Acaba la odisea estética de Linda Evangelista: la modelo pone fin a la demanda por la deformación que le causó una lipoescultura
La ‘top model’ se sometió a un tratamiento que la dejó “completamente deformada” y que la ha mantenido alejada de la vida pública hasta hace escasos días, cuando ha protagonizado una campaña para Fendi
En el año 2017, Donatella Versace organizó un desfile en Milán que fue a su vez un homenaje a las supermodelos de los noventa a las que su hermano Gianni ayudó a convertir en lo que fueron. Ese grupo de mujeres esculturales, tan famosas como estrellas del rock, que no necesitaban apellido. Todo el mundo sabía de quién se estaba hablando si se mencionaba el nombre de Claudia, Naomi o Cindy. Para aquel desfile, Donatella consiguió reunir a Carla (Bruni), Claudia (Schiffer), Naomi (Campbell), Cindy (Crawford) y Helena (Christensen). Una vez pasada la euforia generada tras volver a ver a todos aquellos iconos pisando de nuevo una pasarela como ya lo hicieran en el desfile de Versace de 1991 al que el homenaje remitía, llegó la inevitable pregunta: ¿dónde estaba Linda? La respuesta: había pasado por un complejo tratamiento estético que la había dejado, aseguró, “deformada”. Ahora cierra esa etapa al poner punto y final a la demanda que interpuso a la empresa que le causó aquel problema.
Linda Evangelista (57 años) estaba desaparecida: durante años no pisó una sola alfombra roja, no asistió a ningún evento, a ningún desfile, a ninguna fiesta ni a ninguna presentación. Nada de reencuentros con otras compañeras, ni de grandes campañas de moda. Por no aparecer, Linda Evangelista ni siquiera aparecía en las fotografías que subía a su propia cuenta de Instagram. Al contrario que sus compañeras de profesión, a la canadiense parecía habérsela tragado la tierra. Finalmente, en septiembre del año 2021, Evangelista decidió contar lo que le había sucedido en un largo texto en su perfil de Instagram: había tenido un problema con un tratamiento estético que le apartó de la vida pública, al, según ella “dejarla completamente deformada” e inhabilitada para ejercer su profesión. “Hoy doy un gran paso corrigiendo un daño que he sufrido y que llevo guardándome para mí misma durante cinco años”, escribió la supermodelo. “A todos mis seguidores, que se han preguntado por qué no he trabajado mientras que las carreras de mis colegas han ido en ascenso, la razón es que estaba brutalmente desfigurada por el procedimiento de lipoescultura de Zeltiq, que hizo lo contrario de lo prometido. Aumentó, que no disminuyó, mis células de grasa y me deformó de forma permanente, incluso después de pasar por dos cirugías correctoras muy dolorosas sin éxito”, escribió en aquel momento. “Me han dejado, como ha descrito la prensa, irreconocible”.
Linda Evangelista se sometió a un tratamiento llamado CoolSculpting o lipoescultura, una técnica alternativa a la liposucción, supuestamente menos invasiva y sin postoperatorio, que elimina grasa localizada mediante la congelación de células, algo que le causó una enfermedad llamada hiperplasia adiposa paradójica, o PAH, por sus siglas en inglés, como confesaría más adelante en una entrevista en profundidad con la revista People. Un problema que el fabricante estima que solo se da en uno de cada 4.000 tratamientos, pero que según la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos de EE UU puede ocurrir en un 0,72% de los casos, es decir, en uno de cada 138. La modelo aseguró que tras esas sesiones quedó “permanentemente deformada” y por ello demandó a Zeltiq, la compañía matriz de los aparatos de ese tratamiento, a la que exigió 50 millones de dólares (unos 44 millones de euros) en daños.
Hoy, Linda Evangelista afirma estar “satisfecha” tras haber resuelto el caso del CoolSculpting. Así lo ha comunicado a través de su cuenta de Instagram, donde ha añadido que está expectante de iniciar una nueva etapa en su vida: “Espero con ansias el próximo capítulo de mi vida con amigos y familiares, y estoy feliz de dejar este asunto atrás. Estoy realmente agradecida por el apoyo que he recibido de aquellos que se han estado cerca”. Por el momento, se desconocen detalles del acuerdo entre la compañía y la supermodelo.
Fuentes cercanas a la modelo han revelado al medio People que esta parece ser la conclusión que Evangelista necesitaba para salir adelante: “Con este acuerdo y su reciente campaña de Fendi, Linda está preparada para pasar página. Después de años escondiéndose, ahora vuelve a salir”. En aquella entrevista con el mismo medio donde reveló los motivos que la mantuvieron alejada del mundo, también confesó cuánto amaba su profesión: “Yo amaba subirme a la pasarela, ahora me da miedo encontrarme con algún conocido”.
De momento, no se ha subido a ninguna pasarela, pero sí ha protagonizado la última campaña de Fendi, que celebra el emblemático bolso baguette, icono de la casa. En su vuelta ha estado arropada por un buen puñado de amigos y personas de confianza: el fotógrafo Steven Meisel, con quien realizó algunas de las campañas y editoriales más memorables de su carrera, y su amigo Kim Jones, actual director artístico de Fendi y Dior Hombre.
En el pie de foto, la supermodelo anuncia un próximo desfile de Fendi: será el día 9 de septiembre, en Nueva York, para conmemorar el veinticinco aniversario del bolso. Quién sabe si Linda, sin apellido, volverá a desfilar sobre la pasarela una vez más.
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