Con diseño de Palomo Spain y cristales de Swarovski: la botella que vestirá tu mesa esta Navidad es de agua mineral

Si hay algo más difícil que diseñar una botella —no solo debe contener la materia, también reflejar su contenido—, es crear un diseño tan rupturista que acabe convirtiéndose en un icono. Damajuanas, borines, tetrabicks, botellines… procedente de un manantial milenario de la Serranía de Cuenca, arropado por bosques de robles y coníferas, el agua de Solán de Cabras se trasladó durante siglos en todo tipo de recipientes, pero fue con esa botella de cristal azul cuando logró trascender de la restauración para hacerse un hueco en el imaginario popular. Reinterpretaciones incluidas. Porque esta Navidad, Palomo Spain reivindica la riqueza de esta agua mineral en una nueva edición limitada, salpicada de cristales de Swarovski, que elevan su botella a la categoría de joya.

El diseñador, que adelantó el futuro de la moda masculina apostando por una belleza maximalista de sensualidad barroca y herencia andaluza, reconoce que el encargo no ha sido fácil. “Ha supuesto todo un reto para mí trasladar el mundo de los minerales al diseño de su ya de por sí icónica botella”, asegura orgulloso de este preciosista accesorio, donde cada brillante es una oda a los diferentes minerales que conforman la equilibrada e imperturbable composición de Solán de Cabras: calcio, magnesio, bicarbonato, potasio... Si hay algo que nunca ha cambiado en estos dos siglos de historia es la pureza con la que el agua brota de su manantial, un recorrido de 3.600 años de filtrado en los que absorbe todos los matices de la naturaleza.

Sobre el inconfundible color azul de la marca y la maestría con la que utiliza los cristales de Swarovski, Palomo nos sumerge en el origen de cada una de las firmas. Pocos diseñadores están tan estrechamente ligados a raíces como él: aunque lleve Spain por segundo apellido, su ecléctico universo creativo tiene domicilio en Posadas —los delicados diseños que han conquistado a divas como Rosalía o Beyoncé se crean en un antiguo cortijo en el que ha instalado su estudio y sus talleres—, y bebe del crisol multicultural cordobés. Guiños a la arquitectura y geometría de su ciudad natal, como la mezquita de Córdoba, que ha plasmado en el brillante estampado que cubre la nueva botella de Solán de Cabras.

Porque a veces nos cuesta apreciar las cosas que forman parte de nuestra cotidianidad, esta botella reivindica el valor —en todos los sentidos—, de algo tan esencial e intrínseco a nosotros como es el agua. La colaboración consta de cien botellas exclusivas y numeradas, a la venta en la tienda de Mahou San Miguel hasta agotar existencias, y es regalo perfecto para maridar nuestros momentos navideños. ¿Quién dijo que no se podía brindar con agua?