A Courtney Love no le interesa Taylor Swift, le aburre Lana Del Rey y no le gusta Madonna

A estas alturas de la película, nadie debería sorprenderse por un titular polémico salido de la boca de Courtney Love (San Francisco, EE UU, 59 años). La estrella del rock, piedra angular del movimiento grunge, fundadora y vocalista de Hole y pareja de Kurt Cobain, a menudo se ha convertido en protagonista de la historia más por sus frases que por todos sus méritos. Recapitulemos: Love admitió haber consumido heroína durante su embarazo y haber recibido el consejo médico de abortar (eso sí, la cantante no sabía que estaba embarazada mientras consumía, y dejó las drogas al momento de enterarse). Tras la muerte en 1994 de Cobain, locutó la nota de suicidio del líder de Nirvana en una grabación para todos los seguidores que se congregaron a las puertas de la casa de la pareja. Le lanzó un objeto no identificado (¿un pintalabios? ¿Una máscara de pestañas?) a Madonna durante una entrevista en la MTV en 1995, y entró como un elefante en una cacharrería en medio de la grabación. Cuando le quitaron durante 18 meses la custodia de su hija, Frances Bean Cobain, debido al abuso de sustancias, dijo en el juicio: “Es horrible, pero me lo merezco”. En 2005, cuando una reportera le preguntó sobre una alfombra roja qué consejo le daría a una aspirante a actriz, respondió: “Me van a demandar por difamación como diga esto, pero… Si Harvey Weinstein te invita a una fiesta privada en el Four Seasons, no vayas”. A Love se le atribuyen perlas como: “Solo la gente imbécil es feliz”, “Ser una estrella del rock es como ser el líder de una secta, tienes tu propia religión” o “¿Sabes lo que le da más dinero a esta industria? Los rockeros muertos”.

Recientemente ha concedido una entrevista al medio británico The Standard con motivo del estreno de su programa de radio Courtney Love’s Women (que se traduciría como Las mujeres de Courtney Love, pero fonéticamente también suena a Courtney ama a las mujeres), que se ha estrenado este mes en BBC Radio 6 Music y BBC Sounds, donde la cantante comparte la banda sonora que la ha acompañado en su vida, mientras reflexiona sobre las mujeres a las que admira en la industria y ofrece una crónica personal sobre su propia trayectoria y vida personal. Y algunas de sus nuevas declaraciones han resultado sorprendentes y virales, ya que no ha dudado en ser tan honesta como suele ser, y ha conseguido cabrear a todas las swifties del mundo. ¿La razón? Taylor Swift no le resulta interesante: “Taylor no es importante. Puede que sea un espacio seguro para las chicas y probablemente sea la Madonna de ahora, pero no es interesante como artista”. Tampoco le gusta Lana Del Rey: “No me gusta Lana desde que hizo un cover de una canción de John Denver, y creo que debería tomarse siete años de descanso”. Aunque, matiza, sí que le gustaba antes: “Hasta Take Me Home, Country Roads pensé que era genial. Cuando estaba grabando mi nuevo álbum, tuve que dejar de escucharla porque me estaba influyendo demasiado”. Y, por supuesto, no le gusta Madonna: “No me gusta y a ella no le gusto. Me encantó Buscando a Susan desesperadamente, pero más por Nueva York que por ella”.

La artista cuenta muchas más cosas en esa entrevista. Como, por ejemplo, que vive desde hace cinco años en Londres, desde 2019, cuando se mudó para huir de Los Ángeles junto a sus perritos pomerania, y donde se codea con personalidades de la talla de Kate Moss. Reconoce que es feliz en la capital británica: “Soy una anglófila. Amo Londres, es mi ciudad favorita y es el mejor lugar en el que he vivido. Aquí hay leyes que me protegen cuando hablo con franqueza y me gustan los amigos que he hecho aquí”, reconoce Love.

Aunque lo interesante, sin duda, son sus opiniones. “La gente solía decir que yo era muy difícil. Dijeron que era desagradable. Sí, soy completamente desagradable y nunca me disculparé por eso. Siempre he querido que me conocieran por ser una cabrona. Ser querida nunca fue lo mío. Kurt quería agradar, pero yo no. Pudo esconderse detrás de mí, pero luego me odiaron. Entonces Kurt murió y el odio hacia mí alcanzó un nivel completamente nuevo. No planeé eso. Estoy totalmente a favor de sacarse el rabo en el escenario, como hizo Jim Morrison. Si tuviera rabo y estuviera lo suficientemente borracha, me lo hubiese sacado, igual que Jim. Tenía alma de perra y estaba conforme con que no me quisieran. Vi a Bob Dylan en Don’t Look Back y me di cuenta de que él no buscaba agradar y yo pensé: ‘Quiero ser así”.

Según adelantan en The Standard, su podcast serializado es también un recorrido sobre su vida, donde no esconde los detalles más escabrosos: habla de su paso por un centro de menores y de su lucha contra la adicción, pero también de cómo descubrió la música disco, del día que recitó un poema de Sylvia Plath en una audición para presentar el Mickey Mouse Club y, sobre todo, habla de música. De Nina Simone y Billie Holiday, de Stevie Nicks y Debbie Harry y, sí, también de Kurt Cobain.

En cuanto a la música de hoy en día y las figuras más relevantes, Love lo tiene claro: “Es maravilloso ver a tantas mujeres teniendo éxito en la industria de la música, pero muchas de ellas se han vuelto un cliché. Ahora, cada mujer exitosa es clonada, así que hay un montón de música y toda la música es igual. Si te pones cualquier cosa en Spotify, inmediatamente después serás bombardeado por un montón de cosas idénticas. No sé, me gusta la idea de Beyoncé haciendo un disco de country porque se trata de una mujer negra reclamando un espacio en el que antes solo se les permitía la entrada a las mujeres blancas, y eso me encanta. Como concepto me encanta. Pero no me gusta su música”.

Que nadie se atreva a llamar a Courtney Love mala feminista, en todo caso, y como ha demostrado en otras ocasiones, la cantante es opinativa y un tanto bocachancla, pero su programa trata de poner a las mujeres en el lugar que merecen: “Con mi programa intento redimir a algunas de las mujeres que han sido tan maltratadas por la industria discográfica. Eso es todo. Después de ver el éxito de [la banda de chicas] The Runaways a mediados de la década de 1970, tuve la idea de que Hollywood estaba dirigido por chicas en bandas, o al menos, por chicas que querían follar con chicos en bandas. Vaya, me equivoqué. Hollywood era como el resto de la industria musical: dirigida por hombres. Entonces no lo acepté. Dije. ‘Y una mierda’. Productores, críticos, músicos, todos hombres. Y las mujeres todavía están marginadas en esta industria, aunque tienen más éxito”, reconoce.