Hugo Banzer renuncia a la presidencia de Bolivia y traspasa los poderes a Jorge Quiroga
El presidente boliviano, que padece cáncer de pulmón e hígado, ha oficializado su dimisión el día de la Independencia de Bolivia
El presidente boliviano ha estado ingresado desde el pasado 1 de julio en el hospital militar Walter Reed de Washington, donde ha recibido un tratamiento de quimioterapia por el cáncer de pulmón e hígado que padece. Los médicos habían condicionado el viaje a Bolivia de Banzer a la última revisión de su estado para cerciorarse de que estaba en condiciones de realizar un largo viaje en avión.
En un emotivo discurso, en el que el mandatario de 75 años ha evocado su trayectoria política y militar, Banzer ha admitido la incertidumbre y los riesgos de su tratamiento contra el cáncer de pulmón e hígado que le impide "gobernar como quisiera" y afrontar la "conducción diaria, estable y vigorosa" del país.
Al recordar los principales logros de sus años de gobierno, que concluyen doce meses antes del final del periodo constitucional, ha destacado la consolidación de la democracia, la lucha contra el narcotráfico y el alivio de más de 1.570 millones de dólares de la deuda externa.
Ante el Congreso nacional, reunido para abrir una nueva legislatura en el 176 aniversario de la independencia del país, Banzer ha asegurado ser partícipe de una Bolivia "recuperada económicamente, honrada por su heroica lucha contra las drogas, respetada por la ecuanimidad de sus leyes y requerida por su paz social y la seguridad de sus inversiones".
Físicamente desmejorado por el tratamiento contra el cáncer pero con voz firme y segura, ha recordado su pasado político sin eludir referencias al gobierno dictatorial que presidió entre 1971 y 1978.
Siete años de dictadura
Ha calificado de "positivos" sus siete años de gobierno "de facto", aunque admitió que hubo de aplicar "medidas ante la descontrolada violencia política que en ese tiempo se había desatado en toda América Latina". Sin embargo, ha añadido que esa violencia cesó mucho antes que en otros países de la región "y la sensatez y la cordura hizo que en Bolivia paulatinamente se depusieran los ánimos de enfrentamiento".
Ante las críticas a este periodo, Banzer ha insistido en que "nunca he escatimado energías ni desvelos para que los bolivianos aprendiéramos a convivir en armonía y jamás dudé en deponer mis aspiraciones políticas si servía a esas metas.
Unas palabras iban también dedicadas a recordar su lucha democrática, iniciada en 1979 con la fundación del partido Acción Democrática Nacionalista, con la que participó en seis contiendas electorales y se alzó a la presidencia del país en 1997.
Se ha referido a las peticiones de renuncia surgidas tras el descubrimiento de su enfermedad y, en clara alusión a la Confederación de Empresarios, ha calificado de "injustos" estos reclamos por pensar "que yo ansiaba aferrarme a toda costa al mando de la República".
Ha expresado su agradecimiento a todos sus colaboradores políticos, a sus camaradas de las Fuerzas Armadas, a sus familiares y ha ofrecido la "mano extendida" a sus adversarios políticos, "a los de ayer y los de hoy, a quienes se sintieron dañados o a los que perjudiqué sin la intención de hacerlo", ha dicho.
"Me voy sin haber concluido mi tarea y ahora será mi sucesor quien prosiga esta labor", ha afirmado el político, que tiene intención de seguir liderando el partido Acción Democrática Nacionalista (ADN).
Tras concluir el mensaje, el último que ha dirigido como presidente a la nación, el presidente de la Cámara de Senadores, Enrique Toro, le ha hecho entrega de la Bandera de Oro del Congreso.
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