Los buzos ultiman el dispositivo que llevará al 'Kursk' a la superficie
El equipo de rescate ha completado con éxito el enganche de los 26 gruesos cables de acero para izar el submarino a la superficie
Más de un año después de que dos explosiones en el compartimento de torpedos llevasen al submarino nuclear ruso Kursk al fondo del mar de Bárents y causaran la muerte de los 118 miembros de su tripulación, la operación de reflote de la nave comienza su etapa más critica.
En un dispositivo sin precedentes y que entraña enormes riesgos, los buzos han completado con éxito el enganche de los 26 gruesos cables de acero para izar el submarino a la superficie. Un mes antes, el mismo equipo lograba perforar una veintena de agujeros en el casco del sumergible para llevarlo a tierra.
El Kursk es un monstruo de 154 metros de largo y 20.000 toneladas de peso. La primera fase de los trabajos consistirá en separar la proa del resto del submarino. Fue precisamente en la primera cámara, en el compartimiento de torpedos, donde se produjo la explosión que hizo naufragar la nave el 12 de agosto de 2000 con sus 118 tripulantes a bordo. La mayoría perecieron en los primeros minutos, pero, como se supo gracias a la nota dejada por el tripulante Dmitri Kolésnikov (uno de los 12 cuerpos rescatados el otoño pasado), 23 marinos permanecieron con vida durante varias horas.
Lars Walder, portavoz de la empresa holandesa Smit International, ha dicho que "todo está prácticamente listo para reflotar el submarino", aunque cuatro de los cables necesitan todavía la última comprobación para garantizar su fijación.
El viceprimer ministro ruso Iliá Klebánov ha dicho poco antes de anunciarse la colocación de los 26 cables que la operación decisiva para reflotar el Kursk comenzaría el lunes, pero otras fuentes navales no han descartado un adelanto.
Con 25 centímetros de diámetro, cada uno de los cables es capaz de aguantar un peso de 900 toneladas.
Los 26 cables están fijados en la superficie a otras tantas grúas en la plataforma "Giant- 4", cuyos técnicos calculan un total de doce horas para izar el submarino desde el comienzo de la operación.
La operación de reflote estaba prevista para el pasado 15 de septiembre, pero el mal tiempo y las complicaciones técnicas han retrasado un mes su ejecución.
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