Javier Cámara y la capacidad para mantener blindada su intimidad

Mantener la vida personal alejada de los focos para el que es uno de los actores más conocidos del país debe resultar una tarea difícil. Excepto si eres Javier Cámara, que en todos estos años de trayectoria ha conseguido blindar su faceta más privada. Eso no ha impedido que la curiosidad del público crezca con cada uno de sus movimientos. Un interés que ha aumentado desde que el actor que se dio a conocer en 7 vidas se convirtiera en padre de mellizos a través de un vientre de alquiler en Estados Unidos. Eso ocurrió en 2017 y a excepción de un par de imágenes de Cámara paseando por las calles de Madrid empujando el carrito de los bebés, poco o nada más se sabe de su nueva faceta como padre de familia. Y lo que se conoce es la licencia que él mismo se ha permitido ante los medios de comunicación: habla y muestra parte de esa intimidad dónde, cómo y cuándo él quiere.

Así lo ha demostrado en sus últimas apariciones. La más reciente fue la noche del miércoles en El Hormiguero, donde el actor, que acudió a presentar su nueva película El olvido que seremos, en la que interpreta a un médico colombiano, aprovechó para hablar brevemente sobre los pros y los contras de la paternidad. “Nunca sientes que lo estás haciendo bien. Son ellos los que te enseñan”, dijo revelando que todos los consejos que le han dado sus amigos y familiares cuando nacieron los pequeños no le valieron de nada. “Ser padre no es idílico, es hermoso, pero es un currazo”, afirmó confesando que el confinamiento fue difícil. “Un día me bajé al garaje, me monté en el coche y encendí la radio. Y allí me quedé media hora”, contó.

Precisamente fue durante el confinamiento, y también en el programa de Pablo Motos, una de las primeras veces que hizo mención a su vida con los niños. La entrevista se realizó a través de videollamada, por lo que Cámara permitió al espectador entrar a una parte de su salón, donde se podían ver algunos juguetes y peluches infantiles. “Aquí hay dos diablillos que están todo el día jugando y se te va el día”, dijo el actor en referencia a las semanas de encierro durante el estado de alarma por la pandemia por el coronavirus. En otra entrevista con este periódico habló públicamente por primera vez de la mujer que había dado a luz a sus hijos. Ante la pregunta de “¿Quién es la mujer de su vida?”, el actor no dudó en responder: “Muchas. Primero la madre que me parió, la mujer más maravillosa de mi vida. Después la mujer que parió a mis hijos, y mi niña, que son las mujeres más importantes de mi vida”.

De los pequeños solo se sabe que nacieron por un vientre de alquiler en Estados Unidos, que son un chico y una chica y que como cualquier niño de la misma edad —en verano cumplen cuatro años— son muy inquietos y solo quieren jugar. No hay ni una imagen, ni un retrato ni una foto familiar, en las redes sociales del actor que, en cambio, sí les ha dedicado algunos mensajes en Instagram. El pasado 19 de enero, con motivo de su 54º cumpleaños, Cámara reveló en un post algunos aspectos desconocidos e íntimos de cómo son las mañanas en su casa, en compañía de su pareja y dos hijos. «Int. Día. Casa. Madrid. Me despiertan las carreras por el pasillo, se abalanzan sobre mí, me besan más aún que cada día y se van por donde han venido corriendo aún más alegres, como duendes traviesos; algo preparan…”, escribió.

Unos meses antes, el dos veces ganador de un Goya (Vivir es fácil con los ojos cerrados, como protagonista y Truman, como actor de reparto) compartió una publicación en su cuenta de Twitter con un mensaje completamente ilegible que mezclaba letras, números y símbolos sin ningún sentido. La respuesta de sus seguidores no se hizo esperar y el intérprete dejó caer que alguno de sus hijos había sido el protagonista de dicha travesura. “Juro que alguien teclea en mi teléfono sin yo saberlo. Bueno, lo sé, pero no sé cómo evitarlo”, escribió con gran sentido del humor.

Siete meses después de convertirse en padre, Javier Cámara contaba en una entrevista que la paternidad había supuesto un gran cambio en su vida, pero que todo resultaba “maravilloso”. “Necesitan mucha energía y tienes que ver dónde te colocas tú, dónde está tu lugar”, decía sobre sus pequeños recién nacidos. A punto de cumplir cuatro años, parece que él ya ha encontrado su sitio en su familia.