Pablo Urdangarin concede su primera entrevista donde habla de su novia y de la admiración por su padre
El hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin ha seguido los pasos de su progenitor como jugador de balonmano profesional y asegura llevar una vida tranquila y familiar en Barcelona: “Dentro de lo que cabe, prefiero guardar mi vida privada para mí mismo”
Pablo Urdangarin (Barcelona, 22 años), segundo hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, ha concedido su primera entrevista a los periodistas Francisco Ávila y Ginés Muñoz de la agencia EFE. El motivo ha sido la finalización de su etapa de formación como jugador de balonmano en el Barça y la firma con el equipo Fraikin Granollers para la próxima temporada. Además, el joven ha hablado sobre su relación con Johanna Zott y sobre la admiración que siente por su padre, exjugador de la selección española de balonmano, del que dice que ha “aprendido mucho”.
Al ser interrogado sobre cómo lleva el escrutinio de la prensa fuera del campo deportivo, Pablo Urdangarin asegura no tener esa percepción. “Yo no la noto mucho, intento ir a lo mío”, dice, y vuelve a tomar como referencia a su padre y al balonmano: “Sé que la gente va a compararme con lo bueno que era mi padre, pero yo prefiero pensar en lo mío, mejorar como jugador y ver hasta dónde puedo llegar. No me gusta que la gente me compare, pero entiendo que se haga”. El nieto del rey Juan Carlos y la reina Sofía ha crecido con el balonmano en casa, un deporte con el que ha disfrutado de pequeño, tanto en el colegio como en el club y siempre ha estado presente en su vida. “Estoy intentando dedicarme a lo que me gusta”, resume.
Pablo Urdangarin acudió a su encuentro con EFE, en la Ciudad Deportiva Joan Gamper, en Sant Joan Despí (Barcelona, vestido con un polo corporativo del Barça, unas bermudas y unas zapatillas clásicas de balonmano, las Adidas Samba grises. Durante la entrevista, recordó que empezó a jugar al balonmano ya “de muy pequeño”, en el Liceo Francés, aunque tuvo que dejarlo temporalmente cuando su familia se mudó a Estados Unidos, pues allí no había posibilidad de seguir practicándolo. El hijo de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina residió en Barcelona sus primeros nueve años de vida (2000-2009), después en Washington (2009-2012) y posteriormente en Ginebra, donde se instaló en el verano de 2013 con su familia tras estallar el caso Nóos que llevó a su padre a entrar en prisión. Después, el joven regresaría a vivir a la capital catalana.
“Cuando volví a Europa, pude seguir jugando. Después estuve en Alemania (Hannover) y ahí es cuando noté que era lo que quería hacer y me lo tomé más en serio”, ha indicado durante la entrevista. Aunque Pablo Urdangarin haya decidido seguir los pasos de su padre, asegura que no tiene recuerdos de él como jugador: “Se retiró antes de que yo naciese, yo soy del 2000 y él se retiró ese verano, cuando mi madre estaba embarazada de mí. No lo he visto jugar, pero lo que me dicen es que era muy bueno”. Al ser preguntado sobre si su padre le ha dado mucho “la matraca” con el balonmano, el nuevo jugador del Granollers sonríe: “Sí, sí. Me enseñó partidos y yo por mi cuenta también los he ido buscando y van apareciendo, se me hace un poco raro verle jugar, pero me encanta”.
Pablo Urdangarin asegura que de su padre ha aprendido mucho, no solo como jugador, sino también la mentalidad que tenía para jugar: “De querer ser el mejor, de seguir trabajando cada día y, por ejemplo, de cómo gestionar el volver a jugar después de una lesión, que es algo muy difícil”.
En lo educativo, el joven estudia Sport Management: “Una especie de Administración de Empresas, pero relacionado con el deporte”, explica. Su objetivo es acabar la carrera universitaria y después seguir disfrutando del balonmano hasta que pueda. “No tengo mucho plan aún”, reconoce. Su idea es jugar, ahora que es joven, y “mejorar todo lo que pueda”. Cree que en Granollers le va a ir “muy bien”, y alaba la figura de su nuevo entrenador, Antonio Rama, al que califica como “un técnico increíble” y que ha firmado con el conjunto catalán “un año brutal”. Pablo Urdangarin asegura que, al haber tenido la oportunidad de vivir en distintas partes del mundo, no teme tener que mudarse a otros países para seguir jugando, aunque valora poder pasar el próximo año en la ciudad de Barcelona. “Tengo la suerte de que el año que viene me voy a quedar en Barcelona, cerca de mi gente, y estaré más a gusto, pero no descarto (en el futuro) irme fuera, ya se verá”, añade.
También ha hablado de su vida fuera de las canchas. Admite no ser demasiado activo en redes sociales: “Guardo mi privacidad, dentro de lo que cabe, prefiero guardar mi vida privada para mí mismo. Sigo a la gente que me interesa, a mis amigos, a mi familia, pero no soy de los que muestra su vida privada”, ha comentado. Entre sus aficiones, el joven dice que juega al baloncesto, al pádel y que le gusta hacer planes con su novia, Johanna Zott, y su familia: “Tengo primos en Barcelona, hago cosas con ellos, para sentirme más en familia”. También dice ser más “de pelis y series” que de leer: “Vi hace poco una serie en Netflix, Night Agent, y de pelis veo bastante, soy un aficionado”.
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