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Paola Marzotto, la inagotable condesa amante de la fotografía, la moda, la naturaleza y consuegra de Carolina de Mónaco

La fotógrafa italiana vivió su adolescencia entre Pasolini, Laura Betti o Bertolucci. En su extenso currículo, ha pasado de retratar el rodaje de ‘Apocalypse Now’ al activismo por el medio ambiente. Ahora inaugura una exposición en Madrid y prepara un partido político en Argentina “que tenga unos valores menos barbáricos”

Paola Marzotto, retratada el pasado viernes en su exposición ‘My Giverny’, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de Madrid.
Paola Marzotto, retratada el pasado viernes en su exposición ‘My Giverny’, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de Madrid.Claudio Álvarez
Elena Muñoz

“Se tiene una actitud muy antropocéntrica ante la naturaleza, se ve de una forma muy ornamental”, sentencia la fotógrafa Paola Marzotto (Portogruaro, Venecia, 67 años). La italiana acaba de inaugurar en Madrid la exposición My Giverny, abierta hasta el próximo 31 de mayo en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía (UPM). La muestra, presentada por Eye-V Gallery, está formada por un total de 24 imágenes donde se reflejan los cambios de la luz y el paso de las estaciones a través de un estanque de nenúfares. Sus fotografías (sin filtros) adquieren un efecto pictórico al observarlas de cerca, los colores se fusionan entre sí y el juego de matices cromáticos, luces y sombras revelan nuevos detalles con cada mirada. Marzotto dedicó “más de un año y medio” a contemplar y fotografiar los nenúfares de su casa en Punta del Este (Uruguay), y llegó a disparar más de 25.000 imágenes. Activista por el medio ambiente desde hace años, el proyecto fue la respuesta a su necesidad de “mostrar la belleza de la naturaleza” con el objetivo de despertar conciencias. Y lo pretende conseguir, ya sea con un estanque de nenúfares o con los glaciares de la Antártida que acaba de fotografiar en un viaje muy reciente a bordo del Almirante Irízar, rompehielos de la Armada argentina.

Igual que la profusión de colores se entrelaza en sus fotografías, Marzotto encadena durante la conversación con EL PAÍS una historia tras otra, con anécdotas de su vida como fotógrafa, pero también de sus años como diseñadora de moda o de su andadura en política. La italiana está, además, estrechamente vinculada con la crónica social. Es condesa y madre de Beatrice Borromeo (fruto de su relación con Carlo Ferdinando Borromeo, conde de Arona, con quien también tuvo a su hijo Carlo), esposa de Pierre Casiraghi. Por tanto, es consuegra de Carolina de Mónaco. Por si esto fuera poco, su madre era Marta Marzotto, habitual de la intelligentsia italiana de los años setenta, y no “musa de la Dolce Vita”, como aclara su hija, en desacuerdo con este sobrenombre que suele atribuirse a su progenitora, fallecida en 2016 como todo un icono de estilo en Italia. “No es cierto que mi madre fuera la musa de la Dolce Vita, no sé quién lo dijo”. Y puntualiza: “Mi madre era la musa de Renato Guttuso”. Guttuso fue un reconocido pintor y militante comunista y uno de los artistas italianos más influyentes de su generación. “Mi madre tenía una relación sentimental con él, pero también fue la musa del pintor desde el año 68″, añade.

Marta y Paola Marzotto, en un evento en Milán en abril de 2015.
Marta y Paola Marzotto, en un evento en Milán en abril de 2015.Venturelli (Giorgio Armani / Getty)

El artista introdujo a Marta Marzotto entre la élite intelectual de la época: “Era todo gente de izquierdas, como Pasolini, Laura Betti, Bertolucci… Yo tampoco estaba tan interesada en esos personajes, para mí era gente interesante, pero normal”, explica hoy acerca de aquel ambiente alejado de convencionalismos en el que vivió desde adolescente y que condicionó su visión del mundo.

Muchos años antes de encontrar en la naturaleza su fuente de inspiración, Paola Marzotto se curtió como fotoperiodista. A los 20 años logró una oportunidad de oro al ser invitada como fotógrafa independiente al rodaje de la película Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola —“una persona inteligente y fascinante”, en sus palabras—. Pudo presenciar en primera persona la grabación de algunas de las escenas más emblemáticas de la historia del cine, como aquella secuencia con helicópteros y con música de La cabalgata de las valquirias. “Estuve un par de meses, creo recordar, pero no estuve presente cuando estaba Marlon Brando, porque él tenía su fotógrafo y no quería a ninguna otra persona”, rememora.

Su carácter inquieto —“hago siempre muchas cosas todas juntas porque si no me aburro”, confiesa durante la entrevista— le llevó a adentrarse en la industria de la moda en los años ochenta. El sector no le era del todo ajeno, ya que es descendiente de los fundadores del poderoso grupo textil Marzotto, creado en 1836. Tras su breve paso por la firma italiana Trussardi, donde adquirió “muchísima” experiencia, se lanzó a crear una marca de moda con su nombre, existente desde 1987 hasta 1994. De aquellos años recuerda que visitó Madrid en el marco de su semana de la moda, en “un gran evento celebrado en la Embajada de Italia a comienzos de la década de los noventa”. Poco después la firma echó el cierre, aunque su idilio con la moda continuó y ella siguió haciendo trajes; “para mí, para mi hija y para algunas amigas”, matiza.

De izquierda a derecha, Beatriz Borromeo, el príncipe Alberto de Mónaco, Paola Marzotto y Pierre Casiraghi, en el Baile de la Rosa, el 28 de marzo de 2015.
De izquierda a derecha, Beatriz Borromeo, el príncipe Alberto de Mónaco, Paola Marzotto y Pierre Casiraghi, en el Baile de la Rosa, el 28 de marzo de 2015.LUCI-PALAIS PRINCIER-SBM/SIPA (LUCI-PALAIS PRINCIER-SBM/SIPA / Cordon Press)

Cuando sus hijos se acercaron a la adolescencia y disfrutó de mayor tiempo libre, inició su andadura en la política italiana de la mano del juez Antonio di Pietro, célebre por sus investigaciones anticorrupción en el proceso judicial conocido como Manos Limpias. Llegó a ser candidata en las elecciones al Parlamento Europeo en 1999 con el partido de Romano Prodi, y, si bien su carrera no prosperó, la política sigue presente en su vida como otra forma de activismo. “Fue muy frustrante ver cómo realmente los intereses de los partidos superan los de la colectividad, pero igualmente ahora estoy creando en Argentina, junto a una gran amiga mía, Isabel de Estrada, de la fundación Zorba [fundación por la protección animal], un partido que tenga una visión del mundo y unos valores menos barbáricos que los de ahora”, desvela acerca del proyecto que le ha reconciliado con la política.

Afincada en Punta del Este cuando está en Uruguay, en Milán cuando viaja a su Italia natal, en Buenos Aires durante sus frecuentes viajes a Argentina o cerca de la localidad asturiana de Ribadesella en sus veraneos en España, Paola Marzotto sigue disfrutando al máximo de todas las vidas posibles. ¿Alguna vez le han tentado con publicar una biografía? “Mi vida es más para una serie televisiva”, responde.

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