Israel ataca posiciones sirias en Líbano por primera vez desde 1996

Horas después de esta acción militar, esta misma tarde, milicianos palestinos han lanzado varios obuses contra la ciudad israelí de Sderot, al noreste de la franja de Gaza, según ha informado la radio estatal. Al menos tres proyectiles cayeron cerca de uno de los barrios en la periferia de esa ciudad, habitada principalmente por judíos oriundos del norte de Africa y los países árabes. Esta es la primera vez desde que comenzó la "Intifada de Al Aqsa", hace siete meses, que los palestinos disparan obuses contra una localidad israelí.

En represalia por el ataque palestino, helicópteros israelíes han bombardeado posiciones de la Fuerza 17, la unidad de élite de Yaser Arafat, en el centro de la franja de Gaza. Fuentes palestinas han asegurado que tres misiles han impactado en el cuartel general de la Fuerza 17 en campo de refugiads de Deir al-Balah, causando dos heridos. Asimismo, fuerzas israelíes provistas de excavadoras y protegidas por blindados han penetrado en el sector autónomo de Beit Janun y han destruido los puestos de la policía palestina de fronteras.

Anteriormente, el ejército israelí había lanzado obuses contra dos posiciones de la seguridad pública y de la policía de fronteras en la misma localidad, cerca del punto de paso de Erez, entre franja de Gaza e Israel.

Reacciones al ataque a Siria

La primera incursión del ejército israelí en Siria desde 1996 ha causado un torrente de reacciones. Fuentes gubernamentales sirias han asegurado que, pese a todo, su país "no quiere un agravamiento de la situación". "Para Siria es prioritario mantener la calma y conseguir la paz en Oriente Medio".

Otras fuentes oficiales han advertido de que Siria "se reserva el derecho de defenderse contra toda agresión" y han responsabilizado al Gobierno de unidad nacional israelí, que encabeza el derechista Ariel Sharon, de "las repercusiones y consecuencias" de esta agresión.

El ministro sirio de Exteriores ha asegurado que se trata de un intento de Israel de "matar" el proceso de paz en Oriente Próximo. "La acción de Israel demuestra que no quiere la paz y que ha elegido el camino de la agresión".

El representante permanente del secretario general de la ONU en Líbano, Staffan de Mistura, ha acusado a Israel de "violar la línea azul" que separa Líbano de Israel. Este ataque "es grave y constituye, una vez más, una violación de la 'línea azul', que tratamos de proteger porque es una garantía para todo el mundo", ha dicho el enviado de Kofi Annan.

El primer ministro de Líbano, por su parte, también ha advertido del riesgo de un conflicto generalizado en la región tras el bombardeo de ayer. Rafic Hariri ha calificado el ataque israelí como una "agresión" contra Siria y Líbano y ha solicitado la intervención de la comunidad internacional. Hariri ha insistido además en que existe "un plan israelí de ampliar la zona de inestabilidad en Oriente Próximo".

Otros líderes de los países árabes han expresado su condena por el ataque israelí y han mostrado su solidaridad con el pueblo sirio y sus temores de que la escalada de violencia en Oriente Próximo se genrealice.

De momento el Ejército de Israel se mantiene estado de alerta en la frontera con Líbano y Siria, en el norte, ante la posibilidad de represalias. El ataque se interpreta como una venganza y una amenaza: combatientes de la Resistencia Islámica, brazo armado de Hezbolá (Partido de Dios), atacaron este sábado pasado un puesto militar israelí en las disputadas granjas de Cheba, una zona situada en la frontera entre los tres países, matando a un militar.

La réplica ha sido ejecutada por cuatro cazabombarderos israelíes, que, en tres pasadas, han disparado esta madrugada doce misiles aire-tierra contra una estación de radar y un puesto militar sirios en Emdeirech, situado a unos 45 kilómetros al este de Beirut.