Las sucias revelaciones que deja el final del juicio de Johnny Depp
En su vista contra 'The Sun' para limpiar su reputación, el actor y su exposa, Amber Heard, se han acusado mutuamente de violentos y adictos a las drogas y el alcohol
Cuando, el martes por la mañana, Johnny Depp llegaba a la última jornada de su juicio contra el diario The Sun en el alto tribunal de Londres, no estaba solo. A las puertas del juzgado le esperaban decenas de fans que le acogían calurosamente entre aplausos, ositos de peluche, ramos de flores y mensajes de ánimo, manuscritos y gritados. Unos seguidores a los que no parece haberles importado las informaciones que se han filtrado en la vista sobre Depp, que no le dejan en muy buen lugar. Unas informaciones que, eso sí, son de parte: vienen de Amber Heard, su exesposa y testigo en el proceso. Ella tampoco ha salido bien parada en el asunto. De hecho, si los dos se embarcaron en esta aventura para limpiar sus reputaciones, han logrado el efecto contrario.
El divorcio entre Depp y Heard tras un matrimonio de escasos 15 meses se dirimió hace ya cuatro años. Sin embargo, este juicio parece haber sido una reedición con luz y taquígrafos de aquella separación. Heard no iba a ser la protagonista, sino solo una testigo, pero la cantidad de trapos sucios que han sacado el uno del otro han tenido más repercusión que la propia causa. En ella, Depp se enfrentaba al diario sensacionalista británico The Sun, a su propietario, News Group Newspapers, y su director Dan Wooton, contra quienes se querelló a principios de año. El motivo fue un artículo de Wooton de abril de 2018 donde afirmaba tener “pruebas abrumadoras” de que el actor era un marido violento.
Estas tres semanas de julio —el proceso arrancó el día 7, porque se iba a celebrar en marzo, pero la pandemia del coronavirus obligó a aplazarlo— han dejado salidas de tono y acusaciones mutuas. Lo único en lo que parecen coincidir Depp y Heard es que se recriminan mutuamente ser grandes mentirosos y tener fuertes arranques de violencia.
Amber Heard acusa a su exesposo de haber tenido hasta 14 ataques violentos contra ella en tres años. Sus arranques de ira llegaban, siempre según la versión de su exmujer, cuando bebía o consumía drogas, algo que ha tratado de demostrar en la corte presentando fotografías de una mesa con whisky y varias rayas de cocaína. El propio Depp, de hecho, ha admitido dicho consumo, pero también le ha dado la vuelta a la cuestión acusando a su exmujer de los mismos excesos: consumir drogas y ser violenta.
Según Sasha Wass, la abogada del diario The Sun, y por tanto apoyo de Heard, durante su relación Depp era “un adicto sin remedio que perdía el control y la capacidad de contener su ira de forma repetida” y estaba “sujeto a cambios irracionales y a patrones de conducta anormales, que no se daban cuando estaba limpio y sobrio”. De hecho, según Wass, el propio actor se denominaba a sí mismo “El Monstruo” cuando sacaba ese temperamento. “Yo le quería, no quería perder eso”, ha alegado Heard en el juicio, “y aunque su otra cara era la de un monstruo siempre tuve la esperanza de que se desintoxicaría”.
Al parecer su relación fue tóxica desde el principio. La actriz acusa a su exmarido de llamarla habitualmente con apelativos tan poco cariñosos entre unos recién casados como “puta” y zorra”. También recuerda haber sido golpeada repetidamente en la cabeza en marzo de 2015, pocas semanas después de su enlace, y que durante su luna de miel él trató de estrangularla con una de sus camisas. Por su parte, admite que le pegó a su marido una vez, cuando él intentó agredir a su hermana, que también acudió al juicio apoyando a la actriz, al igual que lo hizo su actual novia, la directora de cine Bianca Butti.
Depp no se queda atrás. De boca de sus abogados, que han calificado el proceso como “muy doloroso” para el actor, han salido calificativos para Heard como “calculadora”, “narcisista” y “sociópata deseosa de destruir su vida”. Los letrados de Depp afirman que todo es un montaje bien calculado de la intérprete de Aquaman para conseguir notoriedad. La acusan de “pintarse lesiones, manipular fotografías y destruir propiedades que luego fotografiaron para crear lo que describen como una especie de póliza de seguro para la Sra. Heard”.
Además, Depp ha dado a conocer que su esposa le fue infiel con el empresario Elon Musk. Así se ha desprendido de las palabras de los porteros de su apartamento de Los Ángeles, que aseguran que hubo unos días en los que vieron a Heard con moratones en la cara, pero que entonces Depp estaba rodando fuera y que quien acudía a la casa era el fundador de Tesla. Aunque sus abogados han tratado de defenderla sacando a relucir su menor complexión física respecto a la del actor, sus peleas eran tales que, durante una de ellas en Australia, el célebre pirata del Caribe llegó a perder parte de un dedo y la casa en la que tuvo lugar la trifulca quedó destrozada y llena de sangre.
La muestra especialmente gráfica que deja constancia de lo desagradable del juicio, es la imagen de un excremento. Ese que, según Depp, depositó Heard “o alguno de sus amigos” en el lecho conyugal y que, también siguiendo la detallada descripción del actor y de las limpiadoras que trabajaban para la pareja y que fueron quienes lo encontraron, era “del tamaño de una hamburguesa Whopper”.
El juez Andrew Nicol ha dejado el juicio visto para sentencia. En unos tres meses se conocerá la resolución judicial. El veredicto popular será más difícil y lento de desentrañar.
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