Rocío Flores se suma al mundo de la prensa del corazón con su primera exclusiva

Rocío Flores, de 23 años, es famosa sin quererlo desde que nació. Ser la primera nieta de Rocío Jurado la elevó a esa categoría y desde niña ocupó portadas. Luego llegó la separación de sus padres y una interminable batalla judicial entre ambos, y la muerte de su abuela. Fue entonces cuando ella decidió marcharse a vivir a Málaga con Antonio David Flores, su progenitor, tras una grave bronca con Rocío Carrasco, su madre, y alejarse de la prensa. Durante ocho años la joven huyó de foco mediático hasta que decidió sentarse en un plató para defender a su padre en un reality y luego sumarse ella a otro, Supervivientes. Tras salir del concurso, la joven siempre ha proclamado su deseo de volver a su refugio malagueño y su intención de no sumarse al mundo de la prensa del corazón. Pero solo tres semanas después, la nieta de La más grande se asoma a la portada de la revista ¡Hola! en la que es su primera exclusiva y no parece que vaya a ser la única. Las elevadas cantidades de dinero que le han ofrecido han cambiado su decisión.

“La relación con mi madre debe arreglarse. Es una persona fundamental en mi vida”, señala en la entrevista. “He pensado muchas veces en mi abuela; si estuviera aquí, estoy segura de que nada de esto hubiera pasado”, afirma. De nuevo, el argumento central de la exclusiva es la no relación con Rocío Carrasco, con quien intenta reconciliarse. Algo que de momento parece imposible por la negativa de su progenitora. Rocío Flores asegura que si ha dado un paso adelante en el mundo de la fama es para acercarse a ella y para que la gente la conozca, además para asegurar un futuro a su hermano menor que, como ella, también dejó el hogar materno hace años.

“No voy a hacer una entrevista hablando mal de mi madre ni voy a hacerlo en un plató de televisión. Si eso es lo que la gente se espera, no va a suceder (...). La guerra que han tenido mi padre y mi madre es de ellos. Los que hemos salido perjudicados somos mi hermano y yo. Pero yo me fui con mi padre, que era el que menos dinero tenía y el más estricto”, desvela. Cuando se le pregunta por la sentencia judicial relacionada con un incidente con su madre declara que no quiere comentar el tema: “Mi madre nunca ha hablado de eso y yo tampoco lo voy a hacer”.

Sobre si su madre ha visto o no el programa, la joven afirma no tener ni idea de lo que ha hecho. Dice que la ha llamado muchas veces por teléfono. “Ya lo he hecho muchas veces, pero no ha habido respuesta (...). En estos últimos años la he llamado unas seis veces y solo me lo cogió una vez. Fue para preguntar por mi hermano y la respuesta que obtuve no fue muy agradable”.

“No he ido a Honduras para aprovecharme de la imagen de mi madre, sino para que la gente conozca cómo soy”, asegura. “Antes del concurso, tenía miedo de que me tacharan de agresiva. Quiero demostrar que no lo soy” añade y hace un balance positivo de su paso por el programa: “He aprendido a creer mucho en mí y valorar otras cosas a las que no das importancia en el día a día, como estar con tus seres queridos. Mi balance es positivo”.

En su cuenta de Instagram –donde abundan las fotos junto a su novio, Manuel, su hermano, David, y la familia creada por su padre junto a su segunda esposa, Olga Moreno– hay cambios que lo dicen todo: se define como business woman (mujer de negocios), afirma que da asesoramiento online y que su negocio está en su móvil y, algo significativo, deja claro que tiene representante y que se le puede contratar a través de una agencia especializada en eventos con famosos. Antes de entrar en el mundo de la televisión trabajaba como asesora nutricional. Ahora asegura que necesita tiempo para pensar qué hacer con su vida.