Qué va a ser de las pasarelas en la era del coronavirus
La crisis global del covid-19 fuerza un cambio de paradigma en las semanas de la moda más importantes del mundo, que buscan formas de combinar lo físico y lo virtual sin perder su naturaleza
El inicio de la pandemia de la covid-19 en Europa coincidió a finales del pasado febrero con las semanas de la moda de Milán y París, cuyas últimas jornadas transcurrieron entre cancelaciones y desfiles a puerta cerrada. Con la economía ralentizada y sin un horizonte claro para la vuelta a la normalidad, ahora la industria trata de dilucidar si las colecciones de la próxima temporada se presentarán mediante desfiles, y cómo serán. El pasado 5 de mayo la Camera della Moda italiana anunciaba la primera edición de una nueva propuesta, Milan Digital Fashion Week, que del 14 al 17 de julio ofrecerá presentaciones de colecciones a través de Internet y contenidos exclusivos, en una línea similar a la edición digital de London Fashion Week, prevista del 12 al 14 de junio.
La mirada del sector, en todo caso, sigue puesta en septiembre y octubre, meses en los que siguen programadas las principales semanas de prêt à porter femenino, que previsiblemente también acogerán colecciones masculinas y de alta costura tras la cancelación de sus convocatorias en junio y julio. Sin embargo, que las fechas estén claras no quiere decir que el formato esté definido. En un escenario marcado por las medidas de prevención, la congelación del turismo, la distancia física y la reticencia a los eventos sociales, los organizadores siguen a la expectativa.
Ese es el caso de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, prevista del 2 al 7 de septiembre. “Desde IFEMA estamos comenzando a trabajar en un formato de pasarela para la edición del próximo septiembre con todas las opciones abiertas: presencial, virtual y mixto”, explica Nuria de Miguel, directora de la pasarela madrileña. “A medida que vayan avanzando las semanas y con más información sobre las normas y condiciones que marquen las autoridades sanitarias para la celebración de eventos, iremos definiendo el formato definitivo”, explica. Desde la organización de 080 Barcelona Fashion confirman que las fechas de sus desfiles se han trasladado a septiembre y que se plantean una edición mucho más digital.
Una cautela similar transmite Andrés Aberasturi, comisario de Samsung EGO y fundador de Pelonio, empresa que desarrolla muchos de los desfiles que se celebran en España. “Estamos aún ante un escenario de incertidumbre respecto a cómo estará la situación en septiembre”, apunta. “Por nuestra parte, trabajamos ahora mismo en dos escenarios: uno presencial en el que tengan cabida presentaciones físicas, y otro más probable y que supondrá un cambio también a futuro, que es contar con una importante ventana virtual en la que sucedan estas presentaciones de colecciones. Seguro que esta ventana virtual llegará para quedarse”.
Lo que sí parece probable es que los eventos multitudinarios quedarán descartados al menos durante un tiempo. “Habrá desfiles siempre que haya una historia que contar, pero en los próximos meses no podremos juntar a mucha gente en un mismo lugar”, concede a este diario René Célestin, fundador de OBO, un estudio creativo con sedes en Londres, París y Nueva York que ha producido presentaciones para Maison Margiela, Lacoste o Altuzarra. Célestin conoce el sector; no en vano fue el director durante 12 años de los de Victoria’s Secret, el patrón oro del desfile espectáculo reciente. “¿Ahora mismo podemos reemplazar esa experiencia tal cual? Probablemente no”, razona. “Lo que hay son herramientas digitales para crear experiencias interesantes. Pero de momento no hay una solución ganadora ni definitiva. Posiblemente seguirá habiendo gente interesada en mostrar colecciones a un grupo de personas. Pero a lo mejor ese grupo será de 200 personas, y no de 500, y se gastará menos dinero”.
Para Thierry Dreyfus, fundador de la agencia creativa Eyesight con 30 años de experiencia y clientes como Givenchy o Yves Saint Laurent, “lo importante es ver las prendas en seres humanos. Lo crucial es la sensualidad y la emoción, y el modo en que el público se identifica con ello”, explica. Tampoco puede desvelar los planes de sus clientes para septiembre, pero sí recuerda experiencias pasadas pioneras, como su desfile para Off-White en enero de 2019: “Las personas que estaban en el espacio veían un escenario, y el público a través de internet veía un escenario distinto”.
El futuro, en cualquier caso, pasa por lo híbrido. “La pasarela no se puede sustituir, pero hay formatos creativos e interesantes, y estamos trabajando para hacerlos parecer lo menos virtuales posibles”, afirma Dreyfus. Cuatro décadas después de que los desfiles salieran de los salones privados para seducir al gran público, el centro neurálgico de la liturgia de la moda se prepara para un cambio de era.
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