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La paradoja y el estilo
Columna
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Un nuevo desafío para Carolina de Mónaco

Al igual que con Ana Obregón, tras ver publicadas las últimas imágenes de la primera hija de Raniero y Grace Kelly me habría encantado escribirle: valiente. Es lo que pienso al verla asumir el paso del tiempo sin recurrir a intervenciones estéticas severas

Carolina de Mónaco en el Baile de la Rosa, el pasado 25 de marzo de 2023.
Carolina de Mónaco en el Baile de la Rosa, el pasado 25 de marzo de 2023.Pascal Le Segretain (Corbis via Getty Images)
Boris Izaguirre

En el inicio del debate del tema Ana Obregón recuerdo haber empleado la palabra “valiente” en un mensaje que le envié, cuando supe de la existencia de su nieta Ana. No encuentro ahora el WhatsApp de Carolina de Mónaco, pero tras ver publicadas sus últimas imágenes me habría encantado escribirle: valiente. Es lo que pienso al verla asumir el paso del tiempo sin recurrir a intervenciones estéticas severas. Carolina de Mónaco ha crecido frente al escrutinio público. Ha vivido pocos días de su vida sin ser observada. Pese —o quizás— a todo eso ha decidido no recurrir a la cirugía plástica para enfrentar la vejez. Y así la vemos, al lado de su hija Carlota, sin teñirse el pelo, la piel cansada, párpados caídos. Pero con una determinación que algunos ven desafiante. Hay todo tipo de comentarios sobre su envejecimiento. Mi amigo Pepe Puig sentencia: “Preciosa”. Carolina probablemente asistiría así a la coronación de Carlos III, el próximo 6 de mayo, si finalmente su hermano y Charlene declinan la invitación de Londres. Esa misma prensa que la ha retratado bebé, adolescente, mujer adulta y, ahora madura, publica que todo esto sería un castigo de parte de Charlene, con quien insisten en enfrentarla porque antes de casarse, muy empecinada, con Philippe Junot, Carolina pudo haber sido la candidata a novia ideal del entonces príncipe de Gales.

No creo que Charlene sepa tanto de la intrahistoria de Mónaco o le interese activar un plan tan complejo. Un adjetivo que, por cierto, muchas veces se ha empleado para describir el carácter de la princesa Grimaldi. Sencillamente, es mejor que Carolina represente a su rico y diminuto Principado en vez de su hermano y su cuñada. Lo tiene todo: cierta nostalgia, elegancia y noticia, los elementos que Carolina ha sabido manejar y perfeccionar desde su infancia. Al mostrarse mayor sin recurrir al bisturí, ofrece una idea de valentía, de sentido común o, sencillamente, es la forma de que la dejen más tranquila.

La madurez de Carolina Grimaldi se abre a una inesperada forma de entender el hacerse mayor, con una renuncia que sorprende en estos tiempos tan perfilados por lo artificial. Tuve el privilegio de conversar con ella durante el Baile de la Rosa dedicado a La Movida en 2009, como otras veces he recordado. Su hermano, el príncipe Alberto, y ella acostumbran a ofrecer un almuerzo bufé a los invitados y participantes del baile. Yo no estaba en ninguna de las dos categorías, aunque ¡Hola! me había enviado para ser cronista del evento. Cristina Macaya, a quien extrañamos profundamente, consiguió que estuviera allí y Pedro Almodóvar, cortés, me presentó como embajador de ¡Hola! Frente a ella, balbuceé que hablaba un francés salvaje. “No hay problema”, dijo, “mi madre nos enseñó español”. Me quedé KO y ella, como si estuviera en un examen oral y en perfecto español, recitó: “Carolina de Mónaco, elegida la mujer más elegante por los lectores de ¡Hola!, con 7.900 puntos”. La contabilidad es importante en Mónaco.

Afortunadamente, Almodóvar también tiene muchos puntos y regresa a nuestras vidas con el anuncio del estreno en el Festival de Cannes de Extraña forma de vida, un wéstern con disparos LGTBI. Otra aventura pionera: la penetración de una óptica personal en el mito vaquero. No puede ilusionarme más que uno de los protagonistas sea Ethan Hawke, por haber sido marido y padre junto a Uma Thurman, otra de las bellezas absolutas de mi vida joven, y también por haber compartido universidad con Leopoldo López, opositor venezolano que fue preso político del gobierno de Nicolás Maduro. Juntos grabaron un vídeo, un intercambio, donde Hawke intenta comprender el enmarañado y lamentable estado de Venezuela, que puede verse en YouTube. El tipo de casualidades que te hace pensar que, a veces, la vida es tan maravillosa y pequeña como Mónaco.

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