Felicity Huffman y Lori Loughlin, cárcel, caída en desgracia y segundas oportunidades
La trama organizada para facilitar el acceso de hijos de familias ricas a universidades de élite, en la que se vieron implicadas las actrices, conforma el guion de un nuevo documental de Netflix
Felicity Huffman y Lori Loughlin ya han cumplido condena, pero su historia quedará para siempre no solo en el imaginario colectivo, sino también en el patrimonio fílmico. El próximo 17 de marzo Netflix estrena Operación Varsity Blues, el documental que narra la trama de sobornos en las universidades de Estados Unidos organizada para facilitar el acceso de hijos de familias ricas a los centros de élite falsificando cualificaciones en la que se vieron implicadas las dos actrices.
Dirigida por Chris Smith, la película promete profundizar en los métodos utilizados por el estafador y cerebro de la trama, William Rick Singer, para llevar a los hijos de sus clientes adinerados a las mejores escuelas. Estos esquemas incluían de todo, desde permitir que los niños hicieran trampa en sus exámenes de admisión a la universidad hasta falsificar credenciales deportivas o sobornar a funcionarios escolares.
Everything you’ve heard is true. But you haven’t heard everything. Using real conversations recreated from FBI wiretaps the filmmaker behind Fyre brings you Operation Varsity Blues: The College Admissions Scandal pic.twitter.com/kwsqTCSkqq
— NetflixFilm (@NetflixFilm) February 22, 2021
Un escándalo que estalló en marzo de 2019 y que involucró a celebridades de Hollywood, empresarios y otros miembros de la élite adinerada de Estados Unidos. La estrella de Mujeres desesperadas, Felicity Huffman, y la actriz de Padres forzosos, Lori Loughlin, junto con su marido, el diseñador de moda Mossimo Giannulli, fueron dos de los 50 padres implicados pero su caso ha sido el que más repercusión mediática ha tenido debido a la fama de ambas. Sin embargo, no han corrido la misma suerte y, tras ver sus nombres y sus rostros en primera plana de titulares y programas de investigación, el destino para ambas ha sido de lo más dispar.
Huffman, de 58 años, parece situarse en una mejor posición. La actriz nominada al Oscar por su interpretación en Transamérica (2005) admitió la responsabilidad de sus acciones y se declaró culpable de haber pagado hasta 15.000 dólares (unos 13.700 euros) para manipular las notas de su hija Sophia Macy en el examen de acceso. Su disculpa fue aceptada de inmediato tanto por la sociedad como por el jurado. Su condena incluía cárcel —ingresó 11 días en prisión de los 14 a los que había sido condenada—, una multa de 27.000 euros, 250 horas de servicios comunitarios y libertad condicional durante un año que el pasado octubre su abogado aseguró que ya había sido cumplida en su totalidad.
El marido de Huffman, el actor William H. Macy, no fue imputado y se mantuvo a su lado durante todo el proceso. Finalizada esta etapa, la actriz de la también exitosa ficción America Crime espera terminar de rehabilitarse en Hollywood después de conseguir un papel principal en una nueva comedia para ABC. El pasado mes de noviembre se confirmó que había conseguido su primer trabajo como actriz desde que cumplió su condena, una serie prevista para primavera inspirada en la historia de Susan Savage, la propietaria del equipo de béisbol Sacramento River Cats que heredó tras la muerte de su esposo.
Lori Louglin tiene un camino más difícil por delante. La actriz conocida por dar vida a la tía Becky de la famosa serie familiar Padres forzosos y su marido prolongaron su situación legal varios meses. En un principio, la pareja se declaró inocente e insistió que los investigadores habían inventados pruebas en su contra. Pero finalmente aceptaron su culpa: haber pagado 500.000 dólares para conseguir que sus dos hijas, Isabella Giannulli, de 22 años, y Olivia Jade Giannulli, de 21 años, fueran aceptadas en la Universidad del Sur de California como parte del equipo de remo a pesar de no haber practicado jamás ese deporte. El matrimonio, que llegó a enfrentarse a 40 años de prisión, aceptó un acuerdo con el que saldaron con una pena mucho más reducida que la provisional pero algo más elevada que la de Huffman. Tras cumplir su condena de dos meses de cárcel, a finales del pasado diciembre Loughlin salió de la prisión federal de Dublin, la misma donde ingresó Huffman. Todavía tiene pendiente pagar una multa de unos 127.000 euros y realizar 150 horas de servicio comunitario. Su marido, en prisión hasta mediados de abril, cumple su condena de cinco meses de cárcel, tiene que pagar algo más de 200.000 euros y dedicar 250 horas para la comunidad. Además, la pareja deberá cumplir también dos años de libertad condicional.
En el terreno laboral, Loughlin, de 56 años, sigue manteniéndose en un segundo plano. Alcanzó la fama gracias a su papel en Padres forzosos, que se vio reforzada con la reposición de los capítulos en Netflix y con la nueva serie creada por dicha plataforma, Madres forzosas, vista como una continuación de la primera. Más allá de esto y algunas colaboraciones esporádicas en el mundo de la moda, la actriz ha trabajado principalmente en películas de sobremesa y, con menos éxito, se ha encargado de la coproducción de alguna otra serie.
La hija menor de la pareja, la influencer Olivia Jade, también ha tenido un papel clave en esta historia. Después de destaparse el escándalo, la joven, que se considera influencer, se llegó a vanagloriar en sus vídeos de YouTube y su perfil de Instagram de que hablaría con los profesores para continuar con sus viajes o de que le interesaban las fiestas más que los estudios. Tras las críticas recibidas, estuvo casi nueve meses desaparecida del que había sido su templo durante tantos años, las redes sociales. El pasado diciembre admitió que estaba “avergonzada” por todo lo que había sucedido con sus padres. “Me sentí tan avergonzada … aunque realmente no entendía al cien por cien lo que estaba sucediendo”, dijo Olivia Jade en el programa Red Table Talk que presenta Jada Pinkett Smith, la esposa de Will Smith.
“Lo que pasó estuvo mal y creo que todas las personas de mi familia pueden verlo y pensar que todo fue un desastre, fue un gran error, pero creo que lo que más importante para mí es aprender del error”, dijo la joven. “Tengo 21 años. Siento que merezco una segunda oportunidad para redimirme y demostrar que he crecido”, continuó. El mundo del espectáculo, de momento, le ha dado la espalda a su madre, el tiempo dirá qué sucede con ella.
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