Cuatro periodistas desaparecidos cuando se dirigían en un convoy hacia Kabul

Cuatro periodistas occidentales -el enviado de El Mundo Julio Fuentes, dos reporteros de Reuters y una periodista de Corriere della Sera- están desaparecidos junto a su traductor afgano tras sufrir una emboscada el convoy en el que viajaban de Jalalabad a Kabul. Los testimonios de los miembros de la caravana hacen temer por sus vidas y varios afganos han visto cadáveres en la cuneta de esta carretera. Aunque Italia da por muerta a la periodista, el Gobierno español mantiene la esperanza. Mientras, el gobernador de Jalalabad habla de un secuestro y niega que existan pruebas de hayan sido asesinados.

Sin embargo, Italia y la Cruz Roja Internacional han confirmado la muerte de los cuatro informadores. Así, el ministro italiano de Exteriores, Renato Ruggiero, ha señalado que, a través de testimonios recibidos en su "célula de crisis", tiene "evidencias de que los cuatro cadáveres encontrados en la cuneta de la carretera corresponden a los periodistas desaparecidos".

Tanto el presidente italiano, Carlo Azeglio Ciampi, como el diario Corriere della Sera han señalado que uno de los fallecidos es la italiana de este medio Maria Grazia Cutuli. Junto a ella, viajaban en el mismo coche Julio Fuentes, el cámara de televisión australiano Harry Burton y el fotógrafo afgano Azizullah Haidari, ambos de la agencia Reuters.

Varios testigos, entre ellos los conductores afganos de los vehículos que integraban el convoy y los colegas que iban en otros coches detrás del atacado, han narrado el momento del asalto y cómo los reporteros fueron disparados por seis hombres armados tras ser obligados a bajarse de su vehículo.

Además, otros testigos afganos han visto los cuerpos de cuatro personas al borde de la carretera, en Pouli-es-the-Kam (a unos 90 kilómetros al este de Kabul, cerca de Sarobi). Y un conductor de autobús, citado por la BBC, ha visto tres cadáveres de extranjeros, uno de ellos una mujer, y otro cuerpo sin vida de un afgano.

La imposibilidad de confirmar la suerte de los periodistas tiroteados se debe a que ni la Cruz Roja ni los 200 combatientes muyahidín enviados por el gobernador de Jalalabad han podido llegar al lugar del suceso, ya que esta carretera está plagada de hombres armados.

"Hasta ahora no hay pruebas de que estas personas hayan sido asesinadas. Creo que los periodistas han sido secuestrados por un grupo de 60 a 70 bandidos", ha afirmado el gobernador de Jalalabad, Haji Abdul a la agencia Afgan Islamic Press (AIP).

Haji Abdul ha anunciado que se va a llevar a cabo una batida para encontrar a los periodistas desaparecidos en la zona en la que recibieron la emboscada. La búsqueda durará dos días.

Informaciones contradictorias

Por su parte, el Gobierno español, a través de la Oficina de Información Diplomática (OID) ha enviado dos equipos de observadores, uno desde Jalalabad y otro desde Kabul.

Fuentes de la OID han indicado que los indicios sobre Fuentes son "fatales" y que existe "mucha preocupación", aunque han señalado que hasta el momento no existe una confirmación oficial de una "fuente fidedigna" de la muerte de los periodistas ni del traslado de sus cuerpos a Kabul.

El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, ha manifestado que "lamentablemente" hay "indicios" de algún "afectado" de nacionalidad española en el ataque, aunque no ha precisado si se trata de un herido o una víctima mortal. Sin embargo, ha matizado que "todavía hay esperanzas" de que no haya muerto ningún periodista español.

Por su parte, la Casa Blanca ha anunciado que investiga la suerte de los cuatro periodistas y que no pude confirmar la muerte de ninguno de ellos.

Una emboscada

La caravana, integrada por 20 informadores que viajaban en ocho vehículos alquilados y sin distintivos de prensa, ha partido desde Jalalabad a las nueve de la mañana hora local (5.30 horas en España), y ha sido atacada cuando llevaban unas dos horas de camino.

Según ha informado Eduard San Juan, enviado especial de TV-3 y que también viajaba en el convoy, seis hombres armados han detenido la caravana en una zona controlada por los talibanes a mitad de camino entre Jalalabad y Kabul y han hecho bajarse a los ocupantes con la excusa de que había un tiroteo en la zona.

Los atacantes han dejado marchar a los conductores y han tirado piedras a los periodistas. Después, los han acribillado a balazos, pese a que los informadores se han identificado como tales.

San Juan ha logrado huir junto a los demás periodistas, avisados por los conductores que han escapado de la matanza. "Los conductores nos han evacuado rápidamente del lugar y nos han alejado del tiroteo", ha explicado Sanjuan, quien ha precisado que no pudo saber nada hasta que no ha hablado "con los testigos".

El convoy no llevaba ninguna protección dado que sus integrantes consideraban que el camino, una pista de piedras, era seguro y el hecho de viajar juntos les daba una mayor seguridad, según ha explicado Sanjuan.

Los indicios conducen a los talibanes

Según el enviado de TV-3, los chóferes afganos que les acompañaban les han indicado que los atacantes no parecían salteadores de caminos, ya que "no han pedido dinero en ningún momento, ni han registrado los coches" y enseguida han disparado contra los periodistas.

El gobierno provisional afgano, presidido por Burhanuddin Rabbaní, también sospecha que el ataque ha sido perpetrado por guerrilleros talibanes, que no controlan la zona y sólo protagonizan ataques esporádicos.

La carretera, de 136 kilómetros, está fraccionado en varios territorios controlados por diferentes comandantes muyahidín y es muy abundante la presencia de hombres armados.

"Una débil esperanza" de que siga con vida

El director del diario El Mundo, Pedro J. Ramírez, ha asegurado esta tarde desde la sede del diario que es "probable que Julio haya fallecido", aunque no esperan que se produzca una confirmación definitiva hasta mañana. Ramírez ha agregado: "Aún queda esperanza y nos vamos a aferrar a ella".

Previamente, Ramírez había reconocido que "el escenario" en el que se han producido los hechos "hace temer seriamente por la suerte" de su compañero. En declaraciones a RNE, Ramírez ha explicado que la redacción sigue con "enorme preocupación y angustia y con sensación de impotencia" los acontecimientos.

Según Ramírez, Fuentes habló ayer con la redacción y desde entonces no han tenido noticias suyas. "Hasta el último momento no decidió a sumarse a este convoy", ha indicado.

Por su parte, el director adjunto de El Mundo Jorge Fernández se trasladará mañana a Islamabad (Pakistán) para informarse de lo sucedido junto a la esposa de Julio Fuentes, Mónica Prieto, periodista de la sección de Internacional del mismo periódico.