Guillermo de Inglaterra expresa en Jamaica su “profunda tristeza” por el comercio de esclavos
El duque ha lamentado esta “práctica abominable” durante su gira por el país, en el que el primer ministro le ha dejado claro que en un futuro buscarán cortar los vínculos con el Reino Unido
Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton están dejando estampas muy llamativas en su gira por el Caribe. Tras sus bailes y sus catas de chocolate en Belice, los duques de Cambridge han partido rumbo a Jamaica, donde se han reunido con el equipo nacional de bobsleigh y donde, el miércoles por la noche, acudieron a una cena de gala en la King’s House, en Kingston, la capital, que ofreció en su honor sir Patrick Linton Allen, el gobernador general de Jamaica. Allí, el segundo en la sucesión al trono británico dio un comprometido discurso donde criticó duramente la esclavitud, a la que calificó como “abominable”.
“Concuerdo absolutamente con mi padre, el príncipe de Gales, que en Barbados el año pasado dijo que la espantosa atrocidad que es la esclavitud mancha nuestra historia. Quiero expresar mi más profunda tristeza. La esclavitud fue una atrocidad y jamás debería haber ocurrido”, afirmó el nieto de Isabel II, que se ha embarcado en esta gira caribeña para honrar los 70 años en el trono de su abuela. “Aunque el dolor sigue siendo profundo, Jamaica continúa forjando su futuro con determinación, coraje y fortaleza. La fuerza y el sentido de propósito compartido por el pueblo jamaicano, representados en vuestra bandera y vuestro himno, celebran un espíritu invencible”, aseguró Guillermo ante el gobernador general, el primer ministro y el líder de la oposición del país, entre otras autoridades. Sin embargo, ciertos críticos han destacado que Guillermo usara la palabra sorrow, pena, y no sorry, perdón, para referirse a la trata de esclavos.
Esta es la primera visita oficial de Kate y Guillermo a la isla, y en ella el duque habló de que ambos estaban encantados de estar allí. Y por supuesto recordó a su abuela, la reina Isabel II, de quien envió los “mejores deseos”. “Toda mi familia ha disfrutado mucho de sus visitas aquí. Nos han hablado de la calidez y el sentido de la diversión del pueblo jamaicano y de la belleza de esta isla”, aseguró. “No es ningún secreto que la reina siente un profundo cariño por Jamaica, forjado desde su prrimera visita con mi abuelo, el duque de Edimburgo, en 1953″, desveló, a lo que añadió divertido: “Puede que sea mi abuela, pero todo el mundo la considera su abuela también, y me parece estupendo”.
Sin embargo, pese al acercamiento y las buenas palabras del príncipe, no todo han sido amables sonrisas en la visita. Cuando se vieron con el primer ministro, Andrew Holness, en la tarde del miércoles, antes de la cena, este les expresó de forma muy clara que la intención del país era marcharse del cobijo del Reino Unido y dar un paso más para convertirse en “un país independiente, desarrollado y próspero”. Ahora mismo depende de Reino Unido, Isabel II también es su jefa de Estado y allí ostenta el título de reina de Jamaica. El país ahora pretende seguir los pasos de Barbados, es decir, constituirse en república y seguir manteniendo los lazos con el Reino Unido al ser parte de la Commonwealth, la Mancomunidad de Naciones. Holness, de 49 años, ya llevó esa propuesta en su programa electoral cuando fue elegido hace seis años, y el miércoles les dijo a los duques que había “asuntos por resolver”, pero que su presencia ayudaba a ello, como recoge la BBC.
Además de las tensiones políticas, Guillermo y Kate se han visto inmersos en ciertas protestas, de las que los medios británicos afirman que son “muy conscientes”. Decenas de figuras de renombre jamaicanas, desde científicos a líderes religiosos, artistas, diplomáticos y defensores de los derechos humanos, han firmado cartas de protesta ante su llegada para que pidan disculpas públicas por “la explotación del pueblo indígena de Jamaica, el tráfico transatlántico de africanos y la esclavitud, escriturización y colonización de africanos”, y porque se empiece “un proceso de perdón, cura, reconciliación y compensación”.
Pese a ello, los duques han usado todas sus armas diplomáticas en una clásica cena de gala donde han sacado toda la artillería pesada: frac para los caballeros, vestidos largos para las señoras y, en el caso de Kate Middleton, cuyas elecciones estilísticas están siendo muy comentadas, las joyas de la reina Isabel II. La duquesa lució un vestido verde de tul de Jenny Packham, una de sus diseñadoras más frecuentes en este tipo de eventos, y lo acompañó con su anillo de compromiso, el zafiro azul que perteneció a Lady Di, y con un juego de gemas de Isabel II. Para la ocasión lució unos pendientes largos de brillantes con forma de nudo y rematados por tres esmeraldas verdes colgantes, además de la pulsera a juego.
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