Berlusconi accede a suscribir la 'euroorden'
El primer ministro italiano recuerda que para los delitos no relacionados con el terrorismo es necesario modificar la Constitución italiana
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha aceptado hoy suscribir, con algunos matices de procedimiento, la orden de detención europea, que ya contaba con la aprobación de sus 14 socios comunitarios.
Tras una larga entrevista en Roma con el presidente de turno de la UE, su homólogo belga, Guy Verhofstadt, Berlusconi ha puesto fin a un contencioso que le ha valido críticas dentro y fuera de Italia por la negativa inicial de su Gobierno a dar cabida en la euroorden a delitos como la corrupción, el blanqueo de dinero o la xenofobia.
En busca de una salida de compromiso, el líder conservador italiano ha conseguido que la presidencia belga acepte su pretensión de que el Consejo Europeo tome nota de que para la entrada en vigor de los delitos no relacionados directamente con el terrorismo es necesario modificar la Constitución italiana.
Berlusconi niega las acusaciones
"Italia acepta la orden de detención europea y se apresta a firmar un acuerdo que, sin embargo, deberá tener en cuenta las necesarias modificaciones de los procedimientos de derecho interno para hacerlos compatibles con las nuevas normas", ha afirmado Berlusconi al término de su encuentro con Verhofstadt.
El jefe del Ejecutivo italiano se ha remitido al Parlamento nacional, donde cuenta con amplia mayoría, "porque el Gobierno no ha recibido ningún mandato en este sentido y es al poder legislativo al que le corresponde hacer estos cambios".
También ha querido subrayar el dirigente conservador que "nunca" ha pedido excluir del acuerdo comunitario algunos delitos de índole económica, "como me imputan algunos faltando a la realidad".
Con su aceptación de la euroorden en vísperas de la cumbre semestral de Laeken (Bélgica), Berlusconi reconduce una polémica sobre la que, sin embargo, espera insistir la oposición en el debate esta misma semana de una moción parlamentaria.
El centroizquierda subrayará en ese debate la relación entre la negativa inicial a firmar la orden de detención europea con el conflicto de intereses y los procesos por corrupción del primer ministro.
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