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Dani Olmo: “El Barcelona es un club ambicioso. Yo no lo voy a ser menos”

Aquel chaval que se fue a Croacia con 16 años es, una década después, uno de los grandes jugadores de su generación

Dani Olmo posa en exclusiva para ICON vestido de Louis Vuitton.
Dani Olmo posa en exclusiva para ICON vestido de Louis Vuitton.Adrià Cañameras

Nada llena más a un periodista que entregarle al lector una historia redonda, un golpeo con rosca que, en el último instante, se cuela en la portería. Una historia como la de Dani Olmo (Terrassa, 26 años): el chico de La Masia que siendo apenas un adolescente se marchó a Croacia para convertirse en ídolo nacional, la joven promesa que fichó por un equipo alemán, se consolidó como una estrella en la Bundesliga y que, exactamente 10 años después, con una Eurocopa bajo el brazo, regresa al club de sus sueños, el F.C. Barcelona, como un jugador decisivo. Es como si se cerrara un círculo, ¿verdad?

—A mí no me lo parece —responde tajante el futbolista.

—Sin embargo, la suya es una historia redonda, ¿no cree?

—Puede ser. Pero yo creo que ahora empieza lo bueno, empieza todo. He venido a un club muy ambicioso. Yo no lo voy a ser menos.

A Olmo nadie le va a convencer de lo contrario: lo bueno empieza ahora. Al hablar con él, da la impresión de que ese “gen competitivo” del que se siente poseedor le impide darse por satisfecho, siquiera por un segundo, de haber cumplido el sueño de todo canterano del Barça, tomando el camino menos corto y más incierto. “No me han regalado nunca nada en la vida”, asegura. “Lo que he conseguido en el fútbol me lo he tenido que ganar con trabajo y no ha sido fácil. Pero gracias a todas esas experiencias soy la persona que soy y tengo la personalidad que tengo”.

Después de 10 años dedicado al futbol profesional, Olmo cree que su carrera no ha hecho más que empezar.
Después de 10 años dedicado al futbol profesional, Olmo cree que su carrera no ha hecho más que empezar.Adrià Cañameras

Antes de continuar, conviene aclarar que la entrevista con Olmo se realizó unos días antes de que su caso se convirtiera en el gran culebrón invernal del fútbol español. En aquel momento, el jugador se negó a hablar del tema, asegurando que el Barça había prometido resolverlo en unos pocos días.

Sin embargo, dos semanas después se confirmó que el club no iba a lograr inscribirlo antes del 1 de enero, ya que no había conseguido solucionar sus problemas financieros. Eso significaba que el alma de la selección que ganó el europeo en julio, el jugador que marcó en la semifinal frente a Francia el gol que sirvió clasificarse a la final, la providencial cabeza que despejó en el minuto 89 de la final contra Inglaterra un balón sobre la línea de gol que iba irremediablemente dentro de la portería y el gran fichaje del Barça para esta temporada quedaba libre para jugar donde quiera.

No me han regalado nunca nada en la vida. Lo que he conseguido en el fútbol me lo he tenido que ganar con trabajo y no ha sido fácil”

¿Y ahora qué? Dani Olmo prefiere no explicar cómo se ha sentido durante esta pesadilla. Su equipo asegura que por precaución. No quiere que nada complique aún más una situación ya compleja. Tras insistir una y otra vez, y después de que el Barcelona goleara al Real Madrid en la Supercopa de España —con Olmo jugando gracias a una medida cautelar del CSD—, el mediapunta se ha limitado a declarar que está “muy feliz y orgulloso” de su primer título y desea que sea “el primero de muchos”. ¿Eso significa que se queda? ¿Da el problema por resuelto? Tal vez ni él mismo lo sabe.

El día de la entrevista da la impresión de estar tranquilo. Proyecta una madurez mayor de la que figura en su DNI. Tiene un ligerísimo acento catalán y utiliza algunas muletillas típicas de la profesión, pero es difícil pillarlo desprevenido. Uno le tira una piedra a la cabeza y él la aguanta en el pecho para devolverla convertida en un pase al hueco.

Olmo viste camiseta y traje Dior Men. El estilismo es de Gina Berenguer y el trabajo de maquillaje y peluquería de Ruth Guerrero.
Olmo viste camiseta y traje Dior Men. El estilismo es de Gina Berenguer y el trabajo de maquillaje y peluquería de Ruth Guerrero.Adrià Cañameras

—¿Ahora qué? ¿Hablar un poco de la vida? —bromea al inicio de la charla, después de haber terminado antes de tiempo la sesión de fotografía.

Eso es: hablar un poco de la vida. La de Olmo ha sido anómala casi desde el principio. Su padre, Miquel, fue futbolista y más tarde entrenador en equipos que luchaban por estar en Segunda División, como el Terrassa FC y el CE Sabadell. Su hermano mayor, Carlos, juega actualmente en el San Cristóbal, en Tercera Federación. Daniel, el pequeño de esta familia de Terrassa, no recuerda haber querido ser otra cosa que futbolista. Tampoco siente que haya sido criado para alcanzar el máximo nivel: simplemente sucedió. “Nadie me obligó a ser jugador de fútbol. Disfrutaba jugando con mi padre y él disfrutaba jugando conmigo. Así es como empezó”, resume.

Mucha gente puede acercarse por interés. Mi grupo de amigos es muy pequeño. Conoces a gente nueva, te mueves… Pero el círculo sigue siendo muy cerrado”

La figura del padre ha sido capital en su desarrollo como jugador. Desde que era pequeño, tras cada partido, padre e hijo se sentaban a desmenuzar los detalles de lo ocurrido en el terreno de juego. “Siempre se centraba en mí, en lo que podía mejorar para rendir mejor, sin mirar tanto al equipo”, recuerda. Le decía las cosas con tacto, sabiendo muy bien hasta dónde podía llegar. “Siempre he sido buen entendedor, por así decirlo. Mi padre es una de las personas que mejor me conocen en el fútbol, y nunca tuve problemas en escuchar tanto lo bueno como lo malo que tuviera que decirme”. Hoy en día, esa costumbre sigue viva, aunque Olmo reconoce que ha interiorizado muchas de las lecciones que su padre le enseñó: “Ahora veo muchas cosas por mí mismo”.

Con 13 años entró en La Masia, la mítica cantera del Barça. Al principio, en régimen de media pensión: colegio y entrenamientos por la mañana, y vuelta a casa por la tarde. Al año siguiente empezó a quedarse a dormir en la residencia de canteranos. Solo volvía a su hogar familiar algunos fines de semana, sabiendo que el domingo por la noche o el lunes por la mañana regresaba a La Masia. Recuerda aquella etapa con especial cariño, como un tiempo de crear lazos fuertes con sus compañeros y de enfrentarse al alto nivel de exigencia que caracteriza a la escuela azulgrana. “La del Barça es una de las mejores canteras del mundo. Convives y compites con los mejores, y eso te obliga a estar a la altura”, asegura.

Dani Olmo con chaqueta, mono, zapatos y bolso Prada. El asistente de fotografía fue Anxo Casal y el de estilismo, Arlet Kuns.
Dani Olmo con chaqueta, mono, zapatos y bolso Prada. El asistente de fotografía fue Anxo Casal y el de estilismo, Arlet Kuns.Adrià Cañameras
El mediapunta catalán Dani Olmo reconoce que Messi es su principal referente en el campo.
El mediapunta catalán Dani Olmo reconoce que Messi es su principal referente en el campo.Adrià Cañameras

La fortuna de vivir tan cerca de casa le permitió no renunciar del todo a su vida anterior. Sus amigos de Terrassa acudían a verlo jugar muchos fines de semana y, aún hoy, pese a haber pasado media vida viajando por el mundo, siguen siendo una parte esencial de su día a día. Al mismo tiempo, el 10 de la selección española reconoce que, para un futbolista de élite, hacer nuevos amigos es “un poco más difícil” que para la mayoría de las personas. “Hay mucha gente que puede acercarse por interés. Mi grupo de amigos es muy pequeño. Conoces a gente nueva, te mueves… Pero el círculo sigue siendo muy cerrado. Al final, te presentan a muchas personas, pero los de siempre son los que van a estar”.

De niño jugaba más de delantero o de extremo izquierdo. Con la madurez, retrasó su posición hasta la zona de mediapunta, justo detrás del nueve, rodeado de muchos jugadores y moviéndose entre líneas. Su ídolo en esta posición es Messi. “Ya sé que no es mediapunta, pero yo le pondría en cualquier sitio del campo. Es el mejor de la historia”, defiende. Tiene claras sus mayores virtudes sobre el césped: “Hábil bajo presión, buen último pase, capacidad para tomar la decisión correcta en los últimos metros y tiro”. A estas habilidades, el exfutbolista Jorge Valdano, quien sostiene que Olmo es “el mejor fichaje azulgrana en décadas”, añade su destreza para recibir el balón “siempre bien perfilado, incluso si estuviera haciendo el pino”.

A la edad en que la mayoría de los chicos de 16 años tienen que elegir entre el bachillerato de ciencias o el de letras, Olmo tuvo que decidir entre seguir como canterano del Barça o aceptar la oferta del Dinamo Zagreb, el equipo más laureado de Croacia. “No fue una decisión fácil”, recuerda el jugador. “Era un cambio grande y poco común. Pero el Dinamo había demostrado que quería apostar por mí y tenía el ejemplo de muchos jugadores que habían salido de allí, como Luka Modric, que son referentes a nivel mundial”.

Olmo lleva un traje Dior Men.
Olmo lleva un traje Dior Men.Adrià Cañameras

El hermano se quedó con su padre en España y él partió con su madre a la aventura croata. “Hubo momentos complicados, porque significaba salir de la zona de confort”, recuerda Olmo. “Estábamos un poco solos, mi madre y yo. Bueno, si hablas con ella, seguro que podrá contarte muchas cosas, pero todas serán positivas. Siempre que hablamos de aquello, se le escapa alguna lagrimilla. Fueron momentos intensos. Solo ella y yo sabemos lo que vivimos en esos años”.

Lo que sabemos es que ganó muchos títulos, aprendió a hablar croata como si fuera nativo, fue nombrado mejor jugador de la liga a los 20 años y, según sus propias palabras, se hizo “un hombre”. “Tuve que aprender y madurar más rápido de lo habitual”, reflexiona. Una de las primeras lecciones que sacó de su experiencia es que las cicatrices de la guerra tardan mucho tiempo en cerrarse. Lo comprobó al visitar pequeños campos en la competición de la copa croata y en su propio debut en Vukovar, una ciudad fronteriza con Serbia y una de las más golpeadas por el conflicto de los Balcanes. “Veías a personas que aún estaban profundamente afectadas. A partir de ahí, comencé a interesarme y a informarme, aunque los croatas no suelen compartir mucho sobre ese tema”.

El objetivo es seguir ganando, estar arriba en todas las competiciones y competir por todo”

Es posible que, sin saberlo, se haya llevado de Croacia ese talante discreto. Su vida privada, que comparte con la influencer alemana Laura Schmitt, es eso: privada. Suele aprovechar sus días libres para entrenar en la ciudad deportiva o hacer trabajo de recuperación. No tiene problema en reconocer que sus días son muy parecidos. “Para un futbolista es muy importante ser muy fiel a una rutina. Coger hábitos te va a ayudar en todo. Al final, somos futbolistas las 24 horas del día, no solo el tiempo que pasamos sobre el campo o en el gimnasio”.

En 2020, el Leipzig de Julian Nagelsmann apostó fuerte por él y pagó una cifra cercana a los 34 millones de euros para hacerse con sus servicios. Un año antes había debutado en la selección nacional en un partido contra Malta. Su relación con el público español es peculiar, pues pocos jugadores han debutado en la absoluta sin haber jugado nunca en el campeonato nacional. “Cada convocatoria era una oportunidad especial para mostrar qué tipo de jugador soy y qué nivel tengo”. Pronto convenció a la afición y al seleccionador de aquel momento, Luis Enrique. “Los que saben de fútbol ya me conocen a la perfección”, añade.

El futbolista catalán posa en Barcelona con chaqueta y pantalón DSQUARED2.
El futbolista catalán posa en Barcelona con chaqueta y pantalón DSQUARED2.Adrià Cañameras

Antes de la Eurocopa de 2024, el exfutbolista alemán Philipp Lahm predijo que Dani Olmo sería “el mejor jugador de toda la Eurocopa”. Su intuición no tardó en confirmarse. En los cuartos de final, Toni Kroos lesionó a Pedri tras una dura entrada. Olmo entró como sustituto y terminó el partido con un gol y una asistencia. Su nivel en lo que restaba del torneo fue tan alto que llegó a igualar a los máximos anotadores con tres goles. Su actuación culminó en la final donde fue el salvador. “Llegaba en buena forma y me encontraba fresco. Sabía que podía hacer una gran Eurocopa”, dice hoy el jugador.

En julio ya estaba claro que su actuación le iba a valer el billete para uno de los grandes de Europa. Para él, no hubo duda en elegir al Barcelona, que, de la mano de Flick y un puñado de jóvenes, ha armado una de las generaciones más ilusionantes de los últimos años. “Antes de venir ya sabía que era el sitio perfecto para mi fútbol, podía sacar el máximo potencial de lo que soy como jugador. El objetivo es seguir ganando, estar arriba en todas las competiciones y competir por todo”.

Al llegar al párrafo final, nos encontramos ante una situación curiosa: el texto termina, la revista va a imprenta y ya no se puede añadir nada, pero el balón sigue en el aire. Nadie sabe todavía qué sucederá con el futuro de Dani Olmo. Hace solo unos días, LaLiga anunció que recurrirá ante la justicia ordinaria la resolución del CSD que permitió jugar a Olmo. Solo queda tener paciencia, la misma que ha demostrado el mediapunta y que seguramente esconde una mentalidad competitiva que le hace pensar que todo saldrá bien. “Todos en la élite somos competitivos”, asegura. “Pero algunos más que otros. Unos quieren algo y van a por ello; otros lo quieren y piensan: ‘Ya llegará’… En ese sentido, la diferencia está en la cabeza de cada uno: querer serlo o no”.

Maquillaje y peluquería: Ruth Guerrero (Kasteel Artist Management). Asistente de fotografía: Anxo Casal. Asistente de estilista: Arlet Kuns.

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