Kit Connor, el niño tímido que ha dado el salto a la fama sin encasillarse en su gran papel
El primer trabajo importante del actor británico fue en 2019, cuando se puso en la piel de Elton John niño en ‘Rocketman’. Hoy es la cara más visible de ‘Heartstopper’, una serie de éxito con la que llegó el primer trago amargo de la fama. Ahora ha debutado en Broadway y tiene tres proyectos pendientes de estreno
A sus 20 años, Kit Connor acaba de aprender a conducir. Nada extraño para alguien de su edad, pero atípico cuando eres la cara visible de una de las series más exitosas de Netflix, Heartstopper, y cualquier atisbo de normalidad ha desaparecido de tu vida. La ficción, basada en el cómic superventas de Alice Oseman, ha encumbrado a Connor como uno de los nombres del momento dentro de la industria y todo ha sucedido tan rápido que hay quien define la carrera de este actor veinteañero como “estratosférica”, aunque lo cierto es que lleva más de media vida delante de las cámaras.
Crecer en platós de cine y televisión le obligó a “madurar” pronto, según comentó en la revista Interview, y, en ocasiones, a sentirse un poco fuera de lugar. “Realmente, nunca fui a fiestas (…) Muchos de mis amigos y familiares estaban de vacaciones mientras yo estaba trabajando. Eso es lo único que sí tuvo un impacto duradero, pero en general la mayor parte del tiempo me encantó crecer en los sets de grabación”, añadió.
Connor se crio en Croydon, una ciudad al sur de Londres desprovista de todo glamur cinematográfico. Sus padres se dedicaban a la publicidad y sus dos hermanos mayores carecían de nexo con la actuación. Sin embargo, él creció como un niño actor. Todo ocurrió tras asistir a clases de Teatro para vencer su timidez. Lo que comenzó como una actividad extraescolar derivó en su pasión y antes de darse cuenta ya había conseguido su primer gran papel con tan solo 9 años. Fue en una película navideña titulada Get Santa, estrenada en 2014. Después llegarían roles secundarios en series de televisión (Rocket’s Island, Guerra y paz) y alguna que otra incursión menor en el cine (La sociedad literaria y el pastel de patata). En 2019, vivió otro punto de inflexión profesional cuando se puso en la piel de un Elton John adolescente en Rocketman, el biopic del artista dirigido por Dexter Fletcher. Aquella no fue solo una oportunidad clave en su carrera, también le permitió entablar amistad con el mismísimo músico británico, a quien considera un modelo a seguir: “Elton y David [Furnish, marido del músico] son padres extraordinarios. Sus hijos son brillantes y creo que es bastante impresionante que teniendo una vida repleta de privilegios hayan criado a dos hombrecitos tan humildes”, contó en una entrevista en The Sunday Times.
Con aquella película, acudió por primera vez al Festival de Cannes y se adentró, siendo un adolescente, en un mundo que empezaba a abrirle los brazos. Conseguir el papel para Hearstopper le dio el empujón definitivo. Y de qué manera. Connor tenía 16 años cuando hizo el casting para la serie, cuya trama gira en torno a la relación entre dos adolescentes, Charlie Spring (Joe Locke) y Nick Nelson (Kit Connor), gay y bisexual, respectivamente. Desde la primera temporada, estrenada en abril de 2022, la serie fue un éxito mundial, colándose entre los contenidos más vistos de Netflix en más de medio centenar de países. De un día para otro, como suele ocurrir entre los intérpretes tocados por la varita Netflix, se convirtió en una estrella. Las marcas de moda le invitaban a sus desfiles (Loewe, incluso, cuenta con él para su campaña este otoño-invierno), las revistas le fotografiaban para sus portadas, los seguidores se multiplicaban por miles en sus redes sociales (cuenta con 6,2 millones solo en Instagram)… Y con la sobreexposición, llegó el primer trago amargo de la fama.
En septiembre de 2022, a raíz de unas fotografías del actor paseando de la mano junto a la también actriz Maia Reficco (con quien compartirá pantalla en una de sus próximas películas, A Cuban Girl’s Guide to Tea and Tomorrow), decenas de miles de personas acusaron al intérprete en la red social X de queerbaiting (neologismo que alude a la falsa inclusividad a la hora de representar diferentes formas de sexualidad). La polémica se zanjó con un escueto mensaje del intérprete donde afeaba la actitud de algunos fans de la serie que le dio la fama: “Soy bi. Gracias por forzar a un chico de 18 años a salir del armario, creo que muchos de vosotros no habéis entendido el sentido de la serie. Adiós”, sentenció en la que sería su última publicación en la red social antes de abandonarla. Durante una entrevista concedida a The Guardian hace un año, el londinense aludió a este episodio: “Yo sabía que era un hombre queer, pero no sentía la necesidad de contarlo al mundo. No porque estuviera avergonzado, sino porque era algo privado”. A raíz de ese incidente, se ha esforzado por marcar distancia, preservar su privacidad y reducir al mínimo su exposición pública fuera de alfombras rojas. “A veces, como actor, necesitas tener redes sociales. En mi caso, me di cuenta de que quería mantener la distancia un poco. Me gusta tener privacidad. Me gusta tener espacio personal. Quiero poder hacer las cosas que hace un ser humano. La mayoría puedo hacerlas”, se sinceró en una larga charla con Teen Vogue.
La tercera ―y hasta el momento última― temporada de Heartstopper llegó a la plataforma el pasado 3 de octubre y si bien la primera fue para muchos la antítesis de otros shows adolescentes donde drogas y sexo articulan buena parte del argumento, la ficción ha ido evolucionando. “Estamos dando pequeños pasos. En la primera temporada, nos dábamos la mano. Ahora hacemos escenas de sexo. Grabamos muchas de ellas, aunque no todas salen en la serie. Pero rodamos como siete horas de escenas sexuales”, relató su protagonista en The Sunday Times.
Nuevos registros
Apenas unas semanas después del estreno de esta tercera entrega, Connor añadía otro hito destacado a su ya prolífica carrera: su debut en Broadway. El actor se acaba de poner bajo las órdenes de Sam Gold para protagonizar una adaptación de Romeo y Julieta con Rachel Zegler en el papel protagonista femenino. Las críticas han sido irregulares, pero la obra le ha permitido demostrar un registro diferente al de la popular serie y eso es precisamente lo que busca, según ha relatado él mismo en varias entrevistas, al dejar claro que no quiere limitarse. “Quiero interpretar personajes interesantes y que supongan un desafío, sin importar si son queer o heteros”, aclaró en Vulture.
Todavía no hay confirmada una cuarta temporada de Heartsopper, pero teniendo en cuenta su acogida sería extraña su cancelación. Sea como sea, Connor no va a tener tiempo de aburrirse. En los próximos meses tiene tres películas pendientes de estreno, todas en fase de posproducción. A Cuban Girl’s Guide to Tea and Tomorrow, una comedia romántica basada en el libro homónimo de Laura Taylor Namey, se terminó de rodar en septiembre de 2022, pero se desconoce cuándo llegará a los cines. Además, compartirá plano con Noah Centineo y Michael Gandolfini en el drama bélico Warfare y, por último, encabezará el reparto de la película de terror One of Us. Tres estrenos, tres géneros por completo diferentes. Parece que Kit Connor se toma en serio eso de no encasillarse.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.