¿Irá Taylor Swift al Super Bowl LVIII? Sus retos: un concierto, 9.000 kilómetros y 17 husos horarios

Taylor Swift es tendencia más allá de su música, mucho más allá. Este domingo 28 de enero, el apellido de la cantante, de 34 años, se convertía en tendencia en X (antes Twitter) por encima incluso del motivo por el que estaba en la conversación. La artista había acudido al M&T Bank Stadium de Baltimore, Maryland, para ver jugar a su novio, el tight end de los Kansas City Chiefs, Travis Kelce. Allí la intérprete observó de primera mano el triunfo de Kelce y de los suyos sobre los locales Baltimore Ravens por 17-10, lo que les abría la puerta a jugar la LVIII Super Bowl, la mediática final de la liga de fútbol estadounidense en la que se medirán a los San Francisco 49ers, que poco después derrotaron a los Detroit Lions y lograron el otro pase a la final. Pero ni siquiera los nombres del equipo o de Kelce eran la mayor tendencia en la red: ella les igualaba o superaba. Y eso que ni siquiera se puede buscar su nombre. El sábado, X decidió capar su nombre de las búsquedas, porque un día antes se habían expandido como la pólvora multitud de falsas imágenes suyas, generadas por inteligencia artificial. “Estamos comprometidos a mantener un entorno seguro y respetuoso para todos los usuarios”, afirmó la plataforma.

Swift, según el diario británico Daily Mail, se plantea si demandar por esas imágenes, pero este domingo ha estado muy lejos de toda esta polémica. La artista ha llegado al campo de Baltimore a mediodía y ha apoyado a Kelce vestida de rojo desde uno de los palcos, como lleva haciendo semana tras semana desde septiembre, siempre que la agenda se lo permite. Esta vez, incluso, ha saltado al campo junto a Donna y Ed, los padres del jugador, y allí le ha abrazado y hasta besado públicamente, en un gesto poco habitual. Sin embargo, aunque Swift ha estado junto a Kelce prácticamente desde el inicio de la temporada regular, ahora queda la gran duda: ¿estará la cantante en la Super Bowl, el partido más importante del año? No es muy fácil, pero todo apunta a que sí.

The Eras Tour, la gira en la que repasa sus 17 años de trayectoria a lo largo de 10 álbumes, es el proyecto más ambicioso de la artista, y entre marzo y octubre de 2023 la ha llevado por 24 ciudades en 66 conciertos en EE UU, México, Argentina y Brasil, además de convertirla en milmillonaria gracias a su música. Pero ahora la de Pensilvania sale de América y arranca su pata internacional, con nada menos que 85 conciertos hasta finales de noviembre. Empieza el próximo febrero en Tokio, donde estará cuatro noches: el 7, 8, 9 y 10 de febrero. Después salta a Melbourne y Sídney, en Australia, en otros seis shows hasta finales de mes, y a Singapur en marzo. Y, ya en mayo, a Europa: estrenará el Bernabéu en Madrid (España es el único país donde solo tiene una cita), Lisboa, Milán, Londres... hasta agosto, para acabar de nuevo en EE UU y, finalmente, Canadá el próximo mes de diciembre.

Ese último recital en el Tokyo Dome complica, pero no impide, la presencia de Swift en el estadio Allegiant de Las Vegas, donde se disputará el partido precisamente el 11 de febrero, solo un día después. La capital nipona y la ciudad de Nevada están a unos 9.000 kilómetros de distancia, lo que supone casi medio día de vuelo, alrededor de 11 horas. El hecho de que no haya vuelos directos no supondría un problema para la cantante, que desde hace años utiliza su avión privado para desplazarse. Pero sí va justa con los tiempos. La cuestión principal es la diferencia horaria, con 17 husos distintos entre Japón y la costa Oeste de Estados Unidos. Pero esta rema a su favor.

En Tokio, el concierto empieza a las seis de la tarde (aunque contando con los teloneros, Swift saldrá sobre las siete), y no es corto: tiene 44 canciones (más dos sorpresas), por lo que en total, dura unas tres horas y media, aproximadamente. Por tanto, la artista acabaría sobre las diez y media de la noche, tendría que salir del estadio, acudir al aeropuerto y salir para luego volar unas 11 horas. Si despegara en la medianoche del sábado (siete de la mañana del sábado en el Oeste de EE UU), llegaría a Las Vegas el sábado por la tarde. Es decir, incluso podría hacer noche en Tokio, despertar temprano y volar.

El partido de los Chiefs contra los 49ers arranca el domingo 11 a las 15.30 de la tarde, hora del Pacífico (el huso horario de Las Vegas), por lo que si Swift sale en la noche de ese sábado (hora de Tokio) y duerme en su avión, llegaría a Nevada a última hora de la tarde del sábado. Si por ejemplo saliera a las doce de la noche y volara unas 12 horas, seguiría ganando tiempo y llegaría a Las Vegas alrededor de las siete de la tarde de ese mismo día, casi una jornada antes del arranque de la gran final.

Este cálculo matemático ocupa titulares, e incluso Drew Barrymore, el pasado noviembre, marcó los tiempos en una pizarra durante su programa, ya pensando que el equipo de Kelce podría pasar a la final. Los Kansas City Chiefs ya ganaron la pasada liga, en 2023 (cuando precisamente Travis derrotó a Jason, su hermano, que juega en los Philadelphia Eagles), y también las de 2020 y 1970. Si logran el título, sería el tercero para Travis Kelce, de 34 años. Para la cantante es su primera final, porque aunque lleva saliendo con el jugador desde el pasado verano y le ha apoyado en todo momento, hasta ahora no se sabía nada de que fuera aficionada al fútbol americano. Si bien es cierto que su presencia como posible intérprete durante el cotizado descanso de medio tiempo del partido se ha comentado en muchas ocasiones, e incluso ciertos medios deportivos y de entretenimiento afirman que ella ha declinado participar en más de una ocasión, no es seguro que la NFL la haya invitado. Si el año pasado fue Rihanna, este año se ocupará del intermedio el rapero Usher.