_
_
_
_

‘Emosido engañados’: por qué los ‘stickers’ sustituyen a los emojis

El uso de las imágenes recortadas en la comunicación digital amplía la expresividad de todos. Los jóvenes innovan usándolas y los mayores las adoptan

Stickers
EL PAIS
Abraham Rivera

En uno de los capítulos de Variaciones con fragmento de texto (Terranova, 2018), el diseñador Jaime Narváez hace uso de diferentes emojis para contar la primera página del Quijote. El libro es un divertido ejercicio que amplía —incluidos bordes, letras y todo lo que a uno se le pueda ocurrir— aquella visión literaria que tuvo Cervantes durante el llamado Siglo de Oro. Hoy son los teléfonos móviles los primeros que nos permiten experimentar con el lenguaje. Dentro de las nuevas formas de escritura digital, la generación Z y los mileniales, con su avanzado uso de los stickers, están a la vanguardia de este desarrollo. Pero también muchos mayores están ya inmersos en su uso.

Un sticker (pegatina) es una imagen, habitualmente recortada, que sirve para comunicarnos de manera informal en las diferentes redes sociales. Solo hace unos meses que la versión principal y actual de Iphone, iOS 16, permite directamente recortar el fondo de cualquier fotografía y adaptarlo al formato sticker, sin ninguna aplicación. TikTok también ha incluido esa función recientemente. Y desde Instagram o Facebook ya se nos permite responder con stickers en conversaciones privadas.

A todo esto hay que sumar el uso que hacemos de ellos en las diferentes aplicaciones de mensajería instantánea, de WhatsApp a Telegram, pasando por Line, que fue la pionera en el uso de estos, allá por 2011. De aquellos primeros dibujos de grandes ojos y fuerte dinamismo hemos pasado a una personalización infinita. Y esa es la grandeza de los stickers y la razón de que estén desbancando a los populares emojis. “Los trabajos académicos confirman que los stickers se perciben como recursos visuales más jocosos, elaborados y expresivos que sus antecesores, emoticonos y emojis”, cuenta Agnese Sampietro en uno de los estudios más completos que han aparecido sobre el tema, El auge de los ‘stickers’ en WhatsApp y la evolución de la comunicación digital. Sampietro, profesora de la Universidad Jaume I, apunta también a los jóvenes como dinamizadores de este formato: “Con independencia de la fase evolutiva en la que se sitúen los recursos gráficos, el auge de los stickers entre los usuarios más jóvenes de WhatsApp, en detrimento de los habituales emojis, se puede considerar como una muestra de cambio lingüístico, que también afecta a la comunicación digital”.

Su trabajo es de interés porque pone de relieve el uso de estos elementos comunicativos entre los jóvenes, que son los principales impulsores del fenómeno. “Son las generaciones jóvenes las promotoras de la innovación en la lengua”, explica Sampietro. “Entre los factores que influyen en los cambios de significado de las palabras se encuentran, por ejemplo, la pérdida del carácter transgresor o innovador de ciertas expresiones un tiempo nuevas, su ampliación semántica y la convencionalización de algunos significados”. Y recuerda cómo es probable que los emojis hayan perdido “fuerza pragmática” frente a los stickers, que mantendrían un “halo de novedad”.

Ideas que inspiran, desafían y cambian, no te pierdas nada
SIGUE LEYENDO

Erhan Aslan, profesor de Lingüística Aplicada de la Universidad de Reading, destaca en una conversación por e-mail que los jóvenes, o la generación Z, que han nacido en la era digital, tienen más normalizado el uso de stickers, emojis o memes de internet. “De hecho, hay algunas investigaciones que indican que los mensajes de texto que terminan con un punto se perciben como menos sinceros que los mensajes que no contienen puntuación”, cuenta. Y concluye que los stickers pueden tener más importancia que la comunicación basada en texto. “Debido a que el uso de las redes sociales se rige en gran medida por métricas de emociones positivas (por ejemplo, me gusta, me quiere, ríe), transmitir estas emociones es muy importante en la comunicación, y los stickers contribuyen a este objetivo”.

Sin embargo, las generaciones más adultas también están siendo permeadas por el uso de estos stickers. En A discursive examination of the use of emoji in WhatsApp groups: a cross-generational study, Olga Cruz Moya pone su mirada en las personas más mayores. “Los estudios que he visto se centraban mucho en los más jóvenes y olvidaban a gente como mis padres, que pasan de los 70 años. Y analizándolos me encontré con sorpresas, como que hacían uso de stickers para darse los buenos días o las buenas noches. Utilizaban estos elementos de forma humorística, lúdica o en algunos casos para adornar un comentario”, relata esta profesora de Lengua Española en la Universidad Pablo de Olavide, en Sevilla.

Para muchos usuarios, el uso de stickers sustituye al texto, ya que este no es lo suficientemente expresivo. Según Francisco Yus, catedrático en la Universidad de Alicante y doctor en Lingüística, con los stickers se pueden comunicar de forma correcta sentimientos, emociones, ironía o humor. “De este modo surgieron los emoticonos hechos con signos de puntuación [:-D] que han evolucionado a emojis y cuya finalidad de aumento de expresividad incluye también los GIF, memes y alteraciones del texto para connotarlo con una información añadida. No es lo mismo teclear ‘claro, lo entiendo, que teclear ‘claaaaaaaaro, lo entiendo’, lo segundo añade un punto de ironía del que el texto normal carece”, apunta el autor del libro Pragmatics of Internet Humour.

Todos ellos dejan claro que estas nuevas formas de lenguaje, generadas por el uso de tecnologías, se circunscriben a las redes digitales. Al igual que ocurre con el habla coloquial o la jerga que podamos emplear en otros ámbitos de nuestra vida. Juan de Pablos Pons, catedrático de Didáctica y Organización Escolar dentro de la Facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad de Sevilla, coautor de Escritura digital juvenil en WhatsApp y enseñanza de la ortografía, ha estudiado cómo los jóvenes hacen uso de memes, stickers y emoticonos y cómo estos influyen en su ortografía más académica. “Constatamos que las aplicaciones de mensajería instantánea incorporadas a los teléfonos inteligentes han favorecido la aparición de nuevas formas, más o menos espontáneas, de escritura digital que se caracterizan por el empleo de grafías alternativas a la norma de escritura académica”, apunta. Sin embargo, este uso no hace que los jóvenes escriban peor. “Son discrepancias intencionadas en el contexto digital, respecto a la norma académica. De hecho, son nuevas formas de lenguaje generadas por el uso de las tecnologías digitales. Por tanto, la utilización de estos códigos no menoscaba el conocimiento y uso de la norma ortográfica”, concluye.

Que los stickers han sustituido a los emojis, especialmente en Oriente Próximo y Asia, es algo que Naj­ma Al Zidjaly, profesora asociada de Redes Sociales e Identidad Árabe en la Universidad Sultan Qaboos, en Omán, confirma. “La razón es su versatilidad, su tamaño perfecto y el hecho de que pueden reemplazar oraciones o contar una historia completa. Por lo tanto, se han convertido en un elemento fijo de las plataformas de chat de jóvenes y mayores, no solo para divertirse, sino también para crear identidades personales y nacionales”, destaca la autora de Covid-19 WhatsApp sticker memes as public signs in Oman. Su investigación mostraba cómo los ciudadanos de Omán crearon y compartieron stickers que traducían los mensajes de la Organización Mundial de la Salud sobre la cuarentena y el distanciamiento social. “La razón por la que mi artículo es importante es porque muestra un lado de los stickers que no se aborda demasiado: muchas personas piensan que los stickers son solo herramientas divertidas, mientras que mi investigación muestra cómo funcionan como algo más que creadores de diversión”. Stickers multimodales que lo mismo sirven para salvar vidas que para echarse unas risas.


Apúntate aquí a la newsletter semanal de Ideas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Abraham Rivera
Escribe desde 2015 para EL PAÍS sobre gastronomía, buen beber, música y cultura. Antes ha sido comisario de diversos festivales, entre ellos Electrónica en Abril para La Casa Encendida, y ha colaborado con Museo Reina Sofía, CA2M y Matadero. También ha presentado el programa Retromanía, en Radio 3, durante una década.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_