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La cantante Raquel del Rosario explica cómo salvó a su hijo del ataque de un puma

Mael, el hijo de cinco años de la que fue vocalista de El sueño de Morfeo, estuvo a punto de perder la vida tras el incidente y tuvo que ser intervenido en el hospital

Mael hijo Raquel del Rosario
La cantante Raquel del Rosario, durante la presentación de la candidatura de El Sueño de Morfeo a Eurovisión, en mayo de 2013.GJB (GTRES)
El País

De todos los riesgos que puede correr un niño que juega en el jardín de casa, nadie puede imaginar que uno de ellos sea ser atacado por un animal salvaje. Tampoco se le pasaba por la cabeza a Raquel del Rosario, vocalista del desaparecido grupo musical El Sueño de Morfeo, pero el pasado 26 de agosto vivió en persona uno de los peores momentos de su vida cuando presenció cómo un puma se abalanzó sobre su hijo Mael, de cinco años. El suceso habría podido acabar con la vida del pequeño de no ser porque, en apenas unos segundos y tal y como ha narrado ella misma en su perfil de Instagram, Del Rosario atravesó el jardín de la residencia familiar en California (EE UU) y golpeó al animal con sus puños hasta lograr quitárselo de encima.

Aunque han pasado semanas desde que ocurrió el suceso, no ha sido hasta ahora cuando la cantante —que se trasladó a Los Ángeles hace años junto a su marido, el cineasta gallego Pedro Castro— lo ha dado a conocer. A través de dos publicaciones en su cuenta de Instagram, en la que tiene 212.000 seguidores, Del Rosario ha relatado cómo de manera inesperada, cuando su hijo fue a coger fruta a uno de los árboles del jardín, un puma le atacó, causándole múltiples heridas, como se puede ver en una de las imágenes que ha compartido.

En ella, la espalda de Mael aparece llena de cicatrices como consecuencia de los zarpazos del animal. “Mi corazón se rompió por completo cuando le vi salir de la cirugía. Toda la fuerza que aquella mañana me había invadido se esfumó dejándome completamente indefensa ante un dolor que desconocía por completo. Me invadió el miedo”, ha confesado la vocalista canaria, para confesar después el porqué de no haberlo contado hasta ahora. “Estas semanas hemos ido transitando ese dolor, sintiéndolo y aceptándolo, sin huir de él”, ha señalado.

Pese a que los médicos llegaron a decirles que Mael se había salvado apenas por unos milímetros, el segundo hijo de la pareja se encuentra en perfecto estado. El pequeño, amante de los animales, aparece retratado junto a un perro en una segunda publicación, en la que su madre continúa el relato de la historia, explicando que el puma, que se escondió más tarde en el jardín, tuvo que ser finalmente sacrificado por decisión de las autoridades y que no olvidará el cruce de miradas con la madre del animal, que acudió a su encuentro. “Desde la ventana observé cómo el otro puma, que resultó ser su hermano, regresaba al jardín acompañado de su madre. Ella se posicionó junto al cuerpo sin vida de su hijo e intercambiamos una mirada de dolor que jamás olvidaré (no se pueden imaginar los sueños que he tenido con ella)”, narra. La publicación ha cosechado un sinfín de reacciones de apoyo, entre ellas las de algunos personajes conocidos como Eva González, Roy Galán, Helen Lindes, Sara Carbonero e, incluso, su anterior marido, Fernando Alonso.

En 2006 Raquel del Rosario inició una mediática relación sentimental con el piloto de Fórmula 1 que terminó en boda. El matrimonio, que acabó rompiéndose en 2011, no sería el único para la cantante, que volvió a dar el “sí, quiero” a Pedro Castro dos años después de esa ruptura. Su unión no solo significó un cambio de vida para Del Rosario, que se trasladó a vivir a California junto a su pareja, sino que puso punto y final a la andadura de El sueño de Morfeo como grupo, después de su paso por Eurovisión en 2013, en la que fue una de sus últimas actuaciones. Desde entonces, vive alejada de la exposición mediática a la que estaba acostumbrada en España y conectada con la naturaleza, como desvela en sus múltiples publicaciones en redes sociales, donde se la puede ver haciendo yoga en la playa al atardecer o celebrando el cambio de estación.

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