" de la guerra contra el terrorismo y su extensión a otros países de la zona.

Sin embargo, ha asegurado que la guerra contra la red terrorista Al Qaeda, fundada por el disidente saudí Osama bin Laden, "no concluirá hasta que se hayan extirpado todas sus células" y ha instado a "mantenerse en guardia".

Previmante, Powell abogó esta mañana por que la ONU apruebe cuanto antes el proyecto de fuerza multinacional, sobre la que Francia decidirá pronto su participación. "Lo importante" es que el Consejo de Seguridad de la ONU apruebe "lo antes posible" la resolución sobre dicha fuerza, y luego podrán resolverse las cuestiones relativas a los papeles de liderazgo y de contribuciones de los países, señaló Powell tras reunirse con el ministro francés de Asuntos Exteriores, Hubert Védrine, en París.

En cuanto al nuevo gobierno afgano, el representante especial del secretario general de la ONU para Afganistán, Lajdar Brahimi, ha llegado hoy a la capital afgana para iniciar consultas con los signatarios del acuerdo de Bonn sobre la toma del poder del Consejo Interino el día 22.

El nuevo Gobierno afgano

Brahimi se ha reunido ya con el ministro de Asuntos Exteriores de la Alianza del Norte, Abdulá Abdulá, y a lo largo del día continuará sus entrevistas con otros destacados políticos de esa coalición que controla gran parte de Afganistán.

A Kabul se espera que llegue también Hamid Karzai, el jefe tribal pastún nombrado jefe del Consejo Interino que sustituirá al régimen derrocado de los talibanes, pero se desconoce cuándo y si coincidirá con el representante especial del secretario general de la ONU.

En cualquier caso las discusiones de Brahimi con los líderes afganos girarán en torno a la instalación en el poder de este Consejo Interino y otros asuntos previstos en los acuerdos de Bonn, como el despliegue de una fuerza de paz multinacional.

Una de las tareas de Brahimi durante su estancia en la capital afgana será limar las diferencias que han surgido entre los líderes de la Alianza del Norte, y que podrían amenazar la ejecución de los acuerdos de la conferencia interafgana.