Los Rolling o los Stones
El lenguaje público de autoridades, periodistas y publicistas no siempre busca el uso esmerado de la lengua
La actuación de los Rolling Stones en Madrid ha llevado a los periódicos y a la gente en general a referirse a ellos con las expresiones de “los Stones” y “los Rolling”.
Como se sabe, en inglés los adjetivos preceden a los sustantivos; por eso se dice red wine (vino tinto), y quien lo traduzca al español como “tinto vino” quedará fatal.
El nombre Rolling Stones está formado precisamente por un adjetivo: Rolling (rodados, que ruedan); y por un sustantivo: Stones (cantos, piedras). Pero al traducirlo se deben invertir los términos: Cantos Rodados, y no Rodados Cantos. (El sentido figurado de esa locución equivale más o menos al español “culo de mal asiento”, por ejemplo). Si se tratara de un grupo musical nombrado en castellano, nos referiríamos a ellos como “los Cantos”; igual que en los casos de los Toreros Muertos o Amistades Peligrosas se habrá dicho “hoy actúan los Toreros” o “fuimos a ver el concierto de Amistades”, pero nunca “compré un disco de los Muertos” ni “recuerdo muy bien aquel día de la actuación de las Peligrosas”.
Por todo ello, quienes hablan inglés tenderán a decir “hoy actúan los Stones”. En cambio, quienes se refieran al grupo sin reparar en estos detalles y apliquen la lógica del español (que tiende a situar el sustantivo delante del adjetivo) hablarán del concierto de “los Rolling”. Esto, obviamente, crea un desajuste en la concordancia de número, porque se expresa un artículo en plural (“los”) seguido de una palabra en singular (“Rolling”); lo que no ocurre en el caso de “los Stones”. (El adjetivo es en inglés invariable).
Con los equipos de baloncesto norteamericanos, en cambio, no suelen observarse problemas: ante nombres como “Boston Celtics”, “Los Ángeles Lakers”, “Chicago Bulls”, “Dallas Mavericks”, “Detroit Pistons”… se suele informar acerca de las victorias o las derrotas de “los Lakers”, “los Celtics”, “los Pistons”, “los Bulls”… Rara vez “los Boston”, “los Chicago” o “los Detroit” a secas.
En cambio, sí se produce un salto curioso cuando se disputa la llamada final four de alguna competición deportiva, como el reciente campeonato europeo de baloncesto. Porque los periodistas españoles hablan de “la” final four tal vez sin darse cuenta de que, aquí también, el sustantivo de base es four, y no final (pronunciado fainal).
Final four significa en realidad “los cuatro finales”, o “los cuatro del final”. Vamos, lo que toda la vida han sido las semifinales. Al decir “la” final four, se convierte un adjetivo (valor que tiene en la locución “la fase final”) en un sustantivo (“el final de la fase”) y por tanto se traduce mal la expresión inglesa.
A veces oímos o leemos la supuesta equivalencia “final a cuatro”, lo que representa un imposible. Sería interesante ver una final con cuatro equipos a la vez. Más que una final a cuatro, sería una final de locos.
Estos fenómenos se parecen a la ya extendida expresión “la Champions”. El nombre no es “Campeones Liga”, sino “Liga de Campeones” (Champions League en inglés). Lo cual, por cierto, es una mentira como un piano: ni juegan los campeones de cada país (en algunos casos entra hasta el cuarto clasificado) ni se trata de una liga (haría falta que jugaran todos contra todos; y se acaba dirimiendo por eliminatorias).
El lenguaje en público de autoridades, periodistas y publicistas no siempre busca el esmero. Pero cabe imaginar que miles de lectores y escuchantes aún agradecen el cuidado de quienes eligen “los Stones”, “las semifinales”, “la Copa de Europa”. Tal vez sean una pandilla de románticos sin futuro.
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