Julia Janeiro, la última en el clan de las hijas de famosos que también quieren serlo
Rocío Flores, Alejandra Rubio y Gloria Camila Ortega, son algunos de los nombres que han convertido su popularidad heredada en un rentable negocio
Las redes sociales y la posibilidad de hacer de la fama un negocio está generando un fenómeno nuevo en las formas pero antiguo en el fondo. No es nuevo que muchos hijos de famosos sigan la estela de sus padres y traten de probar suerte —con desiguales resultados— en la faceta artística que convirtieron en personajes conocidos a sus progenitores. Si lo es, al menos en España, que cumplir la mayoría de edad suponga el pistoletazo de salida a los hijos —especialmente hijas— de famosos con mucha exposición mediática en televisión y revistas del corazón, que pretenden rentabilizar que ellos mismos han formado parte de ese juego desde pequeños. Los pasos suelen seguir un patrón: ser portada de una revista del género al cumplir los 18 años, crear expectación en redes sociales para conseguir cuanto más número de seguidores mejor y después entrar a formar parte de esos rostros conocidos que las marcas buscan para promocionar los productos más variopintos. Si el círculo no se cierra en falso y el “hijo de” consigue esa popularidad por su propia exposición, el negocio empieza a funcionar y el dinero empieza a llegar tras convertirse en prescriptores para los potenciales consumidores.
La última en incorporarse a este clan incluso se ha adelantado unos días a la fecha de su 18º cumpleaños. Se trata de Julia Janeiro Campanario, hija del torero Jesulín de Ubrique y de María José Campanario, que alcanza el domingo la mayoría de edad. Su rostro, que ya puede aparecer sin pixelar, aparece esta semana en la revista ¡Hola!, la misma publicación en la que han sido portada en más de una ocasión sus padres y la anterior pareja de su progenitor, la televisiva Belén Esteban.
Julia Janeiro ya ha calentado previamente sus redes sociales, especialmente Instagram, con posados y alguna imagen orientada a la moda. Tanto como para tener 67.900 seguidores en su cuenta con solo 43 publicaciones. Imágenes, que en una onda que recuerda ligeramente a la de Georgina Rodríguez en sus comienzos, muestran mucho físico y poco texto, y en inglés. Postularse como influencer también implica ser objeto de los paparazis, que cuentan los días para poder empezar a captar imágenes de la joven y de su novio, Brayan Andree Mejía Ávila, de 20 años y futbolista del Aranjuez. Julia Janeiro, que estudia Administración de Empresas, parece que tiene su futuro próximo trazado, incluso frente a las advertencias que sus padres le han hecho sobre “los peligros de la exposición mediática”.
Según han publicado diversas revistas, es especialmente su madre, quien le aconseja no dar pistas sobre su vida personal en las redes sociales y le dice que deje de colgar fotografías demasiado atrevidas en sus perfiles públicos. Por lo que parece la hija del extorero no hace demasiado caso a las indicaciones maternas y juega a presentarse como futura influencer siguiendo la estela de quien dicen que es su modelo: Sofía Suescun, ganadora de Supervivientes en 2018. Un personaje, que por otra parte, es enemiga televisiva de Belén Esteban, el azote de su padre durante muchos años y madre de su hermanastra Andrea Janeiro a la que todo el mundo veía siguiendo la estela materna en los platós de televisión, pero que sorprendió al dar la espantada y desaparecer para cursar sus estudios universitarios en el Reino Unido, y que incluso recurrió a un despacho de abogados para emitir un comunicado en el que expresaba su deseo de querer “vivir en el más estricto anonimato”. Un hecho que ocurrió en enero de 2018 después de verse sometida a un acoso mediático que atribuyó a la fama de sus padres.
Julia Janeiro tiene otros ejemplos a seguir además del de Suescun. Alejandra Rubio, hija de Terelu Campos y nieta de María Teresa Campos, es uno de ellos. Rubio también ocupó la portada de la misma revista al cumplir los 18, afirmó que pretendía estudiar diseño de moda, después Derecho y pronto comenzó a tener un videoblog propio en Mtmad, el canal de Mediaset en el que colgaba vídeos sobre su vida. Ahora colabora en Telecinco, en el programa Viva la vida, participa como comentarista en algunos realities de la misma cadena y aprovecha sus 228.000 seguidores en Instagram para anunciar productos que le pagan por su publicidad.
Aún tiene más seguidores en esta red la hija de Isabel Pantoja, Isa Pantoja —591.000—, y ella sí mostró desde un principio que quería ser famosa y salir en televisión, algo que molestó mucho a su madre que siempre ha hablado de la inteligencia de su hija y las ganas que ella tenía de que siguiera otro camino más privado. La forma de empezar de Isa Pantoja fue algo distinta: sus relaciones sentimentales fueron el detonante de su presencia en los medios, especialmente revistas y Telecinco, después pasó a ser participante de realities y ahora comentarista en distintos programas de la cadena, donde no es extraño verla haciendo requiebros para evitar o no los temas más controvertidos que afectan a su familia. Y la misma estela han seguido Rocío Flores, la hija de Rocío Carrasco y Antonio David Flores con 741.000 seguidores, y Gloria Camila Ortega, hija de Rocío Jurado y el torero José Ortega Cano, con 827.000.
Una cohorte de estrellas mediáticas creadas a la sombra de los dimes y diretes sobre los asuntos más privados de sus padres, que están haciendo carrera en ese mundo de prescriptores de éxito que algunos aún no entienden qué méritos reúnen para que la gente los convierta en iconos de estilo y ejemplos a seguir. Un grupo de jóvenes situadas en la primera línea de una parrilla de nombres que reúnen a otros hijos de personajes televisivos como puede ser Alba Díaz Martín, hija de El Cordobés y de Vicky Martín Berrocal, o Laura y Ana Matamoros, hijas de Kiko Matamoros.
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