Casi no tendrá que hacer cola: 14 iconos de la relojería desde 390 euros para regalar (o soñar) estas Navidades
En esta selección hay cronógrafos de lujo, clásicos eternos y algún lanzamiento que ha provocado larguísimas listas de espera. Con un denominador común: ninguno necesita pila
2023 ha sido un año brillante en términos relojeros. Ventas a pleno rendimiento, lanzamientos importantes de todas las grandes marcas e hitos tan relevantes como la fiebre desatada por la colaboración entre Swatch y Blancpain o el Royal Oak de Audemars Piguet con la colaboración de 1017 ALYX 9SM. Con cifras récords, aperturas de tiendas y, sobre todo, un interés cada vez más generalizado y que se viraliza por momentos a través de las redes sociales, parece claro que la relojería ha abandonado ya hace tiempo el nicho de lo ultraespecializado para conquistar al gran público.
En ICON hemos seleccionado relojes perfectos para regalar estas fiestas. Son lanzamientos de 2023, son estupendos ejemplos de lo que ofrece cada marca y hay precios para todos los gustos, siempre teniendo en cuenta que hablamos de relojes mecánicos –automáticos o de cuerda manual–, fabricados en Suiza y, por supuesto, pensados para durar, ajenos a la persistente obsolescencia programada.
Veteranía en la cumbre
Alpina es una marca bien conocida por los aficionados a la relojería suiza. Su veteranía la avala (este año ha cumplido 140 años), y también la solidez de relojes que mantienen un nivel de precios moderado. El primer Alpiner Extreme con brazalete de acero integrado (precio: 1.995 euros), que se lanzó la pasada primavera, celebra la legitimidad de una casa que, para empezar, sentó las bases de la relojería deportiva con modelos antimagnéticos, herméticos, de acero inoxidable y resistentes a los golpes. Este año ha demostrado su autoridad, en primer lugar, acudiendo a Watches and Wonders, la feria relojera por excelencia, donde se ha codeado con los gigantes del lujo. Y, por otro lado, integrando el brazalete de acero en estos modelos. Es fácil reconocer este modelo gracias a su bisel con seis tornillos y su esfera estampada con un motivo triangular. Aquí hemos seleccionado el modelo más sencillo, con caja de 41 milímetros, tres agujas centrajes e indicador de fecha.
Siempre visible
La aviación y los relojes siempre se han llevado bien. La casa suiza Bell & Ross, de hecho, surgió así, como un homenaje a las formas y los motivos de los instrumentos de medición empleados por los pilotos. De ahí proceden sus icónicas cajas cuadradas de bordes redondeados, y también su obsesión por lograr la mejor legibilidad posible en cualquier situación. Su novedad, BR-X5 Green Lum (13.900 euros) sube la apuesta e incorpora Super-LumiNova, el pigmento luminiscente más eficaz, más allá de las agujas y los índices. La caja luminiscente de 41 milímentros de este nuevo BR-X5 brilla en la oscuridad con esa fosforescencia verdosa inconfundible gracias a un material creado en exclusiva para la casa. No solo es especial por eso. También por su movimiento de manufactura y porque solo está disponible en una edición limitada a 500 unidades.
Sesenta años no son nada
2023 ha sido, en primer lugar, el año del Carrera. El 60º aniversario de uno de los modelos más icónicos de TAG Heuer ha traído un batallón completo de nuevos modelos que reinterpretan este reloj de ADN automovilístico en clave contemporánea, con un cristal de zafiro abombado y movimientos mejorados. La traca final ha sido el lanzamiento del TAG Heuer Carrera Chronograph, que reivindica el oro para recuperar una de las historias más mágicas de la marca: en los años sesenta, Jack Heuer solía regalar relojes de oro a sus ídolos de la Fórmula 1. Ahora, el oro regresa a este modelo de 39 milímetros lleno de encanto vintage y estética de ahora mismo. La colección de cronógrafos Carrera incluye opciones desde 6.100 euros, aunque este brilla con luz propia por 21.750 euros. Un broche de oro (nunca mejor dicho) a un año para recordar.
Un prodigio en equilibrio
Los movimientos de manufactura son el atributo más prestigioso de cualquier reloj que se precie. Son mecanismos que, a diferencia de lo que sucede todavía en buena parte del mercado, no proceden de proveedores externos que fabrican sistemas estándar, sino que han sido desarrollados y producidos internamente por la casa relojera en cuestión. Son artefactos hechos a medida, y requieren inversión y ambición. De ahí que supongan un aumento considerable en el precio de cada modelo. Por eso fue revolucionario el gesto de Frederique Constant, una casa relojera independiente que hace años decidió lo impensable: proporcionar movimientos propios a un precio más asequible que el resto. Este año las celebraciones del 35º aniversario de la marca han demostrado que su intuición no les fallaba. Y para celebrarlo han presentado joyas como esta edición de su Highlife Worldtimer Manufacture (3.995 euros) en cuya esfera chocolate destaca el inconfundible globo terráqueo que caracteriza a la marca. Mejor imposible.
Conexión Japón-Suiza
Hay relojes de manufactura muy complicados y otros aparentemente simples. Al nuevo Grand Seiko SBGW305 no le hacen falta grandes complicaciones para imponerse como una opción sensata y precisa del reloj mecánico clásico de cuerda manual. Caja redonda de acero inoxidable, esfera plateada, tres agujas e índices microfacetados. Con un tamaño moderado (37,3 milímetros de diámetro) que lo convierte prácticamente en un modelo unisex, tiene tres días de reserva de marcha gracias a un calibre 9S64 de cuerda manual que deriva directamente del 9S que marcó un antes y un después en la firma en 2001. Grand Seiko, una casa de origen nipón que cada año sorprende con relojes elegantes y sofisticadísimos, que ponen la precisión técnica en primer plano, apuesta en esta ocasión por regresar a lo esencial. Concebido inicialmente para el mercado japonés, desde este mes está también disponible en Europa por un precio (5.800 euros) imbatible para un reloj de su categoría.
Buceo clásico
Los relojes de buceo viven un momento especialmente dulce. Y Longines puede presumir de legitimidad en ese terreno: su primer modelo impermeable se patentó en 1938 y dos décadas después, en 1958, lanzó su primer subacuático. La nueva versión de su Legend Diver (el de la imagen, 3.600 euros) reinterpreta en 39 milímetros el modelo original de 1959 en el que se inspira. Disponible con esfera negra o azul, resulta inconfundible gracias a sus dos coronas y su bisel giratorio interno. Calibre L888.6, 72 horas de reserva de marcha, resistente hasta 30 bar (300 metros) y caja de acero inoxidable que combina igual de bien con correa NATO o pulsera de acero inoxidable con doble cierre de seguridad como con la correa de piel.
El color del año
Seguimos con relojes de buceo. El color azul intenso de la correa de caucho y, sobre todo, la esfera decorada con ondas del Oris AquisPro 400m (5.700 euros) no dejan margen para la duda: es un modelo concebido para sumergirse en el océano y, de hecho, se trata del reloj de submarinismo más resistente de la firma. No es retórica: su caja de titanio puede soportar presiones de hasta 400 bares (equivalente a 4.000 metros de profundidad). Equipado con el Oris Calibre 400, tiene una reserva de marcha de cinco días y propiedades antimagnéticas. Con una voluminosa caja de 49,50 milímetros y bisel cerámico, es un automático rotundo y con vocación marinera.
El Primero (no es una forma de hablar)
Seguimos con relojes azules, aunque, para muchos fans de la relojería, lo más impresionante de este Zenith no es su aspecto, sino su nombre. El Primero (así, tal y como suena en español) es el modelo más emblemático de esta marca fundamental en la relojería moderna; su movimiento fue, tras la crisis del cuarzo, el que latió dentro de muchos relojes memorables de los años ochenta. Este Chronomaster Sport (11.300 euros) retoma esa tradición en azul metalizado y acero. Retro, pero de un modo contemporáneo.
Filosofía material
Rado es una de las firmas de Swatch Group más comprometidas con el diseño y la tecnología. Sus principales innovaciones residen en un empleo muy rupturista y ambicioso de la cerámica y el metal, que desarrollan de forma interna para lograr acabados difíciles de lograr en otras marcas. La nueva hornada de modelos Skeleton proponen su propia versión del esqueletizado, esa técnica en que la esfera, a través de perforaciones y calados, permite ver el mecanismo del reloj desde la parte delantera. Además, este Rado Truesquare Skeleton (3.500 euros) recupera una de las siluetas más reconocibles de la casa, en forma cuadrada de 38 milímetros. Su mecanismo automático es más resistente a campos magnéticos y cambios de temperatura, y ofrece 80 horas de reserva de marcha. Punto extra para la esfera, decorada con un motivo horizontal.
Deseo total
Pocas cosas se pueden decir ya del que ha sido el lanzamiento relojero de 2023. La colaboración entre Swatch y Blancpain se ha plasmado en una colección que recupera la silueta del legendario reloj de buceo Fifty Fathoms con el movimiento automático de Swatch y que provocó colas y acampadas nocturnas frente a las tiendas cuando se lanzó el pasado septiembre. Es una colaboración que pasará a la historia y también un ejemplo del excelente momento que vive la afición a la relojería entre el público. Eso sí, si quiere hacerse con uno de los cinco modelos de la colección Bioceramic Scuba Fifty Fathoms de Blancpain x Swatch (390 euros), le recomendamos acercarse hasta su tienda Swatch de confianza, porque vuelan.
El icono que no cesa
Hay relojes que no requieren explicación, y todos los de la colección Tank de Cartier encajan en esa categoría. Ya sean sus modelos más clásicos o sus últimas reinterpretaciones, siempre hay algo hipnótico en la caja rectangular cuyo diseño recuerda al mito que Louis Cartier ideó en plena Primera Guerra Mundial. Este modelo (6.250 euros) pertenece a una de sus declinaciones más originales, la colección Tank Française, caracterizada por los cortes geométricos y biselados de su caja de acero, y también por su brazalete integrado en el mismo material. Hemos elegido el tamaño grande, con movimiento mecánico de carga automática. Infalible.
Regreso a los orígenes
La historia de Tissot se remonta a 1853, fecha de establecimiento de su primer taller relojero en la localidad suiza de Le Locle. Y este modelo, que se llama precisamente así, Le Locle, rinde homenaje al reloj de la iglesia de esta localidad ligada para siempre a su manufactura. Este año se cumplen 20 desde su primer lanzamiento, y esta nueva versión en acero, con caja de 39 milímetros, refina el diseño original en un ejercicio de clasicismo. Atención a sus índices romanos y sus agujas azules, o a la esfera plateada con el motivo Clous de Paris. En su corazón, el movimiento Powermatic 80. Un reloj para siempre por 775 euros.
Defina ‘MilSub”
En 1958 los relojes Tudor fueron adoptados oficialmente por la Marina estadounidense, que los entregó a los submarinistas que trabajaban en distintas unidades. Este año, la firma suiza ha rescatado aquel modelo para idear uno totalmente nuevo, el Tudor Pelagos FXD (4.150 euros), una versión actualizada del mítico “Milsub” (Military Submariner). Tiene barras fijas perforadas en las asas, detalles que remiten a los Oyster Prince Submariner de finales de los sesenta, un fastuoso calibre de manufactura, agujas “Snowflake” y una ligerísima caja de titanio de 42 milímetros. La correa de tejido en verde y rojo lo hace inconfundible.
El mito
Hay relojes que no requieren explicación. Y Omega, una casa conocida por sus icónicos relojes de submarinismo y de carreras, tiene en su haber el Speedmaster, una categoría en sí mismo, el modelo fiable y robusto que llegó a la Luna con los astronautas de la NASA. Este año ha lanzado una nueva versión fase lunar cuyo color azul noche evoca la Luna fría, la última del año. El Omega Speedmaster Moonphase (12.400 euros) es una inversión y también una apuesta segura como objeto de uso diario y pieza de colección. Con sus 44,25 milímetros de diámetro, en acero noble, aro de bisel de cerámica azul y pulsera a juego, constituye una de las incorporaciones más poéticas a esta colección.
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