La familia de Ryan O’Neal se reconcilia 17 años después
Tras un largo tiempo de desavenencias y desencuentros, el actor y su hija Tatum se reúnen y disfrutan de una velada junto a los tres hijos que la actriz tuvo con el tenista John McEnroe
Tras años de desencuentros y desavenencias, parece que la familia O’Neil está limando asperezas y han vuelto a disfrutar de un tiempo juntos. Así lo demuestra la última imagen que Sean McEnroe, de 32 años y nieto de Ryan O’Neal, de 79, ha publicado en su Instagram. En ella aparece sentado en un sofá junto a su abuelo y su madre, Tatum O’Neal, de 56 años, además de con sus hermanos Kevin, de 34 y Emily, de 29, todos nacidos de la relación de la actriz con la estrella del tenis John McEnroe. Una estampa que, según reveló el propio autor, no se producía desde hacía 17 años.
“Esta es una de las fotos más memorables de mi vida. La última vez que estuvimos todos juntos fue en el aniversario de los 30 años de Luna de Papel en 2003”, escribió Sean McEnroe en referencia a la película que su madre y su abuelo protagonizaron juntos en 1973 y que catapultó a la fama a Tatum. “Puedo llorar de alegría y gratitud porque todos en esta foto todavía están vivos y hemos sido capaces de reunirnos de nuevo después de tantos años de dificultades. Toda la Costa Oeste está ardiendo, pero si los O’Neal pueden reconciliarse, realmente todo es posible”, añadió el joven, sobre los incendios que asolan California y Oregón desde la pasada semana. En la fotografía no aparece Griffin, hermano de Tatum y que lucha contra las adicciones desde que era un adolescente.
Ryan O’Neal tiene cuatro hijos, nacidos de tres relaciones distintas: Tatum O’Neal y Griffin O’Neal (hijos de la actriz Joanna Moore), Patrick O’Neal (hijo de Leigh Taylor Young) y Redmond O’Neal (que tuvo con Farrah Fawcett en 1985). La relación del progenitor con sus vástagos ha sido, cuanto menos, atípica. Dos son los más mediáticos. Por un lado Tatum, actriz, ganadora de un Oscar con solo 11 años por Luna de papel y exesposa del extenista John McEnroe. Por el otro, el pequeño Redmond, de 33 años y en la cárcel desde mayo de 2018 por dos intentos de asesinato tras un largo historial de drogas y violencia que le llevaron incluso a vivir en la calle. “Las drogas no han sido el problema sino el trauma psicológico de mi vida entera, mis experiencias vitales son lo que más me han afectado”, contó en enero de 2019, poco antes de su mediático juicio.
El apellido O’Neal parece que va unido siempre a algún escándalo. En 2007, el actor tuvo una pelea con su hijo Griffin con armas de por medio por el que fue detenido y tuvo que pagar 50.000 dólares de fianza. El propio Griffin describió a su padre en algunas entrevistas como un “narcisista psicópata” y en alguna ocasión ha hablado del abandono que sufrió por parte de su progenitor. En 2008, Ryan fue detenido junto su hijo Redmond (cuando este tenía 23 años) por posesión de drogas.
La relación entre el protagonista de Love Story y su única hija se fracturó hace más de 20 años. En 2004 ella desgranó en una primera autobiografía, A paper life —años después sacó una segunda Encontrada: la hija vuelve a casa— la cruel infancia que vivió después de que sus padres se separaran. Cómo ella y Griffin vivieron primero en una granja abandonada junto a su madre, la actriz Joanne Moore quien apenas les atendía perdida en sus adicciones al alcohol y drogas, y más tarde cuando se trasladaron a la casa de Malibú de Ryan O’Neal. Allí creyó recuperar a su padre, pero, según cuenta en ambos libros, cuando alcanzó la pubertad solo recibió rechazo, desprecio e incluso malos tratos físicos de su parte.
Cuando Ryan O’Neal conoció a Farrah Fawcett perdió para siempre la oportunidad de reconciliarse con su padre. Para la actriz fueron años de depresión, adicciones y desencuentros. Se casó —y separó— del tenista John McEnroe, con quien tuvo a sus tres hijos que crecieron sin apenas conocer a su abuelo. Sin embargo, la muerte de Fawcett en 2009 tras una larga batalla contra el cáncer volvió a hacer que padre e hija se unieran. Tal fue el tiempo que llevaban sin verse que en el funeral de la que Ryan O’Neal calificó como el amor de su vida no reconoció a su propia hija e intentó flirtear con ella. “Acababa de poner el ataúd en el coche fúnebre y estaba viendo cómo se alejaba cuando se me acercó una hermosa mujer rubia”, contó el actor en una entrevista, afirmando que él quería “ser divertido con una sueca desconocida”. “Y resultó que era mi hija. ¡Es tan lamentable!”, relató. Se definió a sí mismo como un pésimo progenitor: “Creo que yo no tendría que haber sido padre, no hay más que echar un vistazo a lo que he conseguido: o están en la cárcel, o deberían estarlo”.
“Ella nos reunió de nuevo”, dijo Tatum tras la muerte de Farrah Fawcett. Una unión que tardó en consolidarse casi otros diez años, cuando por primera vez desde entonces se han vuelto a dejar ver juntos en público con toda la familia. Del resto del clan, poco se sabe. Se desconoce si Griffith también ha retomado su relación con su progenitor, pero de lo que sí hay constancia en las redes sociales es de la buena sintonía que Ryan O’Neal comparte con otro de sus hijos, Patrick, con quien publica a menudo fotografías en las que aparecen juntos. El pequeño y el único que tuvo con Fawcett, Redmond, continúa pendiente del futuro que la justicia le depare.
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