George Bush inicia en Londres su segunda gira europea
En la agenda del mandatario estadounidense figuran el cambio climático, la defensa antimisiles y la globalización
En la que ha sido su primera jornada en Europa, y antes de la reunión con Blair, Bush se ha entrevistado con la reina del Reino Unido, el duque de Edimburgo y su hijo el Duque de York en Buckingham Palace. Bush conoció a Isabel II hace unos años en una cena en la Casa Blanca, cuando la soberana viajó a Estados Unidos en tiempos en que George Bush, padre del actual mandatario, era presidente.
Bush ha pasado la mañana realizando un recorrido turístico con su esposa por Londres y ha asegurado que admira "la belleza de este país". El presidente y la primera dama visitaron la biblioteca del British Museum, donde leyeron unos cuentos a varios escolares allí presentes.
Bush, que se declaró un ferviente admirador de Sir Winston Churchill, visitó asimismo las salas dedicadas a la guerra en el 'Horse GuardsBush' y dijo sobre el que fuera primer ministro que "fue un gran líder, con un gran talento".
Durante su visita oficial al Reino Unido, Bush se ha referido a su posición en la protección del medio ambiente y a la retirada de su apoyo al Acuerdo de Kioto. En este sentido, ha señalado que "compartimos los mismos objetivos que los europeos y expresamos nuestra preocupación por las emisiones de CO2". Bush ha añadido que "mi trabajo es representar a mi país y lo voy a hacer de una manera en la que vayan juntos el crecimiento económico y la protección del medio ambiente".
El primer ministro británico, Tony Blair, ha dicho que a pesar de las diferencias existentes entre ambas posiciones sobre la protección medioambiental "es importante que desde los Estados Unidos están dispuestos a dialogar".
Durante el encuentro mantenido en la residencia de Chequers, se han tratado también temas de interés común sobre economía global y la implicación y el papel de los Estados Unidos en zonas como el área de los Balcanes. Con respecto al primer punto, Bush ha querido dejar claro las personas que se manifiesten en contra de la globalización y de la posición de su país en Génova (Italia) donde se celebrará la reunión del G8), lo único que conseguirán con sus críticas al comercio y a la economía global es "condenar a los pobres a la pobreza".
Una agenda apretada
El presidente estadounidense también quiere discutir en el G-8 cómo revitalizar la economía mundial, sobre todo después de que el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, reconociera ayer que la desaceleración del crecimiento en EE UU, iniciada hace un año, no ha terminado.
Además, Bush indicó que "los países más industrializados deben trabajar juntos en el desarrollo de un nuevo compromiso de seguridad para combatir las amenazas del siglo XXI", en referencia a su programa de defensa antimisiles. "En resumen, prosperidad para todos debe enmarcarse en un mundo próspero y estable", apostilló.
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