Los perfumes más icónicos con los que sorprender esta Navidad (y solucionar los regalos de última hora)

En este rompecabezas a contrarreloj que son los regalos navideños, decantarnos por una fragancia siempre es una buena opción. Porque regalar un perfume es la mejor forma de decirle a alguien que le conocemos bien, que sabemos perfectamente quién es. Una declaración de amor y confidencia en toda regla. También somos conscientes de que, precisamente por eso, elegir un perfume no es fácil; sin embargo, en este rico universo olfativo hay fragancias capaces de superar barreras generacionales y fronteras de género, para convertirse en clásicos atemporales que gustan a todo el mundo. Estos perfumes de YSL Beauty son ejemplo de ello.

Para hombres seguros de sí mismos: Y Eau de Parfum

Más profunda, más oscura y, sobre todo, más masculina. Y Eau de Parfum es una nueva interpretación del ya icónico Y Le Parfum y, a su vez, de la esencia fougère, el género olfativo más clásico de la perfumería de hombre. Si la primera fragancia de YSL había sido creada para inconformistas y soñadores, que no tienen miedo a cuestionarlo todo y marcar su propio camino; Y Eau de Parfum sería el culmen de ese viaje personal, el aroma de la realización. Una fragancia para hombres que derrochan confianza y perseverancia, que tienen muy claro hacia donde van y cuáles serán sus próximas metas.

El perfumista Dominique Ropion se encargó de materializar esa lucha personal en una estructura envuelta en contrastes, a base de notas cítricas y matices amanerados. Arranca con una estela de notas ácidas y frescas de bergamota, jengibre y el toque jugoso y afrutado de la manzana verde. En el corazón, la salvia y el enebro, combinados con un toque de menta, rompen con la esencia clásica e intensa del geranio. Para terminar, las notas a madera de ámbar, olíbano y haba Tonka le añaden un toque final de misterio y profundidad. El resultado es como una camisa blanca o una americana de la firma: un empujón de seguridad y atrevimiento, directo a la categoría de esenciales.

Para espíritus rebeldes: Black Opium Eau de Parfum

Incluso teniéndolo todo en su contra, ni la censura ni la prohibición impidieron que Opium, el perfume femenino más provocador de Yves Saint Laurent, se convirtiera en uno más vendidos e imitados de los años setenta: una mezcla floral exótica, con notas de especias orientales y maderas amaneradas. Reformulada en numerosas ocasiones para adaptarla a los nuevos tiempos, las fragancias que le sucedieron siguieron la misma suerte. Es el caso de Black Opium Eau de Parfum, lanzado en 2014 y, probablemente, el perfume más irreverente y representativo de la línea. Un aroma de claroscuros, con una enérgica dosis de café negro y una nota de vainilla muy sensual, capaz de convertir un perfume de flores blancas y azahar, en una fragancia adictiva y embriagadora. Para auténticas estrellas del rock: rebeldes, impulsivas y eternamente jóvenes.

Para las que van a por todo: Libre Eau de Parfum

Una fragancia que cuestiona todos los límites: lo masculino y lo femenino, la delicadeza y la fuerza, la naturaleza y lo urbano… A medida de una mujer que le gusta vivirlo todo intensamente y, como Dua Lipa, dicta sus propias reglas. La cantante pone rostro a Libre Eau de Parfum, la fragancia floral de YSL que busca, como todas las creaciones de la firma, concederle a las mujeres la confianza y libertad de ser quien ellas quieran. Los perfumistas Anne Filipo y Carlos Benaïm están detrás de esta fórmula, en la que se entremezcla la sensualidad del azahar, procedente de los jardines de Marrakesh que tanto amaba el modisto argelino, con la frescura de la lavanda de los campos franceses, tradicionalmente relegada a la perfumería masculina. Un perfume lleno de matices y complejidad, con notas de vainilla intensa, ámbar gris, nerolí y mandarina; reflejo de la mujer actual. Perfecto para ella.

Libre Eau de Parfum incluso cuenta con una versión más intensa y ardiente, Libre Le Parfum, inspirada en el lema de Yves Saint Laurent: “Tout, mais terriblement” [”Todo, pero en exceso”]. De tonalidades rojizas como el fuego y el logo Cassandre apuntalado al frasco, se trata de otro perfume joya, con una estructura que busca y potencia la tensión de sus elementos: envolviendo el corazón floral con una explosiva mezcla cítrica de jengibre y azafrán de los jardines de Ourika, y un delicioso y suculento acorde de miel. Para regalar y, por qué no, para compartir. Si en algo ha sido pionero Yves Saint Laurent fue en derribar las limitantes barreras de género.