Miquel Fernández: “Ahora en las series el sexo parece cosa de veinteañeros, pero a partir de los 40 también hay sexo, mucho y bueno”
El actor catalán ha construido una sólida carrera en cine y televisión gracias a aceptar brillantes papeles secundarios, como el de ‘Adú', la película con más nominaciones a los Goya, y asumir retos como participar (y ganar) en ‘Tu cara me suena’)
Miquel Fernández (Barcelona, 1980) encabeza, tras más de tres lustros como actor de cine y televisión, una nueva generación de eso tan importante para que puedan existir los actores protagonistas: los grandes secundarios. Un grupo de intérpretes con carisma que consiguen robar planos con personajes que, a priori, pueden parecer pequeños. Así ha pasado con Miguel, el guardia civil de valores difusos al que encarna en Adú, la película con más nominaciones a los premios Goya 2021 y un trabajo por el que sonó hasta el último momento como posible nominado en la categoría de mejor actor secundario. Así ha pasado, también, con Sergio, su personaje en la serie El Nudo, un thriller sobre treintañeros con mucho que ocultar y que se emite bajo demanda en HBO y de forma lineal en Antena 3.
A esos dos personajes hay que sumar los que vendrán. Fernández participa en Mamá o papá, la próxima comedia de un director con el que repite, Dani de la Orden, y también en Alba, una producción que se inspira en el mediático caso de La Manada y que llegará a Antena 3 este año. Y lejos de ejercer ese elitismo propio de algunos actores de cine que ven el entretenimiento televisivo como algo un tanto innoble, el actor no ha tenido problemas a la hora de participar en concursos de talentos como Tu cara me suena (y bien que hizo: ganó su sexta edición), participar en los grandes musicales de Madrid –antes de que estos fueran fagocitados por la ciudad en aquella campaña de mercadotecnia de la década pasada que llevó a equiparar la Gran Vía con Broadway– y amenizar cualquier fiesta popular como frontman de una orquesta, Orígen.
En un momento profesional que para cualquier otro actor sería rozar la cumbre y en uno de los más complicados para una profesión que en realidad siempre está en crisis, Miquel Fernández espera seguir creciendo. “Creo que no me puedo quejar por cómo han ido las cosas, pero tengo una ambición sana y pienso que todavía está por llegar mi mejor momento”, reconoce en conversación con ICON.
Antes de nada y siguiendo lo que ya parece una tradición en las entrevistas de estos meses, ¿qué tal está pasando la pandemia? De la mejor manera que se puede. Intentando tener paciencia, confiar en que más pronto que tarde podamos volver a una normalidad y gestionando muy bien la sobreinformación sobre la pandemia. Y también sintiéndome muy afortunado porque tengo un hijo y una mujer maravillosos y nos ayudamos mutuamente. El hecho de tener un crío te lleva a una rutina que no te deja pensar mucho en lo que está pasando.
Sin embargo ha tenido alegrías indiscutibles como haber participado en Adú, la película con más nominaciones en los premios Goya de 2021. Estoy súper contento por Salva [Calvo, director de la película]. Ha luchado mucho, se deja la piel, consigue hacer que las películas sean bellas dentro del drama y de las desgracias que hay en Adú. Me hubiese encantado tener una nominación, pero bueno, no pasa nada. Feliz estoy de que la película tenga 13, que estemos más expuestos y que puedan ver nuestro trabajo.
No es la primera experiencia de Fernández en una película con varias nomionaciones a los Goya. Lo vivió ya en La gran familia española, que obtuvo diez nominaciones en 2013. Sobre Adú, añade que “cuando Salva me lo ofreció, me dijo: ‘El personaje que quiero darte es un poco cabrón’. Me lo leí y pensé que era fantástico”.
“¡Ojalá yo me pudiera leer un guion y decir: ‘Ah, esto va a triunfar”, continúa. “Eso está al alcance de muy pocos, si es que está al alcance de alguien”. Tampoco parece fácil saber si una serie va a triunfar. Fernández no tiene problema a la hora de confesar que le gustaría que El nudo, la serie que se emite en Antena 3 y se puede también ver bajo demanda en HBO, tuviese más audiencia en su recorrido televisivo. “Es cierto que los resultados no están yendo quizá como nos gustaría, pero la serie está ahí y hay gente a la que le gusta mucho. La sigue un millón de espectadores, más o menos, que hoy en día está bien. Sabemos que es complicado competir con La isla de las tentaciones o Cuéntame... La gente en la televisión prefiere ver entretenimiento. Es normal. Una serie que emites a las 23:15 con un montón de anuncios... uno ya no tiene ganas. Además, estando las plataformas, dices ‘Ya la veré mañana en HBO’. Hoy en día la ficción en televisión está casi agonizando”. Tal vez llevado por esta idea, Fernández ha diversificado su camino en la pequeña pantalla y muchos espectadores lo conocen gracias a haber sido el ganador de la sexta edición de Tu cara me suena.
Muchos actores se hubieran negado a participar en un formato televisivo como ese. Sin embargo, usted lo hizo, ganó y parece que incluso favoreció su carrera posterior. Yo tenía mucho prejuicio por eso. En este país tenemos mucha tendencia a encasillar y nos gusta mucho decir “este, de repente, es cantante”. Al final es más lo que uno piensa que realmente lo que luego pasa. Es verdad que al principio tenía muchísimos prejuicios. Llamé a directores y directoras de casting para pedirles opinión y saber qué pensaban. Siempre me decían: “Tú puedes ir tranquilamente a este sitio, vete de cabeza”. Incluso a mi psicóloga le preguntaba qué hacer. Te entra la inseguridad y es verdad que te preguntas qué diran de ti. A toro pasado fue una de las experiencias más bonitas que he tenido y me ha ayudado muchísimo a crecer.
¿Participaría en otro concurso de talentos? Por supuesto. Además es una cosa que entre los compis tenemos ya clarísimo. Hace unos cuatro o cinco años la gente era más reticente. Ahora yo creo que si de repente hay un MasterChef Celebrity, un Tu cara me suena, un talent al que puedas ir y hacerlo bien, no pasa nada. Al contrario, suman.
He visto que es bastante activo en redes sociales. ¿Ha notado en algún momento lo que se cuenta ahora de que los seguidores importan más que el talento en algunos castings? No lo creo, me resisto a creerlo. La exposición y el ser mediático ayudan a que, quizá, piensen antes en uno, pero esto es un oficio de largo recorrido. Veremos qué pasa de aquí a dos años. Yo no me preocupo por eso, sigo trabajando y si hay alguien que me llama por los followers, pues maravilloso. Si hay alguien que no me llama, pues también. Hay un punto en el que estás en boca de todos y es normal, pero estar en boca de todos durante mucho tiempo tampoco sé si es factible o sano a la vez.
Entre la filmografía de Fernández hay también una curiosidad que se puede encontrar en Prime Video: una película americana llamada Dame tus ojos en la que comparte cartel con Blake Lively. “¿Sabes que fui a Tailandia para grabar solamente una secuencia que era un interior? Se suponía que sucedía en Barcelona. Montaron un estudio en Tailandia, me hicieron viajar allí una semana para hacer una secuencia, en clase business, y me devolvieron al cabo de esa semana. Yo trabajé un día de esa semana y el resto hice turismo por Bangkok, me pareció maravilloso. Luego estuvimos rodando aquí en Barcelona. Los tempos son otros, la producción es otra, es una barbaridad. Estuvimos cuatro días rodando una tomatina en Bunyol en la que había como dos tráileres y 500 extras, dos meses antes de la tomatina de verdad, y al final no salió nada de eso en la película, ¿te lo puedes creer? Es increíble la diferencia, cuando aquí estamos mendigando unos miles de euros para poder hacer algo. Y eso que esta no era una película con un presupuesto hipermillonario”.
En una entrevista reciente reclamaba más escenas de sexo en pantalla para actores de 40. No, lo que dije, hablando de El nudo, es que ahora hay muchas series en las que el sexo parece ser cosa de veinteañeros. Y como broma añadía que ya está bien, que la gente de más de 40 también tiene sexo, mucho y muy bueno.
Fernández desembarcó en Madrid con papeles en musicales como Rent, pero fue hace 18 años cuando empezó a destacar como protagonista del musical We Will Rock You, con canciones de Queen. “Me acuerdo de tocar con Brian May en el escenario, fue algo increíble. Pero yo creo que uno de los musicales que marcó la historia reciente del género fue el de Mecano, Hoy no me puedo levantar, y yo salté de We Will Rock You a ahí. Este era, obviamente, de autores españoles y con una historia muy autóctona. Chavales de los años ochenta, la problemática de las drogas, del sida... Se hizo un mejunje chulo y funcionó muy bien. Estoy muy orgulloso de ese musical porque me gusta mucho que las cosas se hagan autóctonas. Hay mucho talento en este país, hay mucha gente que compone, escribe, actúa, dirige y es una pena que los musicales se hayan centrado en hacer copias de Broadway o de Londres”.
Hay mucha épica asociada a la llegada de un actor a Madrid, no sé si tiene algún recuerdo de aquel momento. En aquel momento mi pareja era de Madrid. Recuerdo que tenía una moto de 50 centímetros cúbicos que me prestaron y era un desastre, completamente destartalada, pero me salvaba cada día para llevarme arriba y abajo. Tengo que darle las gracias a aquella pareja que tenía en aquel momento, porque me dejaba estar en su casa. Desembarqué y no lo pasé muy bien los primeros años, luego ya me fui estableciendo. Es verdad que vine con trabajo y eso también ayuda, pero bueno, aquello tampoco se cobraba muy bien. Fue después cuando empecé a entender de qué iba aquello del caché, que si me cogían para esto me tenían que pagar un poco más, lo tenía que pedir y no pasaba nada. Al principio me costó mucho adaptarme. Luego es verdad que Madrid es una barbaridad y más cuando eres joven. Es una ciudad abiertísima. Siempre tengo el corazón partido entre Barcelona y Madrid. Me lo he pasado muy bien los años que he estado allí, te acoge, tu familia se vuelve la familia urbana, el día a día de la gente del teatro que te vas encontrando, de amigos de amigos. En eso Madrid es una maravilla y lo echo de menos porque Barcelona no lo tiene.
Antes ha comentado que tiene una ambición sana, ¿qué diría que le queda por hacer? No lo sé, supongo que trabajar con directores como Sorogoyen, Almodóvar o Amenábar Y ya por pedir, hacer protagonistas.
Hablando de papeles protagonistas, hay una película independiente suya que se llama La llave de la felicidad en la que ocupa el papel principal, tiene buenísimas críticas y es imposible de encontrar. Es que eso... [Risas] Eso es una cosa que puso en su momento la productora que iba a hacer esa película. La registró y nunca se ha hecho.
¡Pero si tiene hasta reseñas en IMDB! Pues no existe esa película. Se puso en su momento, estábamos a punto de hacerla y la iba a protagonizar, pero creo que nunca se llegó a financiar. Fue una cosa que sí, pero al final no. Sigue ahí, como un pegotito en mi ficha.
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