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Gillian Anderson y Peter Morgan, actriz y creador de ‘The Crown’, se separan

La pareja, que nunca ha vivido en la misma casa, mantenía una relación que se conoció hace cuatro años cuando ella promocionaba la serie en la que da vida a Margaret Thatcher

Gillian Anderson y Peter Morgan en un acto en Londres en febrero de 2017.
Gillian Anderson y Peter Morgan en un acto en Londres en febrero de 2017.David M. Benett (Getty)
El País

Gillian Anderson, la actriz que llegó a la fama por su interpretación de la agente del FBI Dana Scully en Expediente X junto a David Duchovny, había encontrado en su participación en The Crown un papel a su medida que la devolvía a sus mejores tiempos en la televisión y también el amor junto a Peter Morgan, el creador de la ficción.

Ni uno ni otro han confirmado oficialmente la noticia, pero según publica el diario británico Daily Mail, la pareja ha dado por finalizada la relación que los unía desde 2016. Anderson, de 52 años, y Morgan, de 57, formaban una de las parejas más glamurosas del mundo del entretenimiento británico, pero durante el tiempo que han estado juntos nunca han llegado a compartir casa. Ambos tienen hijos de parejas anteriores, una agenda muy ocupada y parece que hasta ahora la fórmula que habían encontrado para llevar su relación funcionaba.

Los dos han trabajado juntos durante la última temporada de The Crown, donde la actriz daba vida a la primera ministra británica Margaret Thatcher, conocida como la Dama de Hierro, pero según el diario británico “hacer malabares con sus respectivas y apretadas agendas” ha sido el motivo clave para que el amor que los unía se haya convertido en simple relación de amistad y complicidad.

Peter Morgan, que fue nominado al Oscar por su guion de la película The Queen que interpretó Helen Mirren, es un dramaturgo, guionista y productor muy elogiado que cuenta en su palmarés con obras y películas como Frost/Nixon, La Audiencia (sobre Isabel II y sus primeros ministros), El último rey de escocia o Bohemian Rhapsody. En 1997 se casó con la princesa Anna Carolina Schwarzenberg, hija de un noble y político checo, y con ella es padre de cinco hijos. Se separaron en 2014 tras unos años viviendo en Viena y, desde entonces, él reside en Londres.

Por su parte, Gillian Anderson, nacida en Chicago, pasó de actriz desconocida a estrella gracias a la serie Expediente X, hasta el punto de que el personaje que interpretaba se convirtió, según un estudio de 2018, en modelo de toda una generación de mujeres a la hora de decantarse por carreras científicas. Británica de adopción ha brillado en televisión y en teatro, y en menor medida, en el cine. Su segunda etapa de popularidad se disparó con otro papel televisivo, la terapeuta sexual Jean Milburn de Sex Education, y después con The Crown. Un trabajo que aceptó después de debatir con su pareja si era prudente encontrarse cada día en el set de rodaje.

Anderson se ha casado –y divorciado– dos veces. La primera, en 1994, fue con Clyde Klotz, un diseñador de producción que es el padre de su hija Piper, de 25 años. Una década después se unió al experiodista Julian Ozanne, pero aquello tampoco duró. Además, tiene dos niños, Oscar y Felix, de 13 y 11 años, de una relación posterior con el empresario Mark Griffiths. Con Morgan parecía haber encontrado el equilibrio y en parte lo atribuían a lo que en inglés se conoce como living apart together: compartir vida, pero no casa. “Mi pareja y yo no vivimos juntos. Si lo hiciéramos, sería nuestro fin. Funciona muy bien así. Cuando estamos juntos lo sentimos como algo muy especial. Y cuando estoy con mis hijos, puedo estar completamente ahí para ellos”, explicó en una entrevista en The Sunday Times Style. “Empiezo a echar de menos a la persona con la que quiero estar, y es una sensación estupenda”. También ha tenido relaciones con mujeres, según contó en 2012 en la revista Out, pero fueron “la excepción y no la regla”. Lo que siempre ha negado es que la evidente química en pantalla entre ella y el actor David Duchovny se trasladara a un romance en la vida real.

Como activista, ha tocado casi todos los palos: desde los derechos de las mujeres y los niños al bienestar animal, pasando por la neurofibromatosis, el trastorno neurológico que en 2011 se cobró la vida de uno de sus hermanos. Se ha sumado al debate sobre la paridad salarial denunciando que le costó años conseguir que le pagaran lo mismo que a David Duchovny, y también se ha manifestado contra la “atroz” presión que sufren las mujeres por su aspecto. “No soy necesariamente anti-cirugía; estoy en contra de la vergüenza que va asociada, en su propia mente, a las mujeres que toman esa decisión, con razón o sin ella”, afirmó en The Telegraph en 2016. También ha coescrito una trilogía de novelas de ciencia ficción titulada The Earthend Saga y hace tres años publicó junto a una amiga una especie de libro de autoayuda para mujeres, We: A Manifesto for Women Everywhere, donde comparte consejos, reflexiones y experiencias –ella ha padecido problemas de autoestima o ataques de pánico–.

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