_
_
_
_

Muere O.J. Simpson, el astro del deporte convertido en eterno sospechoso del asesinato de su exesposa

El exjugador de la NFL, quien fue absuelto en 1995 en el llamado “juicio del siglo”, ha fallecido a los 76 años a causa de un cáncer

O. J Simpson probándose los infames guantes el 14 de junio de 1995.Foto: REUTERS | Vídeo: AP
Luis Pablo Beauregard

Orenthal James Simpson, conocido mundialmente como O. J. Simpson, ha fallecido este 11 de abril en Las Vegas a causa de un cáncer de próstata. La noticia ha sido confirmada por su familia la mañana de este jueves en las redes sociales. Su entorno ha pedido privacidad y misericordia para quien fue una de las mayores celebridades del deporte de Estados Unidos en los años setenta y quien, décadas después, se convirtió en el principal sospechoso del asesinato de su exesposa y su amante, cometidos en junio de 1994. A pesar de ser absuelto un año después de los crímenes en el que fue apodado como “el juicio del siglo”, nunca más pudo sacudirse la sospecha de ser el autor del doble asesinato para la mayoría de la opinión pública de su país y del mundo. Tenía 76 años.

Simpson protagonizó uno de los momentos grabados a fuego en la memoria de los estadounidenses, su huida en una camioneta Bronco color blanco en una autopista de Los Ángeles. Sucedió en junio de 1994 y obligó a que las cadenas de televisión modificaran su transmisión e incluso interrumpieran la narración de la final de la NBA. El exjugador había decidido entregarse a las autoridades para encarar las acusaciones por la muerte a puñaladas de su segunda esposa, Nicole Brown Simpson, con quien estuvo casado entre 1985 y 1992, y Ron Goldman, un camarero de 25 años. Después cambiaría de opinión e hizo que la policía lo siguiera por varios kilómetros hasta que lograron arrestarlo en su residencia varias horas después.

Esa espectacular persecución, llevada a cabo a baja velocidad porque las autoridades temían que Simpson se quitara la vida, hizo recordar a muchos su pasado lleno de gloria. Orenthal James nació en San Francisco en una familia de cuatro hijos donde su padre era conserje y cocinero y su madre una auxiliar de enfermería. Contra todo pronóstico, se hizo un nombre en el deporte estadounidense escapando de los defensivos en las canchas del fútbol americano colegial. Esto a pesar de tener una infancia en la que caminaba con ayuda de una prótesis por tener deficiencia de calcio. Después de conocer a la leyenda del béisbol Willie Mays, de los Giants, su vida dio un giro. Comenzó jugando en la universidad de su ciudad natal para después ser transferido a la Universidad del Sur de California, donde saltó a la fama en 1966. Lideró en yardas por tierra en los años de 1967 y 1968, lo que le hizo merecedor del prestigioso trofeo Heisman con una holgada ventaja sobre sus rivales.

O.J. Simpson corre con el balón en un partido de los Bills contra los Jets.
O.J. Simpson corre con el balón en un partido de los Bills contra los Jets. Focus On Sport (Getty Images)

Simpson llegó al fútbol americano profesional después de ser elegido por los Buffalo Bills en la primera posición del draft de 1969. Su aterrizaje en la NFL no fue sencillo. Sin embargo, comenzó a despegar en 1972. En la temporada siguiente se convertiría en el primer jugador en romper la marca de 2.000 yardas por tierra, por lo que obtuvo el título de Jugador Más Valioso. En los años posteriores promediaba 1.000 yardas por tierra en cada campaña. En 1978 regresaría a su ciudad con los San Francisco 49ers, donde se retiró del deporte profesional en diciembre de 1979.

Su fama deportiva fue tal que le permitió dar el salto a Hollywood protagonizando algunas películas. Entre las más conocidas estuvo El hombre del Klan (1974), donde actuó junto a Lee Marvin, y la saga cómica Agárralo como puedas (Naked Gun), liderada por Leslie Nielsen.

El rol de su vida, sin embargo, lo jugó a lo largo de varios meses de 1995 dentro de los tribunales del centro de Los Ángeles. En el llamado “juicio del siglo”, Simpson enfrentó las acusaciones de homicidio derivadas de la investigación de la muerte de Nicole Brown Simpson y Ron Goldman. La Fiscalía centró su caso basándose en los hallazgos de ADN en la escena del crimen. El guante derecho fue encontrado en casa del deportista; el izquierdo, localizado en la residencia donde ocurrió el doble homicidio, contenía sangre de las dos víctimas y probable material genético de Simpson. Ante los ojos de todos —el juicio fue televisado—, el acusado se probó el par de guantes el 15 de junio de 1995. Esos parecieron quedarle algo pequeños. Su abogado defensor, Johnnie Cochran, cargó contra los descuidos en la cadena de custodia de las muestras genéticas y en la falta de entrenamiento de la policía que llevó a que estas resultaran “contaminadas y corrompidas”. En sus alegatos finales, el letrado dijo al jurado: “If it doesn’t fit, you must acquit [si no le vale, deben exonerar]”, en referencia a los guantes, una pieza central de la evidencia.

La famosa huida de Simpson en una camioneta Bronco color blanco en una autopista de Los Ángeles obligó a que las cadenas de televisión interrumpieran la narración de la final de la NBA, en junio de 1994.
La famosa huida de Simpson en una camioneta Bronco color blanco en una autopista de Los Ángeles obligó a que las cadenas de televisión interrumpieran la narración de la final de la NBA, en junio de 1994. Rick Maiman (Getty Images)

Eso es lo que ocurrió 474 días después del arresto de O.J. Simpson. El deportista fue absuelto el 3 de octubre por un jurado compuesto por nueve negros, dos blancos y un latino. Todo el proceso tuvo como telón de fondo un clima de tensión racial provocado por los disturbios en la ciudad de 1992, cuando un jurado de mayoría blanca exoneró a cuatro policías por golpear a Rodney King, una paliza que fue grabada en vídeo.

La absolución no le dio paz, sino que se convirtió en una losa con la que cargó durante toda su vida. Su nombre se convirtió en una broma en la comedia de los late nights shows y en sinónimo para quien se sale con la suya en Estados Unidos. El caso fue retomado una y otra vez en varios formatos. Simpson publicó en 2006 un libro con su recuento de los hechos, llamado If I did it (Si lo hice). El canal FX cautivó a las audiencias televisivas en 2016 con una ficción basada en el juicio y con Cuba Gooding Jr. protagonizando al acusado en la miniserie The People v. O.J. Simpson de Ryan Murphy.

La decisión del jurado ni siquiera fue el punto final al caso. En 1997, los familiares de las víctimas lo demandaron por la vía civil. Ese juicio sí lo perdió. Fue obligado a pagar 33 millones de dólares en daños y perjuicios. Las deudas legales acumuladas los años anteriores hicieron que apenas pagara parte de la deuda. En 2006, el padre de Ron, Fred Goldman, demandó a Simpson por no cumplir con el fallo. Los intereses colocaban el monto debido a las víctimas en 38 millones. Un juez decidió vincular los derechos de la obra de Simpson a los Goldman, quienes modificaron el título de su libro a Si lo hice: confesiones de un asesino. Un Si diminuto precede al resto del título, escrito en letras rojas.

O.J. Simpson sonríe junto a su abogada en una de las vistas judiciales celebradas en Las Vegas, en 2013.
O.J. Simpson sonríe junto a su abogada en una de las vistas judiciales celebradas en Las Vegas, en 2013.POOL New (Reuters)

Simpson se mudó a Florida con su familia, sus dos hijos del primer matrimonio y otros dos que tuvo con Nicole Brown, para tratar de volver a empezar su vida. No pudo evitar nuevos choques con la Justicia. En septiembre de 2007 fue arrestado junto a otros cinco hombres por un atraco a mano armada ocurrido en un hotel de Las Vegas. La víctima fue un coleccionista de trofeos deportivos. Simpson aseguró que con el golpe trataba de recuperar objetos que le habían sido robados y que tenía en gran estima, entre estos ocho balones autografiados, el certificado con el que entró en el Salón de la Fama de la NFL y una fotografía de sus años como deportista junto a J. Edgar Hoover, el famoso exdirector del FBI.

El 3 de octubre de 2008, 13 años exactos después de su exoneración en Los Ángeles, fue declarado culpable de 12 cargos, entre ellos robo a mano armada y secuestro. Los especialistas en la materia consideraron la sentencia demasiado rigurosa e incluso una venganza por el fallo que lo absolvió de asesinato en 1995 (no había un solo afroamericano en el jurado). En este proceso, la supuesta víctima, el coleccionista de memorabilia deportiva Bruce Fromong, testificó en favor de Simpson asegurando que no lo habían apuntado con una pistola (Simpson aseguró que iba desarmado) y que el veterano exdeportista, de 1,82 metros, no era una amenaza para nadie. A pesar de esto, fue sentenciado a pasar entre 9 y 33 años en prisión. Fue liberado en 2017 tras cumplir la pena mínima.

O.J. Simpson recuperó en diciembre de 2021 una vida sin líos judiciales. Las autoridades de Nevada levantaron entonces la libertad condicional que pesaba sobre él tras su liberación. Después de convertirse en hombre libre, se quedó a vivir en Las Vegas. Se mudó a una urbanización privada, se aficionó al golf y se abrió una cuenta de Twitter en la que opinaba de varios temas, especialmente de fútbol americano, el deporte que lo lanzó a la fama hasta que un doble homicidio lo fijó en la memoria de la cultura popular estadounidense.

Nicole Brown y O. J. Simpson.
Nicole Brown y O. J. Simpson. Gary Leonard (Getty Images)

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_