“¿Por qué tantas estrellas se apuntan a esta humillación?”: cuando de grandes repartos salen grandes fracasos
‘Argylle’ es la última película plagada de estrellas en su cartel que fracasa estrepitosamente en taquilla, una costumbre que ha dejado demasiados ejemplos en los últimos años: de ‘La hoguera de las vanidades’ a ‘Cats’
Argylle ha vuelto a evidenciar lo obvio: un gran reparto no garantiza un buen producto final. No pasa sólo en el cine: el Paris Saint-Germain sigue preguntándose por qué no ha dominado el fútbol mundial con un tridente valorado en 360 millones de euros. La adaptación de la novela que no escribió Taylor Swift —las cábalas de su base de admiradores uniendo puntos para argumentar que la protagonista del Eras Tour era la mujer tras el seudónimo Ellie Conway ha sido una de las noticias más absurdas de la temporada— ha sido el primer gran fracaso de 2024, a pesar de un reparto estelar que incluye a Bryce Dallas Howard, Sam Rockwell, Henry Cavill, John Cena, Dua Lipa, Samuel L. Jackson y Bryan Cranston y tiene al frente a Matthew Vaughn, responsable de las exitosas Kingsman.
El reparto fue, tal vez, una de las causas de la debacle, o más bien el reparto que solo aparecía en el trailer. El material promocional daba a entender que Argylle era una película de mamporros protagonizada por Cavill y Cena, pero los que fueron al cine se encontraron con que sus papeles eran casi meros cameos y el grueso de la acción tenía como epicentro a la escritora interpretada por Bryce Dallas Howard. En cuanto el boca a boca hizo su labor, la película estuvo condenada. La segunda semana perdió casi un 70% de espectadores. Con un presupuesto de más de 200 millones de dólares, recaudó apenas 35 en su primer fin de semana, lo que la envía directa a la lista de película cuyos repartos de relumbrón despertaban expectativas que no se cumplieron.
Cats (2019)
Reparto: Judi Dench, Idris Elba, Jennifer Hudson, James Corden, Ian McKellen, Rebel Wilson y Taylor Swift
El Cats teatral no tuvo una génesis sencilla. Andrew Lloyd Webber tuvo que convencer a la viuda del poeta T.S. Elliot para que le permitiese adaptar El libro de los gatos habilidosos del viejo Possum, un hueso duro de roer que previamente le había dado calabazas a Disney. Cuando consiguió los derechos, los inversores se retiraron, incapaces de entender el concepto. Y cuando todo parecía estar listo, justo en la semana del estreno, la que iba a ser protagonista, Judi Dench, se rompió el talón de Aquiles y tuvo que ser sustituida. Pero en cuanto se levantó el telón se disiparon todas las dudas y 40 años después Cats es uno de los cinco musicales más exitosos de todos los tiempos. Esa reputación avalaba el proyecto de Tom Hooper, responsable de El discurso del rey, que además tenía a su disposición un reparto de campanillas que incluía a las oscarizadas Jennifer Hudson y Judi Dench y a la cantante Taylor Swift, que también compuso el tema principal.
Lo respaldaba asimismo el éxito previo de musicales como Chicago y Mamma Mía, pero ni las reclusas del penal del Condado de Cook ni las émulas de ABBA habían tenido que enfrentarse a un enemigo tan cruel como un CGI defectuoso. En cuanto se filtraron las primeras imágenes, las críticas fueron descarnadas. Los gatos son las estrellas de la vida moderna y dueños y señores de Internet, pero aquellos mininos gigantes parecían más bien criaturas de La isla del doctor Moreau y parece que nadie quiere ver gatos con pechos humanos (y si quiere existirá para ello una categoría en PornHub). El público le dio la espalda y la crítica la destrozó, pero con cierta benevolencia. “No es posible considerarla una buena película. Pero no quiero invitar a que se la odie. Es un animal callejero feo que huele mal y que sin duda no debe ser invitado a casa. Sin embargo, es en su especie un tipo de criatura viva, digna de al menos cierta compasión básica”, escribió el crítico de Vanity Fair, Richard Lawson.
Las aventuras del Doctor Dolittle (2020)
Reparto: Robert Downey Jr., Antonio Banderas, Michael Sheen y Jim Broadbent (y las voces de Emma Thompson, John Cena, Marion Cotillard, Ralph Fiennes, Selena Gomez, Tom Holland, Rami Malek, y Octavia Spencer).
Resulta sorprendente que el primer gran trabajo de Robert Downey Jr. tras su paso por el Universo Cinematográfico de Marvel fuese la adaptación de Doctor Doolittle, el personaje creado por Hugh Lofting, especialmente porque ninguno de sus pasos previos por la pantalla, ni la versión de Richard Fleischer con Rex Harrison ni la de Betty Thomas a mayor gloria de Eddie Murphy, fueron un éxito incontestable. Posiblemente imaginaron que el arrebatador carisma de Downey Jr., capaz de resucitar una y otra vez hasta convertirse en el actor mejor pagado de Hollywood, erigirse en el más carismático de Los Vengadores y seguir consiguiendo el aprecio de la crítica gracias a pequeños proyectos como El juez, sería suficiente para llevar a los espectadores al cine. Y por si su nombre no bastaba sumaron una pléyade de estrellas para poner voz a los animales parlantes que incluía a Tom Holland, Selena Gomez, Ralph Fiennes o Rami Malek.
Reunieron a muchas figuras interesantes, pero se olvidaron de lo más importante: un buen guion. Es difícil entender tal sucesión de bromas escatológicas sobre heces y pedorretas sin aparente nexo de unión. Tal vez parte del desastre se deba a su director, el experto en thrillers, Stephen Gaghan, guionista de Traffic y director de Syriana, no parecía el más adecuado para estar al frente de un producto orientado a un público infantil. Al final hubo que llamar a Jonathan Liebesman, responsable de Ira de titanes para grabar material extra durante tres semanas más, lo que hace imposible discernir quién es el culpable final del desatino. Consiguió seis nominaciones a los Razzie, dos de ellas para Downey Jr: una como peor actor y otra como peor combo en pantalla por la pareja que formaba con... su acento galés.
La hoguera de las vanidades (1990)
Reparto: Tom Hanks, Bruce Willis, Melanie Griffith, Morgan Freeman y Kim Catrall.
Tres actores talentosos y taquilleros y aún mejor, estrellas que no pueden caer mal a nadie, para protagonizar un clásico del dios del periodismo Tom Wolfe, con una temática tan fascinante como la codicia de Wall Street en los ochenta y el director de obras maestras como Carrie o Los intocables de Elliot Ness. La hoguera de las vanidades, de Brian de Palma, era un proyecto que no podía fallar y sin embargo se vino abajo como un lujoso castillo de naipes.
Las cosas empezaron a ir mal cuando se señaló que había pocos personajes afroamericanos (el movimiento #OscarSoWhite sólo fue el colofón de un mal larvado en la industria durante décadas) y empezaron a realizarse pequeños cambios cosméticos, lo que no libró al rodaje de ser recibido muy poco amistosamente en el Bronx. Otros cambios no fueron únicamente cosméticos y supusieron la base de su fracaso. La novela de Wolfe no era complaciente con sus protagonistas, pero Warner Bros pensaba que nadie quería ver a Tom Hanks siendo un cínico, con lo que lo transformó en la clase de personaje que interpretaba habitualmente y todo el vitriolo de la obra original se transformó en miel.
Bruce Willis, que acababa de triunfar en La jungla de cristal, tampoco era el más adecuado para hacer el papel de un mindundi con aspiraciones y además planteó problemas extras como discutir con De Palma, dar clases de interpretación a sus compañeros y pasarse por el plató con un asistente que cubría constantemente de maquillaje su incipiente calva. Melanie Griffith también puso su granito de arena en el desastre: a mitad del rodaje se presentó con unas prótesis mamarias nuevas que dieron dolores de cabeza extras a los responsables del raccord.
Un reparto puede ser excelente, pero no adecuado, como bien saben todos los estadounidenses, irlandeses y españoles que interpretaron a chilenos en La casa de los espíritus. Y cuando se trata de un superventas que ha leído todo el mundo es mejor no alejarse demasiado del material original, eso también lo saben los que fueron a ver la adaptación de la obra de Isabel Allende. Sin embargo, en el plató nadie era consciente de que lo que estaban haciendo no era una obra maestra hasta que las proyecciones de prueba mostraron que al público no le gustaba, lo que provocó nuevos cambios que la desvirtuaron más aún más el original. Hasta ese momento, de Palma estaba tan convencido del buen trabajo que estaba haciendo que proporcionó acceso total a la crítica Julie Salamon para que documentase todo el proceso en un libro destinado a ser una guía como crear una gran película, pero finalmente se acabó titulando “Anatomía de un fiasco”.
Rock of ages (2012)
Reparto: Tom Cruise, Alec Baldwin, Catherine Zeta-Jones, Bryan Cranston. Russell Brand, Diego Boneta y Malin Åkerman.
Tendemos a creer que el hombre que salvó Hollywood (según Spielberg) cuenta sus películas por taquillazos, tal vez porque hemos borrado de la memoria desastres como Rock of ages. Y eso que en ella Cruise hace cosas tan inéditas en su filmografía como cantar y deja de hacer cosas tan habituales como correr. Rock of ages es un musical que en el teatro acumuló premios y espectadores, pero no es uno de esos clásicos que todo el mundo considera de visita obligada cuando viaja a Nueva York. Fuera de Estados Unidos Cruise era su principal reclamo y, como siempre, nada se le puede achacar: está francamente bien como Stacee Jaxx, un cantante en horas bajas que recuerda a Axl Rose, insoportable y alcoholizada, papel muy alejado de los que lo han consolidado como una de las grandes estrellas de las últimas décadas. La banda sonora incluye éxitos tan reconocibles como More than words y el Don’t stop believin’ de Journey, un himno tan poderoso que sustentó los momentos más desiguales de Glee, pero en su traslación a la pantalla todo lo que había de salvaje y nostálgico se desvaneció, dando lugar a un montón de gente disfrazada de heavys que tan sólo provocaba vergüenza, principalmente porque nadie del elenco sabía cantar. “En realidad, es como una versión más larga y ruidosa de Glee o American Idol, pero con actores que no pueden cantar en lugar de cantantes que no pueden actuar”, escribió la crítica Candice Frederick. Por intentar fabricar una atracción para todos los públicos, acabaron no atrayendo a ninguno.
Amsterdam (2022)
Reparto: Christian Bale, Margot Robbie, John David Washington, Chris Rock, Rami Malek, Robert De Niro, Anya Taylor-Joy, Taylor Swift, Michael Shannon
Hay personas que habrán leído la sucesión de nombres que encabezan este texto y se preguntarán cuándo ha pasado esto. Pasó y no fue hace mucho tiempo, pero sobre todo pasó desapercibido (aunque puede verse en Apple TV). El reparto más prometedor de los últimos años tenía al frente al desconcertante David O. Russell, capaz de lo mejor (La gran estafa americana) y lo peor (hay personas que todavía no se han repuesto de Extrañas coincidencias). Y esta vez salió cruz.
El argumento de Amsterdam es ambicioso, como todo lo que propone Russell: abarca romance, thriller político, suspense y una parte poco conocida de la historia estadounidense, el momento en el que los nazis estuvieron a punto de colocar a un candidato en la Casa Blanca (no, no es Trump). Sin embargo, en algún momento del proceso algo se torció y el mal resultado inicial de taquilla la condenó. La que estaba destinada a ser una apisonadora durante la temporada de premios vio como su estreno se iba posponiendo para finalmente ser recibida con una indiferencia que, tal vez, no se merecía.
The monument’s men (2014)
Reparto: George Clooney, Matt Damon, Bill Murray, Cate Blanchett, John Goodman, Jean Dujardin y Hugh Bonneville.
La quinta película de George Clooney como director apareció en todas las listas de las películas más esperadas de 2013 y ha acabado figurando en la lista de las más decepcionantes. Además de ofrecer las interpretaciones de estrellas con tanto renombre como talento, contaba con un argumento que hacía pensar en un cruce entre Indiana Jones y Ocean’s Eleven: la historia (real) de un comando formado por siete historiadores encargados de rescatar obras de arte de las garras nazis.
La premisa prometía acción y el casting aseguraba una pátina de calidad, pero lo único que ofreció fue capas y capas de aburrimiento. Clooney, que ejerció de director, guionista y actor, quiso lograr un equilibrio entre acción y aventura con sabor clásico, pero todo lo que consiguió fue un pastiche anticuado que no satisfizo a nadie y en el que no es el guion sino la omnipresente música de Alexander Desplat la que te indica en qué momento hay que reír, emocionarse o sentir tensión. El público no le firmó un cheque en blanco sólo porque los protagonistas (Clooney, Blanchett y Damon) sean tres de las estrellas más grandes del firmamento cinematográfico y la crítica no le dio su beneplácito. De “decepcionante” la calificó The Times. Tampoco hubo más ensañamiento porque, realmente, no le importó a nadie.
Movie 43 (2013)
Reparto: Hugh Jackman, Emma Stone, Richard Gere, Kate Winslet, Halle Berry, Dennis Quaid, Uma Thurman, Naomi Watts, Chris Pratt, Liev Schreiber, Gerard Butler, Anna Faris, Chloë Moretz y Jason Sudeikis.
“¿Por qué tantas estrellas de Hollywood se apuntaron a esta humillación?”, se preguntó The Guardian tras el estreno de Movie 43. No fue lo más duro que se escribió de una de las películas con más estrellas por frame de la historia del cine. Y no se trata de luminarias en decadencia en busca de un último gran cheque, como las que trufaban las películas de catástrofes de los setenta, sino primeras espadas en su apogeo. La crítica, que tuvo que pasar por taquilla porque no hubo pases previos, se puso las botas con la película de Peter Farrelly. De “el mayor desperdicio de talento en la historia del cine” la calificó el Toronto Star ahondando en el drama que suponía ver a todo Hollywood haciendo bromas sobre pis, caca y menstruaciones en una sucesión de gags inconexos. “¿Alguien tenía como rehenes a los hijos de Kate Winslet?”, se preguntó Vulture. “¿Amenazaron con publicar fotos comprometedoras de Emma Stone? ¿Richard Gere o Hugh Jackman tenían deudas de juego?”. Hay diversos argumentos para explicar qué hacían estrellas oscarizadas pergeñando bromas sobre testículos. En algunos casos fue la amistad: una película que unía catorce sketches tenía tantos guionistas, directores y productores que todo el mundo conocía a alguna estrella a la que pedirle un favor. En otros, la creencia de que hacer una película más cercana a un capítulo de Jackass que a una aspirante al Oso de Oro les acercaría a ese tipo de público joven que le había dado la espalda al cine. Y, probablemente, en otros casos simplemente fue una cuestión de dinero.
Aunque parezca que todo Hollywood forma parte del elenco, hubo estrellas como George Clooney y Colin Farrell que se negaron a participar. Lo que ninguno puede alegar es desconocimiento: al menos hasta la soporífera Green book el apellido Farrelly era sinónimo de bromas de semen y testículos y del humor grueso y excesivo que recorre todos los gags de Movie 43, la mayoría bastante menos afortunados que otros trabajos del productor, como Algo pasa con Mary o Pegado a ti.
Pero no todo fueron malas críticas, hubo quien supo encontrar la belleza en el caos. “Es raro ver un pedazo de mierda que realmente se ve y suena como un pedazo de mierda”, escribió The New York Magazine. “¡Es incluso emocionante!”
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