Chris Hemsworth cumple 40 años con el objetivo de cambiar su vida

Ser Thor, el dios más fuerte de todos los dioses, no es una tarea sencilla. Pero a base de trabajo y entrenamiento, Chris Hemsworth lo ha conseguido. El australiano, que este 11 de agosto cumple 40 años, se ha convertido en apenas unos años en uno de los actores más cotizados de la industria cinematográfica. Pero la vida de Hemsworth ha cambiado mucho en estos últimos meses. En pleno cambio de década, el intérprete no se anda con tonterías y ahora es más selectivo con los papeles que acepta, tanto que incluso está empezando a cerrar la puerta a Marvel.

Este verano ha sido diferente para el actor, que lo pasa alejado de su Australia natal, donde reside junto a su mujer, la actriz española Elsa Pataky, y sus tres hijos. Junio comenzó con una intensa, “pero emocionante”, gira para promocionar su última película, Tyler Rake 2. Ese tour tuvo su parada en Madrid, donde Hemsworth recibió el cariño de sus seguidores, que le esperaban en cada uno de los lugares donde tenía previsto algún evento dentro de su apretada agenda, en la que se guardó pocos huecos para atender a los medios de comunicación, entre ellos a EL PAÍS. Después de terminar la gira que le hizo viajar por seis países, él y su familia regresaron a España para disfrutar de unas vacaciones en Ibiza.

Aunque parece que todo es idílico en la vida del dios de Marvel, los últimos meses no han sido fáciles. En noviembre, Hemsworth se enteró de que tenía un mayor riesgo de padecer alzhéimer. Todo comenzó durante la grabación del documental Limitless, de National Geographic, donde se sometió a una serie de pruebas genéticas para comprobar qué le deparaba el futuro. Los médicos le encontraron dos copias del gen APOE4, cuyos estudios lo han relacionado con un mayor riesgo de padecer la enfermedad. Podría haberlo ocultado, pero decidió hacer pública la noticia y concienciar a sus seguidores sobre la importancia de hacerse chequeos médicos con frecuencia. “Esto puede ser una motivación para que las personas se cuiden mejor y para que entiendan que hay pasos que pueden tomar para prevenirlo”, explicó en el documental.

Fue después de este diagnóstico cuando Hemsworth empezó a plantearse su futuro y el tiempo que le dedica a cada proyecto. El australiano ya no siente lo mismo cuando interpreta a Thor y se ha encargado de manifestarlo públicamente: “Es importante seguir siendo el mismo personaje, pero tener la capacidad de sorprender a la audiencia. El público merece y espera que cambies las cosas, que les sorprendas, que haya espontaneidad”, defendió sobre su famoso personaje en declaraciones a este periódico. A lo que añadió: “Confío en mi habilidad para recrearlo y hacer algo fresco. Pero no quiero seguir interpretándolo cuando la gente se harte de él o me estén llevando el set en una silla de ruedas y todavía esté intentando blandir el martillo. Hay un momento en el que decides salir antes de que eso suceda”. Para que eso no pase, Marvel tendrá que presentarle un guion que le llame la atención y que sea diferente a lo visto hasta ahora, porque él quiere probar otros registros.

En su última película, el intérprete se ha metido, de nuevo, en el papel de Tyler Rake, un mercenario que lucha contra todo y contra todos. Aunque sigue centrado en las cintas de acción, lucha y peleas, en este caso hay un factor diferencial: empatiza con su personaje, padre como él. Aceptar el rol del mercenario le ha abierto “una herida emocional” de la que tardó meses en recuperarse y por la que, sumado a su diagnóstico, decidió tomarse un tiempo de descanso para estar más con su familia.

Él y Elsa Pataky se conocieron en 2009 gracias a su profesora de inglés. Ella, recién llegada a Los Ángeles desde España, quería aprender el idioma en tiempo récord; Hemsworth, quería pulir su acento y americanizarlo. La docente preparó una cita a ciegas y fue amor a primera vista. Pero el destino tenía otros planes para ellos. Elsa Pataky tenía que volver a España para grabar DiDi Hollywood, lo que iba a poner un océano de por medio. Sin embargo, tal fue ese flechazo que volvieron a reencontrarse y se casaron un año después. Ya son 13 los que llevan juntos, tiempo en el que él no ha aprendido a hablar español, tal y como demostró en su visita a Madrid. Lo poco que iba a decir lo llevaba escrito en la palma de su mano. ¿La excusa? Sus hijos se ríen de él cuando intenta pronunciar algunas palabras.

Hemsworth hace que lo difícil parezca fácil. Sus constantes cambios físicos para amoldarse a lo que exige el papel no son una tarea sencilla. De hecho, tal y como relató a este periódico, entre el final del rodaje de la última entrega de Thor y el inicio de la segunda parte de Tyler Rake solo pasó un mes, algo que le impidió reducir la masa muscular y que complicó los movimientos de lucha en el nuevo proyecto: “No tuve tiempo para perder esa complexión. Alteré mi entrenamiento drásticamente, reduje mi consumo de calorías, empecé a ser más funcional en mis movimientos y más flexible, tuve más entrenamientos de artes marciales… Grabábamos 14 horas al día y ensayábamos las escenas de riesgo por la noche”.

El actor viene de una familia que nada tiene que ver con el séptimo arte: su madre era profesora y su padre se dedicó durante años al cuidado de la infancia. Sin embargo, los tres hermanos han terminado siendo actores. Liam Hemsworth, exmarido de Miley Cyrus, es uno de los protagonistas de Los juegos del hambre; Luke Hemsworth, aunque no tan conocido, también ha participado en series como Westworld. Conociendo los entresijos de la profesión, ahora Chris Hemsworth espera que sus hijos no se metan en el mundo de la interpretación. Aunque eso, como él mismo se ha encargado de señalar, dependerá de India, Tristan y Sasha.