Un disminuido queda en libertad por falta de pruebas tras pasar 22 años en la cárcel

Jerry Frank Townsend, de 40 años y con la capacidad mental propia de un niño de ocho, saldrá de la cárcel tras pasar más de la mitad de su vida en ella -22 años-. Un juez ha ordenado su inmediata puesta en libertad por falta de pruebas. Townsend permanece recluido en la cárcel de Lakeland, en Florida, tras ser sentenciado en 1979 a cadena perpetua por seis asesinatos y una violación.

Los fiscales del condado de Broward, al norte de Miami, pidieron recientemente la anulación del caso después de que pruebas genéticas de ADN determinasen que el preso no estaba vinculado con cuatro de los asesinatos, y porque, tras revisar su confesión, quedó en duda si había cometido los otros dos crímenes por los que había sido condenado.

"Está claro que él (Townsend) es la víctima de una enorme tragedia", ha asegurado el juez

James Chambliss, asistente del jefe de la policía de Miami, ha explicado las razones que llevaron a Townsend a confesarse autor de los crimenes. A "él le gustaban los policías, deseaba estar con ellos, eran sus amigos", ha asegurado el miembro de la policía, "estaba intentando ser útil" cuando reconoció los crímenes.

Cadena perpetua En 1979Townsend fue sentenciado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional tras ser arrestado en 1979, acusado de violar a una mujer embarazada en una calle del centro de Miami. Durante las investigaciones sobre ese caso, los detectives también le interrogaron sobre seis asesinatos cometidos en Miami y en Fort Lauderdale.

El magistrado que ha decidido dejar en libertad a Townsend ha dicho que "está claro que él (Townsend) es la víctima de una enorme tragedia". Según sus abogados defensores, Townsend dijo a los detectives lo que ellos querían escuchar para complacerles.

El asistente del jefe de la Policía de Miami, James Chambliss, ha descartado que los detectives se aprovecharan intencionadamente de la capacidad mental de Townsend para que confesara crímenes que no había cometido.

Sin embargo, la fiscal estatal de Miami-Dade, Katherine Fernández Rundle, ha afrimado que creía que el reo era culpable de una violación y de uno de los asesinatos cometidos en ese condado, pero estuvo de acuerdo en anular los casos porque la evidencia ha sido destruida y no se ha podido encontrar a la víctima de la violación ni a los testigos.