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Linda Evangelista vuelve a las portadas tras su fallido retoque estético: “Si hubiera sabido que perdería las ganas de vivir, no habría asumido ese riesgo”

La canadiense regresa a ‘Vogue’ por la puerta grande tras de ocho años sin trabajar como modelo después de sufrir una depresión a partir de un tratamiento: “No vais a verme en bañador, eso está claro. Será difícil encontrar trabajo con esas protusiones en mi cuerpo”

María Porcel
Linda Evangelista
Linda Evangelista, retratada por Steven Meisel para la portada de la edición británica de 'Vogue' de septiembre de 2022.VOGUE

Linda Evangelista ha vuelto al mundo de la moda por la puerta grande. Después de ocho años sin apenas dejarse fotografiar y sin pisar una pasarela, la modelo canadiense protagoniza la portada de la edición británica de Vogue en el mes de septiembre, el más importante del año para las publicaciones de moda. Quien a mediados de los noventa fuera una de las tops más importantes del mundo ha pasado por una dolorosa etapa en la que, como contó el pasado septiembre, sufrió una honda depresión a causa de un tratamiento estético que le provocó una deformación física.

Evangelista ha sido retratada por el prestigioso fotógrafo Steven Meisel —al que precisamente se dedicará una retrospectiva este otoño en Galicia— y entrevistada por la subdirectora de la publicación, Sarah Harris. Además, Edward Enninful, el director de la misma, ha escrito unas líneas sobre lo que supone para él y para la publicación este retorno, explicando que deseaba trabajar con la modelo y darle una portada desde 2017, y que la ha llamado en multitud de ocasiones, pero ella se negaba. Para Enninful, la elección de Meisel era obvia, porque junto a Evangelista forman “un dúo icónico”: “Nadie entiende a Evangelista mejor que Meisel”. Para él, esta nueva sesión fotográfica se ha convertido en “un momento clave de la historia de la moda”.

“Mi gran sueño siempre fue ser portada de Vogue y ha vuelto a ocurrir. He trabajado con el mejor equipo del mundo. El sueño ha vuelto a hacerse realidad”, cuenta la canadiense en un vídeo que ha publicado la revista en su red social. En todas las fotografías que se conocen del reportaje, media docena, Evangelista aparece completamente tapada y solo deja ver su rostro, vistiendo sombreros y pañuelos. Ella misma ha contado en alguna entrevista que el tratamiento al que se sometió, una lipoescultura, la deformó el cuerpo, pero también en el cuello y en el rostro, y que aunque se sometió a cirugías estéticas posteriores ha tenido que llevar fajas de compresión.

En la entrevista que concede a Vogue, Evangelista también habla de su tratamiento y de las consecuencias de este. “Ya no podía seguir viviendo con ese dolor. Sabía que tenía que hacer un cambio, y el único cambio era contar mi verdad”, relata en la charla. Cuenta que, cuando se sometió a la intervención, en 2016, no imaginaba ni de lejos las consecuencias. “Si hubiera sabido que los efectos secundarios podrían incluir perder las ganas de vivir, y que acabaría tan deprimida que me odiaría... No, no habría asumido ese riesgo”, relata, con los ojos llenos de lágrimas. Todavía, cuenta, no puede mirarse al espejo ni soporta que nadie la toque. Hace ahora justo un mes logró cerrar un acuerdo con la empresa que le hizo la lipoescultura fallida.

Tras el tratamiento, ha probado dos liposucciones y, explica, tiene incisiones “por todo el cuerpo”: “Tengo puntos, he llevado vendas de compresión en la barbilla, he tenido mi cuerpo vendado, apretado, durante ocho semanas... nada ha ayudado”. Incluso dejó de comer, bebiendo solo agua o “comiendo una rama de apio o una manzana”. “Me iba a volver loca”, relata. Cuenta cómo sufrió cuando su hijo Augie —fruto de una relación con el presidente de Kering y actual pareja de Salma Hayek, François-Henri Pinault— le decía: “¿Te acuerdas de cuando eras tan divertida, de cuando te reías todo el rato?”. “Eran comentarios inocentes, pero eran muy duros para mí”.

A la pregunta de si está curada psicológicamente, Evangelista tiene la respuesta clara: “Por supuesto que no”. Pero está agradecida a sus amigos de la industria de la moda por su apoyo, sus cartas, sus mensajes. “Echo de menos mi trabajo, muchísimo, pero honestamente, ¿qué puedo hacer? No va a ser fácil”. Sin embargo, en los últimos meses ha protagonizado una campaña para Fendi y, ahora, una portada para Vogue. “No vais a verme en bañador, eso está claro. Será difícil encontrar trabajo con esas protusiones en mi cuerpo, sin retocar, o meterme dentro de cosas, o tapándome, o comprimiéndome, o haciendo trampas...”. Pero ya lo está logrando. La top que hace 20 años no se levantaba de la cama por menos de 10.000 dólares vuelve a resurgir de sus cenizas.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.

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