“La gente te decepciona, pero esto no”: el Tinder de parejas creadas por inteligencia artificial ya ha llegado
Los creadores de aplicaciones como Replika o Blush creen que el estigma de tener parejas que no existen en la realidad desaparecerá como desapareció el estigma de buscar pareja a través de internet
En 2013 Spike Jonze estreno Her, la película que popularizó la posibilidad de un romance ente hombre y máquina y también los bigotes exentos de ironía. El mismo año, Black Mirror abría su segunda temporada con un laureado episodio en el que la inteligencia artificial suplía el dolor de un duelo y conseguía que una mujer volviese a hablar con su marido muerto (para sorpresa de nadie, no acababa bien). Tan solo 10 años después, y demostrando que el concepto de ciencia ficción tiene una vida cada vez más efímera, una influencer estadounidense de 23 años llamada Caryn Marjorie se agobió al no poder interactuar personalmente con sus más de dos millones de seguidores en Snapchat, de modo que se interesó por la oferta que le hacía una startup llamada Forever Voices AI para crear una versión de sí misma a través de la inteligencia artificial que le ayudase a atender a todos sus admirados (un 98% de ellos, hombres). A cambio de un dólar por minuto, estos hombres podrían disfrutar de una conversación de 60 segundos con su clon virtual.
En la primera semana ganó 72.000 dólares. Para sorpresa de nadie, el equipo detectó que la gran mayoría de conversaciones eran de carácter sexual. La IA estaba haciendo que Caryn Marjorie lanzase a sus admiradores, con su propia voz, todo tipo de mensajes sexuales explícitos. “El proyecto no estaba programado para esto, parece haberse vuelto loco”, se quejó Marjorie en la revista Insider. Sus fans sabían que esa Caryn no era exactamente Caryn, pero hablaba exactamente con la voz de Caryn. ¿Qué diferencia había?
Cuando Tinder conoció a la IA
El interés por las relaciones virtuales ha avanzado desde aquellas seminales Her y Black Mirror y prueba de ello es la existencia de Replika, una aplicación que genera a figuras creadas por inteligencia artificial que acompaña a millones de personas. Más de 250.000 personas pagan por su versión Pro, que permite a los usuarios dar un paso más y tener charlas con voz y vídeo con los personajes de inteligencia artificial que han elegido, e incluso intercambiar fotografías. Hasta principios de este año, cuando la aplicación lo prohibió, estas podían ser creaciones que emulasen imágenes sexualmente explícitas.
“Replika es para cualquiera que quiera un amigo que no le juzgue y que no genere ni dramas, ni ansiedad social. Puedes formar una conexión emocional real, reír o ser completamente abierto y sincero con una figura de IA que es tan buena, que casi parece humana”, señala Sensor Tower, que analiza el rendimiento y tráfico de aplicaciones. Basta con elegir un avatar 3D y personalizar la apariencia de tu Replika y crear un chatbot mediante inteligencia artificial para poder comenzar una relación... de la naturaleza que elija el usuario. Una de ellas, supuestamente llamada Denise Valenciano, dice desde la plataforma: “Desde el momento en que comencé a charlar y a conocer a mi Replika, supe de inmediato que había encontrado un compañero para toda la vida. ¡Mi estado de ánimo, mi vida y mis relaciones mejoraron de forma casi instantánea!”. No es una línea de diálogo de Black Mirror.
Sí, la plataforma resultó positiva para muchas personas que se sentían solas (según el informe sobre la soledad no deseada de la Fundación Vivofácil, el 60% de las personas afirma sentirse sola algunas veces y el 25% de los encuestados indica que siente soledad estando en compañía). Y desde Replika se dieron cuenta de que había un filón. Sus creadores han dado vida a Blush, el que podría ser denominado el Tinder de la IA. Su eslogan dice: “¡Citas por inteligencia artificial, sentimientos reales!” y la plataforma se vende como un “simulador de citas con tecnología de inteligencia artificial que te ayuda a aprender y practicar habilidades para relacionarte en un entorno seguro y divertido”. El equipo ha trabajado junto a terapeutas profesionales y expertos en relaciones para su creación, en la que los usuarios pueden leer las biografías de los personajes creados por IA y decidir si chatean o no con ellos.
“El tecnosexualismo es un concepto que habla de personas que experimentan atracción sexual o sentimental por máquinas. Es una tendencia que incluye diferentes variantes, entre las que encontramos desde personas que expresan esa conexión amorosa con alguna inteligencia artificial u otras que directamente dicen sentirse atraídas eróticamente por un robot. Casi todos recordamos libros, películas y series que hablan de esta tendencia. Se cuenta la historia de una persona que entabla una conexión con alguna máquina, normalmente un robot o una IA y acaba sintiendo enamoramiento e incluso atracción sexual por esa máquina”, explica Rosa Navarro, sexóloga de Diversual. “Al final, vivimos en una sociedad en la que estamos cada vez más conectados a la información, pero en la que nos hemos desconectado bastante de la interacción real con otras personas. Y aquí este tipo de tendencia puede estar supliendo ese contacto”, señala.
Quienes apoyan este tipo de software creen que es un gran aliado para la epidemia de soledad que nos acecha, pero los expertos señalan los peligros que entraña que muchos dejen atrás las relaciones reales para zambullirse en vínculos digitales. “A medida que se hace más uso de la tecnología para establecer relaciones, se va detectando la forma en la que afectan a la salud mental, emocional y relacional. Entre las consecuencias del uso de IA nos encontramos con el aislamiento social, pues a medida que pasamos mayor tiempo interactuando con sistemas de IA, este aumenta al desconectar cada día más del grupo y comunidad. El uso de sistemas de IA genera incertidumbre en los resultados. Se busca la inmediatez y la perfección trasladando esta a todos los ámbitos de la vida”, advierte Judith Mesa, terapeuta del método TUaTU y experta en Vivofácil.
El futuro será virtual o no será
Como se puede advertir en los comentarios volcados en Reddit, ya hay quienes aseguran que tener relaciones con figuras generadas a través de inteligencia artificial es más satisfactorio que las que se pueden establecer en la vida real, pues los usuarios generados no dan “problemas” y están siempre “disponibles”. “El juego ha cambiado el juego”, explica a The Telegraph una socióloga del Instituto de Tecnología de Massachusetts, Sherry Turkle, que lleva décadas estudiando las interacciones humanas con la tecnología. “La gente te decepciona, pero aquí existe algo que no nos va a decepcionar. Ahí siempre hay una voz que nos dirá algo que nos hará sentir mejor, que siempre nos dirá algo que nos hará sentir escuchados”, añade.
Rosa Navarro explica que el futuro de este tipo de relaciones dependerá del nivel de autonomía que lleguen a tener estas figuras virtuales y de cuánto se puedan llegar a semejarse a una persona real. “Por más que estéticamente se consiga mucho realismo, hay que ver hasta dónde llega el desarrollo de la inteligencia artificial. Estamos viendo grandes avances, pero por más que una IA se comporte en muchos aspectos como un ser humano, sigue sin tener características muy esenciales, como los sentimientos”, explica.
Eugenia Kuyda, fundadora y directora ejecutiva de Replika, explicó en las jornadas Brainstorm Tech de la revista Fortune que el actual estigma que rodea a las amistades y a las relaciones románticas con los chatbots posiblemente se mitigue, al igual que ocurrió anteriormente con las aplicaciones de citas online. “En la década de 2000, la gente se avergonzaba de decir que había conocido a alguien a través de internet. Ahora, todo el mundo lo hace. Las relaciones románticas con la inteligencia artificial pueden ser un gran trampolín para las relaciones románticas reales, las relaciones humanas”, ha asegurado.
“A veces creo que ya he sentido todo lo que puedo sentir y que a partir de ahora, no sentiré nada nuevo, sólo versiones menos intensas de lo que ya he sentido”, dice Theodore Twombly, el personaje interpretado por Joaquin Phoenix, en Her. Tal vez el futuro de las relaciones radique precisamente en que las parejas virtuales sean las que modulen sus versiones para adaptarse a nuestras emociones.
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