Al menos 18 muertos y más de 80 heridos en un atentado suicida en Jerusalén
El minigabinete de seguridad israelí ha dado luz verde a una respuesta armada contra blancos palestinos
Esta tarde han fallecido tres de las 88 personas que resultaron gravemente heridas, lo que eleva a 18 el balance provisional de 15 muertos que han ofrecido la policía israelí y los servicios sanitarios.
Sin embargo, el número de víctimas es aún confuso y puede aumentar en las próximas horas ya que varios de los heridos se encuentran en estado crítico. Así, a primera hora de la tarde se hablaba de 20 muertos, incluido el terrorista, y más de 70 heridos.
Agentes de policía y miembros de los servicios sanitarios siguen trabajando en las tareas de rescate de los heridos, muchos de los cuales continúan en el interior del local, que ha quedado totalmente destruido. Además, la policía ha explosionado de forma controlada otra bomba colocada en la entrada de la pizzería, que no ha llegado a explotar.
Momentos después del atentado, se ha producido una nueva explosión en las cercanías de la estación central de autobuses de Jerusalén oeste. El estallido, que ha resultado ser una falsa alarma causada por el reventón de un neumático de un autobús, ha desatado una auténtica psicosis en la ciudad.
"Ha sido terrible; una ciudad llena de gente y de vida haciendo compras y preparándose para el fin de semana y de repente todo voló por los aires", ha explicado la dependienta de una tienda situada frente al lugar del siniestro.
"Cuando subíamos a la segunda planta no alcanzamos a sentarnos y de pronto se oyó una tremenda explosión y el techo se nos derrumbó encima", ha añadido entre sollozos Dganit, desde su cama en uno de los cuatro hospitales de Jerusalén a donde han sido trasladadas las víctimas.
Sharon promete una rápida respuesta
En la zona del atentado se han concentrado decenas de ultraderechistas, que exigen al Gobierno israelí "mano dura" contra los palestinos y que anule la política de "autodefensa activa", que implica bombardeos selectivos en respuesta a atentados.
Bajo estas presiones, el gabinete para asuntos de seguridad se ha reunido en Jerusalén para decidir la respuesta al ataque y el resultado ha sido la aprobación de una respuesta armada contra blancos palestinos como respuesta al atentado. Según había informado horas antes la radio israelí, hay "un plan para una operación militar de grandes proporciones en el cajón de una mesa" y el propio primer ministro israelí, Ariel Sharon, anunciaba al conocer la noticia que "habrá respuesta rápida y contundente" al atentado.
Un "regalo" para Hussein
En cuanto a la investigación del atentado, la policía israelí estudia el relato de varios testigos, que aseguran que el terrorista llegó a la zona del siniestro en una motocicleta que conducía una segunda persona. "El terrorista entró en el restaurante e hizo explotar la carga que era de gran potencia", ha señalado el jefe de la policía israelí, Shlomo Aharoniski.
La sangrienta acción ha sido reivindicada un cuarto de hora después por las Brigadas de Jerusalén, la facción militar del movimiento fundamentalista palestino Yihad Islámica, mediante varias llamadas anónimas a agencias de noticias internacionales en la región de Oriente Próximo.
Según un comunicante anónimo, el atentado es "un regalo" al presidente iraquí, Sadam Husein, que ayer denunció "los crímenes contra los árabes, los palestinos y contra sus lugares santos". Hussein, opuesto a las negociaciones de paz, ha declarado estar dispuesto a movilizar a más de seis millones de voluntarios para "la liberación de Palestina".
Sin embargo, hacia las 20.00 horas el movimiento islamista Hamás ha reivindicado la autoría del atentado suicida y ha negado que esta acción haya sido cometida por la Yihad.
Ante el temor a una dura represalia, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha ordenado a todas sus fuerzas evacuar cuarteles y comisarías de policía en Cisjordania y Gaza por temor y no descarta la posibilidad de que Yaser Arafat, líder palestino, sea el blanco de un posible bombardeo.
Este nuevo atentado suicida se compara con el perpetrado contra una discoteca de Tel Aviv el pasado 1 de junio, en el que fallecieron 17 personas. Hasta el momento, éste es el más grave desde el inicio de la Intifada, el pasado septiembre.
En aquella ocasión, la diplomacia internacional bloqueó a último momento la represalia israelí, llevando a ambas partes a un acuerdo de alto el fuego, firmado el 13 de junio, que nadie ha respetado.
Enfrentamientos en Cisjordania
El violento atentado de Jerusalén ha eclipsado la muerte de un militar israelí a unos cien kilómetros de esta ciudad a manos de milicianos palestinos en el asentamiento de Avnei Hefetz, cerca de la ciudad Tulkarem, en el norte de Cisjordania.
La respuesta israelí ha sido inmediata: varios tanques han bombardeado posiciones palestinas en Tulkarem dos horas después de la muerte del militar, según ha informado la radio pública israelí.
Fuentes palestinas han informado de que en el ataque han participado también helicópteros que han causado importantes daños materiales pero no de víctimas en la base de la Fuerza 17, la guardia presidencial de Yaser Arafat.
Por otro lado, una joven israelí ha muerto y otras tres han resultado heridas, una de ellas de gravedad, en un incidente armado que se ha registrado en una carretera israelí en el norte del valle del Jordán, tal y como han informado fuentes israelíes.
La joven de 19 años ha recibido varios impactos de bala mientras viajaba por una carretera cerca del kibutz Meirav, en una zona conocida como Guilboa al norte de Israel.
En el ataque ha resultado herida de gravedad una adolescente de quince años que ha recibido dos impactos en el pecho y uno en la rodilla, así como otras dos jóvenes de 14 y 15 años que han resultado heridas leves.
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