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María Pombo, entre luces y sombras: maternidad y enfermedad

La 'influencer', de 26 años, ha confirmado que padece esclerosis múltiple solo unos días después del anuncio de su primer embarazo

Maria Pombo
Maria Pombo, en la Cibeles Fashion Week Madrid, en enero.Daniel Gonzalez (GTRES)

En apenas tres meses María Pombo ha alcanzado “su gran vocación” y ha confirmado uno de sus mayores temores. Tan solo unos días después de que anunciara que espera su primer hijo —y en medio de la celebración de su primer aniversario de boda con el empresario Pablo Castellano—, la influencer madrileña de 26 años ha comunicado a sus más de 1,4 millones de seguidores en Instagram que padece esclerosis múltiple, una enfermedad que también sufre su madre desde hace 20 años.

“[Las pruebas] No han ido como yo esperaba siendo positiva, pero en realidad sí que me lo esperaba… Efectivamente tengo esclerosis múltiple”, ha compartido en un vídeo. El pasado 23 de mayo Pombo habló por primera vez de la posibilidad de padecer esta enfermedad. “He estado estas últimas semanas yendo al hospital porque estos últimos 20 días más o menos he estado sintiendo hormigueos bastante extraños en el cuerpo”, explicó a sus seguidores. Estos últimos meses han transcurrido de forma agridulce para la joven. “El orden cronológico fue: confinamiento, me entero de que estoy embarazada, a la semana me empiezo a encontrar mal con los hormigueos, luego hago las pruebas, luego empiezo la mudanza y ya la semana pasada me dieron los resultados”, resume Pombo en sus stories. Además, continúa, va a comenzar un tratamiento que “es compatible con el bebé”.

Cuando le preguntaban a María de pequeña qué quería ser de mayor respondía “madre”. Ahora este sueño está a punto de hacerse realidad, según relata su padre en voz en off sobre imágenes de archivo de la joven cuando era niña. Con este vídeo que culmina con Pombo en la consulta visiblemente emocionada junto a un monitor de ecografías anunció el pasado viernes en Instagram el aumento de su familia. Tres días después recordó ante sus seguidores el aniversario de su boda con Castellano, quien posee un negocio familiar dedicado a la construcción. “Un año después somos tres. Eres la suerte de mi vida”, escribió en la publicación de una fotografía de ambos el día del enlace, que se convirtió en un gran acontecimiento que la revista ¡Hola! llegó a retransmitir en directo. Entonces ella tenía tan solo 25 años y él 32, un año antes anunciaron su compromiso, del que, como cada uno de sus pasos, se hicieron eco en las redes sociales.

Hace un año, los medios se volcaron en contar la boda de la influencer, y aunque fue en 2014 cuando Pombo recibió la atención de la prensa por primera vez al hacerse pública su relación con el futbolista del Atlético de Madrid Álvaro Morata, que entonces jugaba en el Real Madrid, ella ya había comenzado a exponer su vida mucho antes. Pombo, que estudiaba Turismo con Protocolo, se abrió su cuenta de Instagram en 2012. En 2015 creó el blog Look and Fashion, donde daba consejos de moda, viajes y maquillaje y, poco después, hacía lo mismo desde su canal de YouTube, donde acumula 249.000 suscriptores. En esta plataforma se hizo eco de su lujosa despedida de soltera en Miami y de su pedida de mano, vídeos que acumulan 446.000 visualizaciones y más de 800.000 respectivamente. Ahora centra su actividad en Instagram, donde combina imágenes que pretenden ser naturales con posados de revista en escenarios paradisíacos.

María Pombo se coló hace dos años en el puesto número cinco del ránking de los influencers de moda españoles con más éxito realizado con datos de la herramienta especializada en social media analytics Metricool. Antes que ella solo estaban Dulceida, Laura Escanes, Paula Echevarría y Alba Paul Ferrer. Instagram es la red social predilecta de la joven para hacerse eco de sus campañas publicitarias y para mostrar su vida a través de imágenes idílicas y risueñas, como el encuentro que protagonizó hace un año en Ibiza junto al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy. En esta plataforma centra su ocupación profesional que ya ha convertido en un negocio que mueve miles de euros —hasta 4.000 por publicación según algunos medios— gracias a la larga lista de marcas con las que ha colaborado, entre ellas Agatha, Springfield y Bobbi Brown. Y Pombo no se quedó ahí, estas cifras le dieron alas para expandir su negocio con la creación de una marca de ropa, Name the Brand, y un festival propio, el Suavefest, que en su primera edición del pasado año llenó la plaza de toros de Las Venta, Madrid. Este 2020 tenía previsto celebrarlo los días 27, 28 y 29 de marzo en la estación de esquí de Formigal, pero la pandemia la obligó a cancelarlo.

Pombo también ha caído en más de una polémica propia de su sector. El pasado enero el Consejo General del Colegio de Farmacéuticos (CGCF) denunció ante el Ministerio de Sanidad el aumento de la demanda de ciertos productos por la recomendación de varias influencers cuya “publicidad al gran público está estrictamente prohibida por la ley y su uso indiscriminado puede crear problemas de salud”, según publicó EL PAÍS en su momento. Entre ella estaba María Pombo, quien recomendó en sus redes una toallita contra el acné que contiene el antibiótico eritromicina. “Es para cuando tienes un grano como el que tenía yo. Probé mil millones de cosas y cuando probé esto, al día siguiente estaba seco”, decía en un vídeo. El problema es que los expertos desaconsejan su uso contra el acné aislado, no está indicado para un uso “indiscriminado” y tiene que ir pautado por un profesional.

En las mismas fechas, la influencer acudió a una manifestación por la unidad de España convocada por Vox en Colón, lo que provocó bastante revuelo entre sus seguidores y detractores. “Como ya sabéis, aunque en Twitter todavía les sorprenda a muchos, lo que a mí más me representa es la derecha, y no por eso soy mejor o peor persona”, afirmó en sus redes. Este posicionamiento político, poco común entre las influencers, no ha repercutido de forma significativa en el número de seguidores de la joven.

María Pombo y Pablo Castellano, en Madrid el pasado 19 de junio.
María Pombo y Pablo Castellano, en Madrid el pasado 19 de junio.Francisco Guerra (Europa Press)

María Pombo ha crecido en una familia de clase alta de Madrid. Hija de empresarios —su padre es el dueño del restaurante madrileño de comida española Camino Food & Drinks—, la familia está muy presente en la vida de la joven, y así lo refleja en la multitud de fotografías y vídeos que publica junto a su marido, sus primos y sus hermanas mayores Lucía y Marta —que siguen la estela de María haciendo negocio de las redes sociales—. Las tres suelen bromear haciéndose llamar las Pombashian, en una pretensión de asemejarse con las Kardashians, el clan estadounidense de la telerrealidad que amasa millones de dólares. También se ha pronunciado sobre su madre en diversas ocasiones. “Es la persona más fuerte, buena y que más admiro en este mundo”, dijo en octubre de 2018 en una ronda de preguntas que le hicieron sus seguidores. “A día de hoy gracias a Dios, la medicina ha avanzado muchísimo con respecto a esta enfermedad”, declaró sobre la esclerosis múltiple. “No hay cura todavía, pero sí se puede llegar a frenar o a tratar para que no avance tanto como hace años”. Mientras despegan sus campañas con diversas marcas de moda y se asienta su éxito como influencer, afronta las nuevas noticias sobre su estado de salud con la positividad que la caracteriza: “A veces las ilusiones ganan al peso de las piedras, con lo cual la ilusión que tenemos ahora gana por goleada”.

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