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Jennifer Aniston y sus negocios: de productora de cine al colágeno

La actriz se ha convertido en “directiva creativa” de una empresa de suplementos alimenticios en el último paso por diversificar su cartera empresarial

Jennifer Aniston, a su llegada a los Globos de Oro celebrados en Beverly Hills, California, el 5 de enero de 2020.
Jennifer Aniston, a su llegada a los Globos de Oro celebrados en Beverly Hills, California, el 5 de enero de 2020.Sipa USA (Cordon)
El País

Cuando Rachel Green reinaba en las pantallas televisivas a primeros de los dos mil, todo el mundo se preguntaba cuál era el secreto de la famosa melena del personaje de Friends al que Jennifer Aniston daba vida. Su corte de pelo fue replicado por miles de mujeres en todo el planeta y, con el boom que supuso la serie y desde entonces, Aniston logró convertirse en todo un icono de belleza que también ha sabido aprovechar el interés que genera para convertirse en todo un reclamo publicitario e ingresar millones de dólares.

Sin embargo, el interés de Aniston por el mundo de la belleza y la cosmética da ahora un paso más allá y es ella la que toma las riendas de una empresa del sector. Este fin de semana, y ante sus más de 35 millones de seguidores, la actriz le contaba al mundo a través de su perfil de Instagram que se había convertido en la directora creativa de una empresa de suplementos alimenticios.

“Estoy muy emocionada de anunciar finalmente que me uno a Vital Proteins como jefa de su oficina creativa”, escribía junto a una fotografía de ella misma con una caja llena de productos de la marca. En concreto, se trata de una firma de suplementos alimenticios que vende desde aguas de sabores hasta proteínas, gelatinas o colágeno bebible, muy de moda pero según diversos estudios científicos imposible de asimilar por vía oral.

“Hace años que empecé a usarla de forma regular, así que cuando se presentó la oportunidad de ser parte de una marca de un modo más grande, salté sobre ella. Siempre he sido una defensora de encontrar el bienestar desde dentro hacia afuera, y estoy feliz de compartir la importancia del colágeno. Mantente vital. Pronto os contaré más”.

Esta aventura empresarial ha hecho que Aniston ruede algunos anuncios para la firma —que se ha encargado de hacer ver en sus redes que esas grabaciones se han realizado tomando todas las medidas de seguridad—, pero también que se implique más a fondo con ella. Aunque afirma llevar utilizando los productos desde 2016, ahora, dice la marca, “proporcionará su visión única en las innovaciones de producto y en la estrategia de la firma, compartiendo su experiencia personal”. También formará parte de la campaña publicitaria que se lanzará en diciembre. En resumen, que será una embajadora de la casa con un cargo más elevado y, seguramente, mucho mejor pagado.

El de Aniston parece un cargo con más nombre que contenido y donde podrá compatibilizar, sin ningún tipo de problemas, sus proyectos televisivos y cinematográficos. Y no solo delante de la pantalla, porque ahí sí que Aniston ha dado un salto de calidad y profesional. En la última década, además de actuar, la californiana ha decidido centrarse en la producción e incluso en la dirección.

Aniston empezó a invertir su dinero en el audiovisual desde 2008, en películas en las que participaba ella misma como actriz. La primera fue una de esas comedias románticas que la hicieron célebre en esa década, La novia de mis sueños, junto a Steve Zahn. Costó 2,4 millones de dólares y recaudó 3,7, por lo que no fue un mal negocio ni un mal arranque para la actriz. Tras ello, invirtió en cintas en las que participaba y otras en las que no, como la tv movie Five, que codirigió.

Su último gran paso ha sido poner dinero en una de las series más exitosas del último año y con la que ha vuelto a la televisión, The Morning Show. La serie de Apple TV+ le ha dado una nominación en los Globos de Oro y un premio SAG, pero también éxitos económicos al invertir en ella. Una serie que le ha devuelto, además, la ilusión perdida por ponerse delante de una cámara. Si no, le hubiera divertido dedicarse al diseño de interiores. “Me encanta, me lo paso muy bien”. O, claro, ser una experta en suplementos alimenticios.

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