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Máxima de Holanda no ve aún a su hija Amalia como reina: “Para mí sigue siendo mi niña”

La esposa del rey Guillermo ha concedido una entrevista a la televisión pública holandesa en su 50 cumpleaños, en la que ha reconocido los errores de este año y ha recordado cómo recorrió el país de incógnito para conocerlo

La reina Máxima en una de las fotografías tomadas por su esposo con motivo de su 50 cumpleaños.
La reina Máxima en una de las fotografías tomadas por su esposo con motivo de su 50 cumpleaños.Utrecht Robin/ABACA (GTRES)
Isabel Ferrer

Una entrevista en la televisión pública holandesa ha marcado este lunes el 50 cumpleaños de la reina consorte Máxima, de Países Bajos. Sin grandes celebraciones debido a la pandemia, la hora de conversación entre la esposa del rey Guillermo y un conocido presentador holandés ha cerrado la jornada de su aniversario. Durante la charla, ella ha reconocido que las truncadas vacaciones familiares en Grecia, en octubre de 2020, fueron “un error de juicio que pareció poco solidario”. Ocurrió tres días después de que el Gobierno pidiera contención en las salidas al extranjero, y este episodio, junto con la compra de un yate de lujo por dos millones de euros ha dañado su popularidad. Justificar el barco ha sido más difícil. Después de señalar que todo lo que hacen como reyes en privado “es visto y comentado”, y que el barco no debiera oscurecer la labor de su marido por el país, ha señalado: “El rey lo deseaba de veras y creo que se lo merecía”. La cita ha tenido lugar en el palacio Huis ten Bosch, la residencia oficial de la familia real, en La Haya, y su interlocutor ha sido Matthijs van Nieuwkerk. El encuentro ha despertado gran interés entre los ciudadanos y ha conseguido un gran éxito de audiencia siendo lo más visto del día en Países Bajos con 3,2 millones de espectadores, en un territorio de 17,5 millones de habitantes.

Durante la cita, entrevistada y entrevistador han intercambiado unos presentes. Él le ha regalado un libro del poeta chileno Pablo Neruda, quien ganó el premio Nobel de Literatura en 1971, el año en que nació Máxima. Para sorpresa del presentador, ella le ha ofrecido a su vez un ejemplar de los poemas de la escritora estadounidense Louise Glück, premio Nobel de Literatura de 2020, sacado de su biblioteca personal. El tono del encuentro ha sido relajado y se ha filmado en el despacho de la reina, ocupado años atrás por el príncipe Claus, padre del rey Guillermo. Decorado con arte moderno, muebles clásicos y abundantes fotos familiares, Máxima ha asegurado que se encuentra allí muy a gusto, “aunque a veces también trabajo donde están las niñas”. A medida que hablaban, ha recordado un episodio poco conocido de su pasado: sus viajes en solitario y en coche, en 2001, camuflada bajo una peluca negra. Quería conocer su país adoptivo y a sus gentes sin llamar la atención.

Máxima de Holanda, con su marido el rey Guillermo y sus tres hijas,  Amalia (derecha), Ariane y Alexia, la semana pasada cuando asistieron a un espectáculo en el el Carré de Ámsterdam.
Máxima de Holanda, con su marido el rey Guillermo y sus tres hijas, Amalia (derecha), Ariane y Alexia, la semana pasada cuando asistieron a un espectáculo en el el Carré de Ámsterdam. EVERT ELZINGA (AFP)

Guillermo y Máxima coincidieron en 1999 en la Feria de Sevilla, y poco antes, una amiga argentina, le había augurado a ella “la firma de un contrato con un hombre extranjero”. El desconocido resultó ser un príncipe holandés, detalle que ha hecho reír a Van Nieuwkerk. “No fue un buen principio, porque me pidieron que hiciera fotos en una fiesta a la que acudimos ambos, y Guillermo me miraba con recelo. No sabía si yo era un paparazzo o dónde acabarían las imágenes”. Ahora dice que él es su ancla y su fuerza.

La ausencia de sus padres en su boda, en 2002, es un tema ineludible en la biografía de la reina holandesa. El progenitor, Jorge Zorreguieta, fue secretario de Agricultura en el Gobierno de la dictadura del general Jorge Videla, y ella ha resumido así el vacío sentido durante el enlace: “No siempre tenemos lo que deseamos”. En otro momento, se ha emocionado al recordar la muerte de su hermana pequeña, Inés, que se suicidó en 2018 a los 33 años. “No estuvo bien los siete u ocho últimos años de su vida, pero no sabíamos cómo ayudarla. Padecía una depresión y un trastorno de la personalidad, y creyó que era la única salida, cuando tenía tanto talento y no podía verlo”. Consciente del poder de lo que representan como reyes, ha admitido que su trabajo para la ONU en el terreno de las finanzas inclusivas sirve para reunir a la gente y tratar de resolver problemas. “Si no estuviera aquí habría trabajado en algo similar, tal vez en un banco centrado en la ayuda al desarrollo”. Orgullosa de sus hijas, le ha dicho a su interlocutor que cree que sabrán estar a la altura de su posición y manejarse en el futuro. Eso sí, no ve todavía a la heredera, Amalia, como la futura reina. “Para mí sigue siendo mi niña”, ha reconocido.

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