Tres personas mueren en el asalto policial del avión ruso secuestrado

Según se ha sabido hoy, después de que un comando de élite de las fuerzas de seguridad de Arabia Saudí liberara a los ocupantes que aún quedaban en el avión -unos 45 habían sido liberados o habían escapado durante la noche-, los terroristas sólo iban armados con cuchillos y no portaban bombas, como se había especulado en un principio. Uno de los cuchillos fue usado para degollar a la azafata que resultó muerta instantes antes del asalto de las fuerzas de seguridad.

Los terroristas, que mantenían el aparato retenido en la ciudad arabita de Medina, estaban listos para despegar hacia Afganistán, tras exigir combustible y un pasillo aéreo hasta ese país. 42 de los 174 tripulantes originales del aparato habían sido liberados o habían logrado huir de éste durante la noche.

Según pudo constatar el corresponsal de la agencia France Press en Chechenia al contemplar en televisión las imágenes de los detenidos, los secuestradores son Supian Artsayev, hermano del ex ministro checheno Aslanbik Artsayev, y su hijo.

Los terroristas reanudaron por la mañana las negociaciones con las autoridades y exigieron que se reabasteciera de combustible el avión y que se abriera un pasillo aéreo para volar Afganistán. Previamente, habían puesto como exigencia el fin de la campaña militar que Rusia tiene abierta contra la república separatista de Chechenia.

El aeroplano, un Tupolev 154 de la compañía rusa Vnúkovo con 174 personas a bordo (en su mayoría ciudadanos de este país), fue secuestrado ayer por un comando de cuatro terroristas, al parecer de origen checheno. Los secuestradores se hicieron con el control de aparato poco después de su despegue de la capital turca, Estambul, y cambiaron su destino original por el de la ciudad saudí de Medina, en donde aterrizó en la tarde de ayer.

Según fuentes árabes, la elección de esta ciudad pudiera haberse debido a que, al ser considera santa por el islam, está terminantemente prohibida la presencia de no musulmanes, lo que evitaría un asalto de cuerpos especiales extranjeros.

Durante la pasada noche, los secuestradores liberon a cerca de 30 personas, entre ellas a un asistente de vuelo que resultó herido en un forcejeo con los terroristas. Además, alrededor de 15 pasajeros lograron escapar por una salida trasera del aparato en un descuido de sus captores. Así, eran unos 125 los ocupantes del aparato en el momento de la liberación por parte de la policía saudí.

Al parecer, la decisión de reabastecer de combustible el aparato se tomó a cambio de permitir la liberación de un grupo de mujeres, niños y ancianos.

La acción terrorista ha sido duramente criticada en la república separatista. El presidente de Chechenia, Aslán Masjádov, ha condenado el asalto perpetrado presumiblemente por un antiguo ministro de su gobierno. Masjádov ha declarado que "la toma de rehenes y el chantaje no son los medios de lucha chechenos".

El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó ayer como respuesta al secuestro la creación de un comité de crisis para encargarse del asunto, al frente del cual colocó a Vladímir Prónichev, subdirector del Servicio Federal de Seguridad (antiguo KGB). Además, Serguéi Yastrzhembski, portavoz especial de Putin para Chechenia, ha anunciado que "se está preparando una unidad antiterrorista" por si hiciera falta su intervención.