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Armie Hammer confiesa que se siente “agradecido” tras sus acusaciones de canibalismo y su paso por rehabilitación

“¿Pero cómo voy a ser un caníbal?”, asegura incrédulo el actor en un pódcast, después del escándalo por el que hace tres años se vio apartado de Hollywood y se divorció de su esposa. Afirma que fue “una bomba nuclear” en su carrera y que tuvo pensamientos suicidas

Armie Hammer, en 'The Late Late Show', el programa de entrevistas de James Corden, en octubre de 2020
Armie Hammer, en 'The Late Late Show', el programa de entrevistas de James Corden, en octubre de 2020CBS Photo Archive (Getty)
María Porcel

Han pasado más de tres años y medio desde que Hollywood se quedó boquiabierta tras conocer las acusaciones sobre uno de los miembros de su realeza. Armie Hammer (Santa Mónica, Estados Unidos, 37 años), conocido actor, galán inminente y descenciente de una millonaria familia estadonidense era acusado a finales de 2020 de canibalismo por parte de una de sus exparejas; después llegaron las denuncias por acoso aunque tras una investigación la fiscalía de Los Ángeles no presentó cargos. Él se retiró de la vida pública, dio un paso atrás en lo profesional (salió de proyectos como una serie sobre El Padrino y una película con Jennifer Lopez) y lo personal (divorciándose de su esposa y madre de sus dos hijos) y se escondió en las islas Caimán. Apenas hay imágenes suyas desde entonces. Pero, ahora, están su voz y sus declaraciones.

Hace casi un año y medio, a principios de febrero de 2023, Hammer comentaba su situación por primera vez a través de la revista digital semanal Air Mail, donde quiso “reconocer errores” y se declaró “un cabrón y un egoísta”: “Usaba a la gente para hacerme sentir mejor”. Pero ahora ha ido un paso más allá y, aunque todavía no muestra su rostro, se ha prestado a una conversación en un pódcast, llamado Painful Lessons (Lecciones dolorosas), para un capítulo que se titula Armie Hammer rompe su silencio: superando la adversidad y encontrando la paz interior. Con cierto dolor pero ya con algo más de ligereza que en sus declaraciones de hace 16 meses, Hammer habla del asunto incluso con incredulidad. “La gente me llamaba caníbal y todo el mundo les creía. “Decían: ‘Sí, ese tipo se comía a la gente’. Pero, ¿qué? ¿De qué estáis hablando? ¿Sabéis lo que hay que hacer para ser un caníbal? ¡Tienes que comerte a la gente! ¿Pero cómo voy a ser un caníbal? Era todo muy raro”, explica.

A principios de 2021 una mujer con la que había mantenido relaciones acusó a Hammer de enviarle mensajes en los que les decía que él era “100% caníbal”. “Quiero comerte”, continuaba. “Maldición, asusta admitirlo. Nunca lo he admitido antes. He cortado el corazón de un animal vivo anteriormente y me lo he comido mientras aún estaba caliente”. En otro se leía: “Me pone cachondo pensar en sujetar tu corazón con la mano y controlarlo cuando palpita”. Ahora, en cambio, él quiere matizar todo eso, pero sin entrar a negarlo o en acusaciones y contradichos. “Hubo cosas que la gente dijo sobre mí que eran muy estrafalarias... como que era un caníbal. Ahora soy capaz de mirarlo con distancia y perspectiva y decir: es divertidísimo”.

Reconoce Hammer que, en un primer momento, sintió cierto resentimiento, pero que ahora está más cerca del agradecimiento. “Pese a las discrepancias, dijera la gente lo que dijera... ahora estoy en un lugar desde el que me siento verdaderamente agradecido por ello, porque lo que había en mi vida antes de que todo esto pasara no me hacía sentir bien... Nunca estuve en un punto en el que fuera feliz conmigo mismo, donde tuviera autoestima, nunca supe cómo quererme”, afirma en el episodio. Los nueve meses que pasó en rehabilitación en 2021 también le ayudaron a salir del túnel.

Armie Hammer y Elizabeth Chambers
Armie Hammer y Elizabeth Chambers en una fiesta posterior a los Globos de Oro celebrada en Beverly Hills, California, el 7 de enero de 2018.Chris Pizzello (Invision/AP/Lapresse)

Sin embargo, también para él esos momentos fueron muy duros. Para él, tras “tocar fondo”, todo aquello se convirtió en “la muerte del ego, de la carrera actoral”, que ahora está tratando de recuperar con la escritura de un guion. “Una bomba de neutrones estalló en mi vida”, define todo aquello. “Me asesinó. Asesinó a mi ego. Asesinó a toda esa gente a mi alrededor que pensaba que eran amigos y no lo eran. Toda esa gente, en un abrir y cerrar de ojos, se esfumó, pero los edificios se mantuvieron en pie. Sigo aquí. Tengo salud, y estoy muy agradecido por ello”, confiesa.

Relata que por aquel entonces tuvo pensamientos suicidas y que pensó que no podría soportarlo más, de tanto odio que estaba recibiendo. “Estaba en la orilla y nadé muy, muy lejos y me quedé ahí... un intento de suicidio a medias. Pero pensé que no podía hacerlo, por mis hijos”, explica, en referencia a Harper Grace, de nueve años, y Ford Douglas Armand, de siete, que tuvo con Elizabeth Chambers, de quien está divorciado y de la que no habla en el pódcast, y que cuando saltó el escándalo aseguró sentirse “devastada” y se puso al servicio de todas las víctimas de abuso.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.
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