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El cofundador de Google sale de las empresas de Elon Musk tras una infidelidad de este con su esposa

Sergey Brin, octavo hombre más rico del mundo, había invertido medio millón en Tesla durante la gran crisis de 2008 para ayudar a su amigo. Tras conocer la traición, ha solicitado el divorcio. El también fundador de SpaceX lo niega

Elon Musk
Elon Musk, en diciembre pasado en Berlín.
María Antonia Sánchez-Vallejo

Además de un impreciso número de hijos, un romance con la actriz Amber Heard, la exesposa de Johnny Depp, y una pareja casi de estilo gótico, el magnate Elon Musk causa estragos en otras relaciones, como si no tuviera bastante con las suyas. Según informa este domingo el diario The Wall Street Journal, la biblia de la prensa económica estadounidense, con una nota a medio camino entre el cotilleo y el balance de resultados corporativos, el fundador de Tesla y SpaceX provocó la ruptura de la pareja formada por el cofundador de Google Sergey Brin y Nicole Shanahan, con la que el hombre más rico del mundo tuvo presuntamente una aventura a principios de diciembre en Miami (EE UU). Una información que Musk ha negado en Twitter.

Brin, que en 2008, coincidiendo con la Gran Recesión, invirtió medio millón de dólares (489.000 euros) en el proyecto de Tesla, presentó la demanda de separación en enero tras tres años de matrimonio y una hija en común, y ordenó después a sus asesores desinvertir hasta el último centavo en las empresas de Musk, según el diario económico. La supuesta infidelidad ha dinamitado la amistad entre ambos empresarios, que databa de antiguo. En 2015, Musk regaló a su amigo uno de los primeros automóviles eléctricos fabricados por Tesla.

Como es costumbre en él, Elon Musk ha utilizado Twitter para dar su versión de la noticia. “Esto es una absoluta chorrada. Sergey y yo somos amigos y estuvimos juntos en una fiesta anoche! Solo he visto a Nicole en dos ocasiones en tres años, ambas veces con mucha otra gente. Nada romántico”, escribía en respuesta a una cuenta de Twitter que ha publicado sobre la historia. Además de negarla, también ha criticado a The Wall Street Journal por publicar el artículo. “Se supone que WSJ tiene que tener un alto estándar para el periodismo y, ahora mismo, son un subtabloide. WSJ debería publicar historias que realmente importen a sus lectores y que tengan una base fáctica sólida, no rumores aleatorios de terceros”.

Se desconoce el monto de las inversiones personales de Brin en las empresas de Musk, cuya fortuna está valorada en 242.000 millones de dólares. Brin está siete puntos por debajo de su rival en la lista de mayores fortunas del mundo: él es el octavo más rico gracias a un patrimonio neto de 94.600 millones de dólares. Se ignora también si la desinversión se ha producido total o parcialmente.

Musk es carne de titular. No solo por su ruidoso desempeño empresarial, con recurrentes polémicas sobre la seguridad de sus coches, o como demuestra la anunciada y luego cancelada compra de Twitter; o por la polvareda que levanta en la red social, defendiendo la libertad de expresión, incluso la devolución de la cuenta a Donald Trump, a la vez que apuesta por el Partido Republicano. Su vida privada es un filón de noticias y este affaire con Shanahan es la última de una serie de revelaciones muy jugosas para la prensa rosa… y la de color salmón.

A principios de este mes se supo que en noviembre había sido padre de gemelos con Shivon Zilis, una alta ejecutiva de su empresa de inteligencia artificial Neuralink. El nacimiento de los gemelos se produjo pocas semanas antes de la llegada al mundo de su segundo vástago con la estrella del pop Grimes, una niña llamada Y (el hijo mayor se llama X, apócope de X AE A-2). El egocéntrico magnate se tomó con humor el pluriempleo paternal, tuiteando: “Haciendo todo lo posible para ayudar a la crisis de la despoblación”. Musk tiene nueve hijos (reconocidos) en total: cinco con su primera esposa (los tres más jóvenes, nacidos en 2006; tuvieron un sexto hijo que falleció a las pocas semanas de nacer); los gemelos y los dos retoños con Grimes, de la que se separó hace meses.

Con Amber Heard, exesposa de Johnny Depp, mantuvo una relación cuando el actor y ella ya se habían divorciado, pero la aventura se utilizó en contra de la actriz en el tormentoso y mediático juicio por difamación, en el que Heard fue despedazada por la opinión pública. Sobre Musk también se cierne el oprobio del acoso sexual. Según el portal Insider, su compañía de viajes espaciales SpaceX pagó a una azafata 250.000 dólares por su silencio sobre el supuesto acoso sexual de su jefe en 2016. Musk calificó las acusaciones de la trabajadora de “totalmente falsas” y dijo que estaban destinadas a interferir en su operación de compra de Twitter, un enredo propio de vodevil que el magnate alimenta sin necesidad de terceros.

El devaneo de Musk con Shanahan se produjo presuntamente en diciembre durante la feria Art Basel en Miami, tras la cual Musk aprovechó otro evento para pedirle perdón de rodillas a Brin, según el Journal, que destaca la infidelidad en su portada. Brin y Shanahan están negociando los términos de su divorcio y ella aspira a lograr mil millones de dólares, subraya el diario, pese a la existencia de un acuerdo prematrimonial cuyas cláusulas son, de momento, un secreto.

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